Rolando Álvarez, el obispo nicaragüense desterrado al Vaticano tras desafiar durante años al gobierno de Ortega

Rolando Álvarez.
Rolando Álvarez.

El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, de 57 años, fue desterrado al Vaticano este fin de semana tras más de 500 días de detención entre arresto domiciliario y cárcel.

El gobierno del presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo enviaron a la Santa Sede a Álvarez y a otros 17 religiosos (el también obispo Isidoro Mora, 13 sacerdores y 3 seminaristas).

El obispo de la diócesis de Matagalpa, conocido por ser un crítico inquebrantable del régimen sandinista, fue condenado a prisión en febrero de 2022 tras unos seis meses de arresto domiciliario.

Hasta ahora el obispo se había negado a abandonar el país, pagando como precio su libertad.

Antes de ser condenado, en febrero de 2023, rehusó salir de Nicaragua junto a más de 200 opositores al gobierno -entre ellos importantes figuras políticas- a los que expulsaron a Estados Unidos por supuesta "traicion a la patria".

Poco después recibió la condena de 26 años de prisión por "traición a la patria", entre otros delitos, ingresó a la prisión La Modelo y lo despojaron de la nacionalidad nicaragüense.

Una voz crítica

Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa, ha sido considerado durante años como una de las voces más críticas ante la situación que vive Nicaragua, un país con profunda tradición católica.

Daniel Ortega
El mandatario Daniel Ortega.

En sus homilías, abordaba cotidianamente los problemas de los feligreses y ha hecho escuchar su voz para criticar los supuestos abusos contra los derechos humanos cometidos por la Policía Nacional de Nicaragua o los derechos de los campesinos en ese país.

Además, tuvo un papel destacado en la mediación que ejerció la Conferencia Episcopal de Nicaragua durante el proceso de diálogo puesto en marcha tras las masivas protestas populares ocurridas en 2018 en la nación centroamericana cuya dura represión por parte del gobierno generó centenares de muertos.

EL ejecutivo nicaraguense señaló al obispo como uno de los instigadores de los movimientos sociales de 2018 y comenzó una campaña de acoso y descrédito contra él y otras figuras críticas dentro y fuera de la Iglesia católica en el país.

Ante esta situación, el papa Francisco le ordenó en 2019 dejar Nicaragua por razones de seuridad, pero él se negó.

Álvarez también ha hecho frente a las agresiones que la Iglesia católica ha sufrido en el país centroamericano de parte no solamente del gobierno, sino también de la militancia sandinista.

De acuerdo con el informe "Nicaragua, ¿una iglesia perseguida?", elaborado por la abogada Martha P. Molina, la Iglesia católica en ese país fue objeto de 396 agresiones entre 2018 y 2022.

Protesta contra el silencio del Vaticano ante los problemas de la Iglesia católica en Nicaragua.
El silencio del Vaticano ante los problemas de la Iglesia católica en Nicaragua fue cuestionado.

Estas incluyen daños y pintadas en los templos, cierre de medios de comunicación vinculados a la Iglesia; acoso, intimidación, detención y enjuiciamiento de religiosos, amenazas de muerte y exilios forzosos, entre otros.

En ese informe el nombre de Rolando Álvarez aparece mencionado 78 veces, no porque él fuera objeto de un número semejante de ataques sino porque con frecuencia fue él quien denunciaba esas situaciones.

Así, por ejemplo, en abril de 2022, Álvarez hizo público que una de sus colaboradoras había sido víctima de una agresión.

Entonces señaló: "No hagan con los fieles lo que quieren hacer conmigo. Lo que quieran hacer conmigo, si van a hacerlo, háganlo conmigo y no con los fieles, no con el santo pueblo de Dios".

Un mes más tarde, el obispo inició un ayuno con agua y suero para protestar por el acoso policial del que -aseguraba- estaba siendo víctima.

Entre otras acciones contra la Iglesia católica que entonces tensaron la situación, las autoridades nicaragüenses también expulsaron al Nuncio Apostólico y cancelaron organizaciones no gubernamentales afiliadas a esa institución.

Ante ello, feligreses católicos denunciaron que el papa Francisco y el Vaticano guardaban silencio.

El juicio a una figura popular

En agosto de 2022, la policía nicaragüense llegó una madrugada a la casa parroquial de Matagalpa y detuvo a Álvarez y a otros seis religiosos.

El obispo permaneció detenido sin cargos durante más de 100 días hasta que en diciembre, fue acusado por los delitos de "conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas".

Según la prensa nicaragüense, las autoridades del país le habían ofrecido liberarlo si accedía salir del país.

Protestas en Nicaragua en 2018.
Nicaragua está inmersa en una crisis política que se prolonga desde 2018.

En enero de 2023 el diario La Prensa de Nicaragua publicó unas declaraciones de monseñor José Antonio Canales, obispo hondureño de Danlí, quien aseguró que el gobierno de Ortega le había ofrecido a Álvarez la posibilidad de salir libre a cambio de enviarlo al exilio, justo lo que ocurrió en febrero de 2023 con los 222 opositores enviados a EE.UU.

"Las noticias que nosotros hemos tenido es que a monseñor Álvarez le han ofrecido la libertad, pero fuera de Nicaragua. Lo que no quieren son voces críticas dentro de Nicaragua", señaló entonces Canales.

Miembros de la diáspora de Nicaragua con banderas en el aeropuerto de Washington
Miembros de la diáspora de Nicaragua recibieron en el aeropuerto en Washington a los opositores expatriados a principios de 2023.

Pero Álvarez no accedió a marcharse de Nicaragua en aquel momento, al igual que tampoco lo hizo un mes después, lo que pagó con la cárcel.

El obispo no es solo una de las voces abiertamente críticas con el gobierno de Nicaragua, sino también una figura muy popular en el país.

Cuando asumió como obispo de Matagalpa en 2011, Álvarez fue recibido por una gran multitud que salió a las calles para saludarle y que luego desbordó la catedral para presenciar su ordenación, ritual que muchos tuvieron que ver fuera del recinto a través de unas pantallas gigantes que fueron desplegadas.

Álvarez, por su parte, ha mostrado su interés por permanecer cerca de los feligreses con numerosos gestos como, por ejemplo, su decisión de rechazar la oferta del entonces papa Benedicto XVI de hacer su consagración en Roma, optando por hacerla en Nicaragua, cerca de su gente.

Y es que Álvarez es conocido por ser un pastor cercano a la ciudadanía, que usaba su cuenta de WhatsApp para orientar a sus feligreses y es capaz de subirse a predicar a un autobús.

La prensa nicaragüense asegura que se le ha visto subiendo montañas en burro o cruzando ríos en pequeñas barcas para acudir al encuentro de los fieles en los poblados más remotos de Matagalpa.

Y es que, según confesó Álvarez, se había fijado como meta personal visitar las 400 comunidades que existen en su departamento.

* Esta nota fue originalmente publicada en febrero de 2023 y actualizada el 15 de enero de 2024.


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