Rhea Ripley, la reina invencible y despiadada que se apoderó de toda la WWE

Rhea Ripley es la mayor ruda de la división femenina de la WWE. Tiene solo 26 años, pero ya alcanzó la gloria absoluta en el cuadrilátero. Estableció un récord que la distingue de entre el resto y la vuelve histórica en los registros de la compañía de entretenimiento deportivo: y es que ninguna otra luchadora había conquistado todos los campeonatos de la promotora; menos en apenas un lustro.

La gladiadora australiana ha brillado como pocas en la era moderna de la empresa. Debutó en el Torneo Mae Young Classic, en 2017, que reunía a las mejores atletas de todo el mundo. Hasta la mexicana Princesa Sugehit, que actualmente integra las filas del Consejo Mundial de Lucha Libre, participó. Aunque Ripley se quedó en Octavos de Final, le ofrecieron un contrato y aceptó.

Así, retornó para el certamen de 2018 y llegó a las Semifinales. Luego, se convirtió en la imagen de WWE en Reino Unido. Fue incluida en NXT UK, el territorio de desarrollo del emporio en Europa. Allí demostró por qué le apodaban “La Pesadilla”. Con su actitud despiadada, devastó a cada rival que tuvo enfrente. Era cuestión de tiempo para afianzar su despegue.

Sólo tenía 21 años, mas no tardó en proclamarse como la campeona inaugural de la marca. Venció a los principales nombres del roster: Xia Brookside, Dakota Kai y Toni Storm, todas sufrieron su ferocidad. Era un diamante en bruto que no debía quedar en el rezago. En 2019, su manejo del personaje la catapultó al NXT de Estados Unidos. Triple H, entonces creativo al mando del programa, la adoptó como una protegida.

En menos de cuatro meses, potenció su rol amenazante. Destronó a Shayna Baszler, la dos veces jerarca del show y antigua peleadora de la UFC, que, al igual que ella, había acabado con todo a su paso. En 2020 llamó la atención de Charlotte Flair, una de las consagradas en el ring. ¿Por qué alguien que acumulaba más de 10 reinados mundiales decidió retar a un talento que no gozaba de ninguno?

La razón fue sencilla: a pesar de su juventud, Ripley era tan dominante que no tenía más techo en NXT. Dado que no todos los fanáticos siguen el territorio de desarrollo como lo hacen con RAW y SmackDown, los carteles principales de cada semana en WWE, el siguiente paso era presentarla al público casual. No había mejor forma de lograrlo que contra una veterana en su función insignia: WrestleMania.

La fórmula funcionó, su imagen terminó reforzada tras el mano a mano. Perdió el cetro, porque retenerlo era el objetivo dentro del ring. Sólo que la verdadera intención detrás del combate era que los espectadores la pidieran de regreso. Lo consiguió en 2021, pues fue añadida a RAW. Tan pronto como arribó, apuntó hacia el oro máximo. Derrocó a Asuka, que sostuvo la presea por 230 días.

Sin embargo, Flair volvió a su camino y le quitó otro cincho. Alejada de los cinturones individuales, optó por aliarse con Nikki A.S.H. para ganar los de parejas. En 2022, se unió a una agrupación de villanos denominada El Día del Juicio. Encajó como anillo al dedo, representaba la fuerza femenina del grupo. De ahí que, favoreció a su colega Dominik en la rivalidad contra su padre Rey Mysterio.

A la postre, ganó el Royal Rumble de 2023. Entró como la participante inicial y permaneció por más de una hora en los encordados. Superó a otras 29 luchadoras para obtener una oportunidad titular en el WrestleMania de Hollywood. Y como no podía ser de otro modo, orquestó su revancha. Ahora ella eligió a Charlotte Flair de oponente, anhelaba medírsele en su mejor momento.

Deseaba bajar de la cima a La Reina, quien estaba acostumbrada a despojarla de sus correas. Y de paso, alzar el galardón que le faltaba en su historial: el de SmackDown. Ambas no sólo dieron la contienda más lúcida de la velada, sino que protagonizaron un encuentro sin precedentes en los 39 años del magnoevento: donde todas las involucradas eran mujeres.

Con Samantha Irvin como anunciadora y Jessika Carr como réferi, entraron en duelo intenso por 23 minutos. En el transcurso, Flair casi se fractura la nariz ya que aterrizó con su rostro sobre la lona. Pero por fin, después de dos decepciones al hilo, Ripley consumó su venganza. Venció a la gladiadora más laureada del consorcio y concretó su meta: capturar todos los campeonatos femeninos de la WWE.

“Es una de las mejores atletas que he visto en toda mi vida. Es especial, es una estrella, siempre resulta fascinante verla. Es el futuro del negocio de la lucha libre. Y pensar que todavía le queda mucho tiempo por aquí. Estoy emocionada por saber qué es lo que hará para mejorar la división de SmackDown, que necesita frescura. No puedo pensar en alguien mejor para ello que Rhea Ripley”, aseguró Becky Lynch, una de las exponentes actuales de la WWE.

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