El regreso triunfal de los memes de Kamala Harris

Desde que el presidente Biden se retiró de la contienda y dio su apoyo a Harris, los viejos y conocidos memes de Kamala han resurgido. Lo que ha cambiado es su interpretación.

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Kamala Harris es una candidata presidencial muy memeable. Baila con soltura y entusiasmo. Tiene un estilo de hablar idiosincrásico. Se ríe con facilidad, incluso de sí misma. Esto no siempre ha jugado a su favor.

Cuando Harris dijo en un discurso en mayo de 2023: “¿Creen que acaban de caerse de un cocotero?”, un canal republicano de YouTube sacó el video de su contexto y lo lanzó a los comentaristas, quienes lo utilizaron para comparar a Harris con una presentadora chiflada o para bromear diciendo que sonaba como si estuviese drogada. Los videos de Harris bailando en actos de campaña fueron tachados de “
cringe
” (vergüenza ajena). El meme anti-Kamala más pegajoso de las elecciones de 2020 —que la exfiscala Harris “es una policía”— unió a personas de izquierda, usuarios de la comunidad negra en Twitter y troles republicanos en un proyecto en internet para enmarcar a Harris como una reaccionaria o una hipócrita.

Ahora estas imágenes se han invertido. Desde que el presidente Biden se retiró de la contienda y dio su apoyo a Harris, los viejos y conocidos memes de Kamala han resurgido. Lo que ha cambiado es su interpretación.

En manos de sus seguidores en línea, los galimatías de Harris se han transformado en una hipnótica jerga de internet. Su confusa cita del cocotero —“Existes en el contexto de todo en lo que vives y de lo que vino antes de ti”, que dijo justo después— circula ahora como símbolo de la emoción producida por su vertiginoso ascenso en una campaña desestabilizada. Sus bailes se musicalizan ahora con canciones de Charli XCX y tienen un filtro verde lima, referencia a la estética actual del disco Brat de Charli XCX, bañando a Harris con su brillo de relajada y caótica estrella del pop. Incluso la frase “Kamala Harris es una policía” ha sido resignificada, con un exagerado guiño de complicidad, por partidarios deseosos de convertirla en un discurso ganador para las elecciones generales.

La medida del carisma de un candidato solía ser: “¿Te tomarías una cerveza con esa persona?”. Ahora es más bien: “¿Estás dispuesto a pasar la tarde editando un video estilo
fancam
que adapte su idiosincrasia a la música pop con tanta eficacia que produzca un agradable efecto narcótico?”

Todo esto parece un divertido espejo de la energía en línea que vibra en torno al candidato presidencial del otro partido, Donald Trump. Los simpatizantes de Trump están listos y dispuestos a convertir cualquier debilidad potencial, incluida una condena por delito grave, en un meme triunfante. Los seguidores del movimiento MAGA demuestran su lealtad e ingenio transformando incluso las preocupaciones más graves en un tema pro-Trump, maximizando así su satisfacción por provocar a la izquierda. Antes parecía que el Partido Demócrata nunca podría producir un candidato capaz de inspirar una respuesta en internet tan poderosa y extraña. Ahora, improbablemente, lo ha conseguido.

El mantra de los conversos de Harris en la red —“elegí la píldora de coco”— se inspira en la simbología de
Matrix
para señalar que su perspectiva ha sufrido un cambio que le ha alterado la realidad, con el suficiente poder caótico como para dar un vuelco a la contienda presidencial. Parte de la energía viral de Harris parece generada por los impredecibles movimientos de la propia campaña. La emoción contenida por la decisión de Biden de no presentarse a un segundo mandato, tras meses de crecientes preocupaciones, se acumula en ella. Ayuda el hecho de que los memes sobre Harris surgieran poco después del desastroso debate de Biden. Es como si internet hubiera manifestado su candidatura. Sus defensores están ahora eufóricos con su poder colectivo.

El trasfondo de muchos de los memes anti-Kamala era la acusación de que en ocasiones parecía ininteligible de una manera engreída. Una edición de video viral, que mostraba una y otra vez a Harris pronunciando apasionadamente el eslogan “lo que puede ser, sin el peso de lo que ha sido”, fue difundido por el Comité Nacional Republicano antes de ser reclamado por los partidarios de Harris. La leve incoherencia de su frase solo la hace más interesante como gancho en TikTok, donde los fans trocean y remezclan el discurso de un candidato como si fueran un DJ trabajando en una mesa de sonidos bobos. Ahora, en una extraña inversión, los influentes de derecha están tratando de darle sentido a las tonterías de Harris. Uno de ellos ha lanzado la teoría en X de que la frase “lo que puede ser, sin el peso de lo que ha sido” es “un encantamiento marxista y luciferino, y eso se ve fácilmente”.

La redención del meme “lo que puede ser, sin el peso de lo que ha sido” es también una reacción a las sandeces legítimamente preocupantes generadas por los hombres de estado veteranos de la contienda en los últimos meses. Harris preside ahora un paisaje postcoherente, en el que su fraseo, a veces divagante, resulta tan poco preocupante que es refrescante. Es una peculiaridad, no una amenaza existencial para la democracia estadounidense. La edición de video sobre la frase muestra a una candidata capaz de memorizar una frase y pronunciarla a la primera, algo que no pudo decirse de Joe Biden hacia el final.

A Biden siempre le ha ido mal en TikTok, la plataforma que él esperaba prohibir en los teléfonos estadounidenses incluso cuando su campaña abrió obedientemente una cuenta allí. El uso de un meme reutilizado de “Dark Brandon” como avatar de Biden —en el que aparece como una mente maestra secreta, con láseres saliendo de sus ojos— no logró captar la imaginación del público. En su lugar, la cautivaron los videos en los que Biden parecía deambular, tropezarse y quedarse congelado en numerosas apariciones presidenciales.

La campaña trató de descartar estas muestras como distorsiones de una máquina de desinformación e inundó la aplicación con sus propios videos. En muchos de ellos, varios jóvenes representantes anónimos de Biden ponían caras de preocupación y ofrecían soliloquios estratégicos. La campaña parecía pensar que podría solucionar su problema en TikTok publicando muchos TikToks, pero la fijación de TikTok en su posible deterioro cognitivo fue una señal temprana de un problema más profundo, uno que Biden, y muchos de sus partidarios, solo reconocieron seriamente después de que esta quedara en evidencia en televisión en directo durante el primer debate presidencial.

Poco después de que Biden renunciara el domingo, James Medlock, seudónimo de un conocido usuario socialdemócrata de Twitter, volvió a publicar un meme político de izquierda sobre Harris que circuló por primera vez en 2019. En la imagen, una edición en Photoshop muestra a Harris en un uniforme de policía y superpuesta frente a la bandera de la delgada línea azul. Se le ve reír y esposar a una niña negra.

“Recuerden”, escribió Medlock en X, “ahora cambiamos para no mencionar el excelente historial de votos de izquierda de Kamala y a su genial padre marxista, y en su lugar decimos en voz alta que es una policía que encerrará a todos los criminales. Es hora de ganar estas elecciones”. Otro usuario puso con Photoshop una foto de Donald Trump en el lugar de la niña. Luego alguien puso a Charli XCX siendo esposada.

Cuando los internautas hacen que Kamala Harris parezca estar arrestando a Charli XCX, o empalman su línea sobre el cocotero en una canción de Taylor Swift, no está claro qué tan grande es el nivel de su sarcasmo o dónde está su sincera visión política. Pero su sinceridad no es necesaria. Con Harris, ha surgido una alianza de memes entre los políticos de izquierda irónicos del Partido Demócrata y los centristas del núcleo de #resistencia, y ahora esta desaliñada pandilla se ha unido para intentar llevarla a la Casa Blanca. Para los miembros de la izquierda que ven a Harris como demasiado poco radical, la picardía de sus memes es protectora. La distancia irónica representa su propia distancia política respecto a su nueva candidata favorita.

En internet, el proyecto de elegir a una demócrata del establishment como Harris puede parecer casi subversivo. O, como mínimo, ligeramente divertido.


Amanda Hess
es una crítica de la sección de cultura del Times, y cubre la intersección entre internet y la cultura pop. Más de Amanda Hess

c. 2024 The New York Times Company