Randal Willars y el clavado más complicado del mundo que quiere perfeccionar para París 2024

Randal Willars tiene en mente una misión de altos vueltos en los Juegos Olímpicos de París 2024. El clavadista mexicano quiere perfeccionar el salto más complejo que existe en su disciplina. Lo tiene que hacer si quiere entrar al podio —y con más razón si pretende el oro—. Ya ha ganado su boleto para estar en la fiesta mundial del deporte, en la plataforma individual de 10 metros. Y las medallas que obtuvo en Fukuoka, el año pasado, y el doblete en Montreal, sirven para confirmar la plenitud de rendimiento que ha alcanzado apenas a sus 21 años.

Después de quedar fuera de Tokio 2021 (ganó el boleto, pero la Federación hizo un control interno que le impidió asistir), Willars tiene ante sí una revancha personal. Y ese camino tiene que pasar por la ejecución del clavado que mayor perfección requiere. "Es de 4.1 (cuatro y media vueltas al frente en posición B) y lo presento como cierre de mi lista de saltos. Va a ser clave para la pelea por medallas en los Juegos porque no muchos lo consiguen. Es un salto que se debe perfeccionar porque, si no lo haces, en lugar de ayudarte a sumar puntos puede ser perjudicial. Es complicado si cierras con ese salto porque a veces el último clavado es el que define las posiciones", contó a La Jornada.

En el Mundial de Fukuoka, Willars cerró su participación con ese salto. El resultado fue alentador pensando en el futuro: los jueces lo calificaron con dos 9.0, cuatro 8.5 y un 7.5. En aquella ejecución en la justa asiática su cara de concentración llamaba la atención de los espectadores. Son momentos de tensión máxima, en los que todo debe salir tal cual se entrenó. En esa competencia, Willars y Kevin Berlín consiguieron la medalla de planta en sincronizados de 10 metros.

El nivel que ha mostrado lo coloca como uno de los principales atletas mexicanos a seguir en París 2024. Como se constata en todos los mundiales y olímpicos, los rivales chinos son los que parten como favoritos. Son la potencia mundial en saltos acuáticos y México ha padecido de su dominio. Sin embargo, los clavadistas mexicanos se mantienen en ese nivel de élite, con todo y los conflictos federativos, los cuales han afectado a todos los atletas, pero con énfasis en los jóvenes, tales son los casos de Randal Willars y Osmar Olvera: ambos destacados ya por su presente, y con futuros prometedores, que no reciben apoyo económico por parte de la CONADE.

Así lo expresó Willars el mes pasado a Proceso: "Abiertamente me siento descobijado (por CONADE). El apoyo no ha estado y ni modo. A nosotros nos quita más el pelear por algo que no está del todo en nuestras manos. Mis compañeros y yo hemos decidido enfocarnos en nuestros entrenamientos, competencias y resultados. No dejaremos que nada se interponga o nos limite cumplir nuestras metas y creo que entre nosotros también nos hemos apoyado mucho. La selección actual está muy motivada con los resultados que se han venido dando y esperamos que en París 2024 sean aún mejores”.

Willars ha navegado contra esos obstáculos para ganarse el derecho a representar a su país en París. En 2021, cuando tenía sólo 20 años, Willars ganó dos medallas de plata en el Mundial: una individual y otra en sincronizados. Para su mala fortuna, en el control interno de la Federación se determinó que no asistiría. Su compañero Iván Pollo García denunció irregularidades y que el proceso no había sido justo con ellos. Precisamente García y Germán Mendoza tienen historia con el clavado de 4.1: en Londres 2012 ganaron una plata ejecutando ese salto. Un antecedente optimista que Willars deberá tener en mente.

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