Los Pumas vs. Samoa en Saint-Étienne, la ciudad de aquella batalla barrabravas vs. hooligans, con “La Caldera” donde Simeone “echó” a Beckham

Juan Cruz Mallía ensaya en el Geoffroy Guichard, el remodelado estadio de Saint-Étienne que hace 25 años acogió Argentina vs. Inglaterra en el Mundial de fútbol y este sábado albergará los Pumas vs. Samoa en el de rugby.
Juan Cruz Mallía ensaya en el Geoffroy Guichard, el remodelado estadio de Saint-Étienne que hace 25 años acogió Argentina vs. Inglaterra en el Mundial de fútbol y este sábado albergará los Pumas vs. Samoa en el de rugby. - Créditos: @Juan Gasparini / Gaspafotos

SAINT-ÉTIENNE, Francia.– La “previa” argentina se vivió a 60 kilómetros de la ciudad donde este viernes los Pumas jugarán el partido crucial con Samoa. Miles de hinchas, con camisetas celestes y blancas, le dieron un toque especial a la bella Lyon, una de las ciudades de mejor calidad de vida en toda Europa, de fuerte historia (capital del reino de Borgoña del 470 al 534; bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial), y, entre otras virtudes, cuna de la nouvelle cuisine. Los argentinos, que después de visitar Marsella giraron por varios lugares del Viejo Continente en estos 13 días entre un partido y otro, eligieron Lyon por las mayores facilidades para conseguir alojamiento, por los atractivos que ofrece la urbe y, sobre todo, porque está a una hora de tren de Saint-Étienne. Hoy, muy temprano, todo eso se trasladará al punto de encuentro que proponen los Pumas en su segunda presentación en la Copa del Mundo.

Saint-Étienne es netamente futbolera. El club de esta ciudad brilló en los años setentas, logrando tres campeonatos locales consecutivos y otras tantas Copa de Francia, además de llegar a la final de la que hoy es la Champions League. Si bien en la temporada pasada descendió, es uno de los clubes más populares de Francia, con orígenes obreros, y en el que jugó, por ejemplo, Michael Platini. En ese equipo de camiseta verde brilló también un argentino: Osvaldo Piazza. El ex defensor y DT de Vélez pasa los veranos en esta localidad, donde cualquiera en la calle lo reconoce.

Emiliano Boffelli y Gonzalo Bertranou, titulares este viernes frente a los samoanos, ingresan al campo de juego del Geoffroy Guichard, donde este jueves se realizó el captain's run.
Emiliano Boffelli y Gonzalo Bertranou, titulares este viernes frente a los samoanos, ingresan al campo de juego del Geoffroy Guichard, donde este jueves se realizó el captain's run. - Créditos: @Juan Gasparini / Gaspafotos

Pero más allá del fútbol, esta ciudad del sudeste de Francia tiene una fuerte cultura deportiva. El rugby no posee una presencia importante, pero sí la hay en lugares vecinos, como Lyon y Clermont-Ferrand. De todos modos, Saint-Étienne fue sede en la Copa del Mundo de rugby de 2007 y ahora es una de las que repiten. También alojará al fútbol en los Juegos Olímpicos de París del año próximo, y fue testigo de los Tour de Francia de 2019 y 2022. Aquí también tuvieron lugar la Eurocopa de 2016 y el Mundial de fútbol de 1998.

Aquella vez la ciudad fue copada, como lo será hoy, por miles de argentinos. La tranquila y bella Place Jean Jaurès, donde ayer se divisó en los restaurantes a algunos argentinos que formaron parte de la avanzada, en 1998 vivió un infierno. En los días previos, miles de ingleses bebiendo a mansalva, rompieron la tranquilidad de pueblo de Saint-Étienne, y luego, para el partido de octavos de final, arribaron los pesados argentinos. La noche anterior al encuentro, ese lugar fue el epicentro de una batalla campal entre hooligans y barrabravas.

Ariel Ortega maniobra frente a Gareth Southgate, el actual director técnico de Inglaterra, en aquel dramático 2-2 de Francia 1998; la Argentina ganó por penales en Saint-Étienne.
Ariel Ortega maniobra frente a Gareth Southgate, el actual director técnico de Inglaterra, en aquel dramático 2-2 de Francia 1998; la Argentina ganó por penales en Saint-Étienne. - Créditos: @Juan Pablo Maldovan

Ese octavo de final de 1998 quedó en el recuerdo sobre todo porque Argentina ganó en la definición por penales, gracias a que Carlos Roa detuvo los envíos de Paul Ince y David Batty. También porque Diego Simeone provocó la expulsión a David Beckham. Y por el entorno que tuvo, ya que la prensa futbolística y política asistió en gran número a esa revancha del Mundial ’86, ya sin Diego Maradona, pero con el condimento de siempre de las islas Malvinas. Los que estuvimos esa noche en el estadio recordamos que en ese encuentro hubo una atmósfera especial.

En aquel junio del ’98, la llegada de los hooligans ocupó toda la atención de la prensa francesa. Hoy, la noticia política y social en este país es la visita por tres días del rey Carlos III, que fue recibido con toda pompa, desfilando en un auto descapotado junto al presidente Emmanuel Macron por Champs Élysées, la avenida principal de París.

Compacto de Argentina 2 (4) vs. Inglaterra 2 (3)

Volvamos al escenario que tendrá el rugby. El Stade Geoffroy Guichard es conocido como “Le Chaudron”, “La Caldera”. Tiene una conformación similar a la de La Bombonera. Ya no existen los alambrados que se levantaban detrás de los arcos en 1998. El estadio fue construido en 1930 donde había estado la central de Casino, una de las cadenas de supermercados más importantes de Francia y que fue fundada por el propio Geoffroy Guichard. Las tribunas tienen capacidad para 42.000 personas.

El estadio está ubicado en el centro, por lo cual se puede llegar caminando desde el Hôtel de Ville, situado uno de los lugares que cobijan un bar al lado del otro, y desde la estación de tren. También arriban los dos tranvías, que este viernes transportarán gratis a quienes vayan al partido.

El Geoffroy Guichard, “Le Chaudron” (“La Caldera”), tiene 42.000 asientos, y se aguarda que este viernes sean ocupados mayoritariamente por argentinos.
El Geoffroy Guichard, “Le Chaudron” (“La Caldera”), tiene 42.000 asientos, y se aguarda que este viernes sean ocupados mayoritariamente por argentinos. - Créditos: @Juan Gasparini / Gaspafotos

Caracterizada por la Unesco como “ciudad creativa por el diseño”, Saint-Étienne, pintoresca, agradable, alojará los sueños del rugby argentino. Como lo hizo 25 años atrás con el fútbol. En otro clima, en otra era, en otro contexto, ésta, como aquélla, es una instancia crucial.