Los Pumas sufrieron contratiempos en el Mundial de Francia: un control antidoping sorpresivo que los levantó de la cama y un campo de entrenamiento que no estaba en óptimas condiciones
MARSELLA, Francia.- La escenografía vuelve a ser Marsella, el Puerto Viejo, la cúpula imponente de Notre-Dame desde la colina, la ebullición en las calles. La Marsella caliente, la de los monoblocks, la que ha sido retratada en el cine por sus vínculos con la mafia y el narcotráfico. Desde la extraordinaria y premiada “Contacto en Francia”, con Gene Hackman y en la cual un policía encubierto persigue a un traficante de heroína por las calles y el puerto de esta ciudad, hasta la polémica “BAC Nord”, sobre drogas e inmigrantes, y que la líder de la ultraderecha Marine Le Pen utilizó para atacar al gobierno de Emmanuel Macron. A esta colorida y populosa Marsella han vuelto los Pumas . Aquí arrancaron un sueño que quedó trunco tras la pobre actuación y derrota con Inglaterra. Aquí siguen con otro sueño, el de alcanzar las semifinales de la Copa del Mundo.
Al contrario de aquel segundo fin de semana de septiembre de calor extremo, estos primeros días de otoño mantienen el sol a pleno pero con varios grados menos. Los Pumas ahora están lejos del centro, en un hotel cercano al aeropuerto y con una base de operaciones próxima a Aix-en-Provence. Hoy por la mañana se encontraron con algunas sorpresas no gratas: a la 6.30 hubo un control antidoping (sangre y orina) no anunciado al que se sometieron Marcos Kremer, Santiago Carreras, Thomas Gallo, Martín Bogado y Joaquín Oviedo. Por otro lado, el césped del complejo donde se entrenan, en Berre l’Ètang, no estaba en las condiciones óptimas . Uno de los entrenadores asistentes, Andrés Bordoy, lo reconoció pero le restó importancia y no quiso ponerle ninguna excusa a la preparación. Los Pumas ya habían tenido un episodio similar antes del debut en el Mundial 2007, cuando el lugar elegido por la organización distaba de ser el ideal para un torneo de este tipo. En ese momento se lo cambió por otro.
El centro de entrenamiento del extenista Arnaud Clement, 10° del ranking en 2001 y natural de Aix-en-Provence, animador del circuito en los 90 y comienzos de este siglo (jugaba con anteojos de sol y vincha de bandana), es donde los Pumas ofrecerán mientras estén en Marsella esa especie de atención a la prensa (pésima, los periodistas tienen bloqueado el contacto individual con los jugadores y el staff , habilitado sólo para la sociedad PEGSA-Disney, o para las empresas que tienen vínculos comerciales con la UAR, como la marca de cerveza que el domingo organizó una fiesta en la playa de La Baule-Escoublac, bajo el hotel donde el plantel se alojó durante toda la primera rueda. La UAR, que informa que los impedimentos a los periodistas proceden de una orden de Michael Cheika, privilegia de esa manera el negocio antes que la difusión; no es nuevo, por otra parte, pero sí es la primera vez que una situación así con los Pumas ocurre en una Copa del Mundo).
En medio de esa brevedad de tiempo y de reflexiones para atender a los periodistas, los Pumas tienen por delante un hermoso desafío: volver a una semifinal de un Mundial . Ya están entre los ocho mejores, que es un gran logro, aunque hayan sorteado un grupo accesible. El golpe fuerte de estos días, la baja de Pablo Matera, uno de los líderes dentro y fuera de la cancha, se traduce también en la incógnita para el equipo titular del sábado en el Velodrome. ¿Ingresará uno de los octavos naturales (Bruni, Isa, Oviedo) trasladando a Juan Martín González como ala o volverá a ser el mendocino el ocho y habrá un enroque con algún segunda línea (Petti, Rubiolo)? Mañana se sabrá cuando a las 16 de aquí, las 11 de la Argentina, Cheika de a conocer a los 23 para el duelo con Gales.
“Me da lo mismo”, contestó González cuando LA NACION le consultó en qué posición se sentía más cómodo, como ala u octavo. Más allá de la respuesta, está claro que no es lo mismo un puesto que el otro. Sí es cierto que en el test ante Japón el mendocino levantó notablemente su rendimiento como octavo. Ya lo había hecho ante Chile, como ala. Se trata de un jugador muy importante para el equipo por su efectividad en el line y sus destrezas en el juego suelto. De hecho, es el único de los 33 que entró como titular en los 4 partidos de la primera rueda.
Al igual que los Pumas, Gales perdió a un hombre clave y experimentado en la tercera línea, el octavo Taulupe Faletau. Y como ala tiene al capitán y uno de los mejores jugadores de la actualidad, Jac Morgan. “Estamos parecidos a ellos”, agregó González. Los del Dragón disponen de un pack fuerte, uno de los más batalladores del Mundial, y dentro de esos ocho se destaca la tercera línea.
Para los Pumas, la variante más lógica es que Rodrigo Bruni o Facundo Isa juegen en la posición de octavo y que González y Kremer completen la tercera línea. En el partido con Japón, Cheika no eligió a ningún tercera línea para el banco, por lo cual el lugar de Matera lo terminó ocupando Petti, mientras que en la segunda los 80 minutos los concluyeron Alemanno y Rubiolo.
Marsella no muestra todavía el mismo color de rugby que aquel primer fin de semana del Mundial, cuando aquí coincidieron argentinos, ingleses, escoceses y sudafricanos. En estas horas, las calles están teñidas por el espanto de la guerra en Medio Oriente. Anoche, en la zona del puerto hubo una manifestación pidiendo paz. En Francia se intensificaron los controles policiales en los últimos días. Cabe recordar que la fase final de la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos del año que viene se disputarán en París, ciudad que ha sido víctima de atentados terroristas.