Los Pumas van a Nantes, donde definirán su futuro en el Mundial y desde el pasado llega un recuerdo inspirador

Santiago Mesón, figura del primer triunfo argentino sobre Francia en suelo galo, en 1992
Santiago Mesón, figura del primer triunfo argentino sobre Francia en suelo galo, en 1992

LA BAULE-ESCOUBLAC, Francia.– No es difícil imaginar al Julio Verne pequeño correr por Nantes y alimentar su creatividad. El más grande escritor de literatura fantástica nació y vivió su infancia y su juventud allí, una ciudad que en un par de kilómetros cuadrados comprende un castillo medieval, una isla, el río Loira, seis basílicas e incontables plazas que hacen de nodo en la laberíntica red de callecitas peatonales. De sus travesuras en ese entorno habrá ideado La vuelta al mundo en 80 días, Viaje al centro de la Tierra y Veinte mil leguas de viaje submarino.

Nantes es, también, la urbe donde los Pumas jugarán sus últimos dos partidos de clasificación en Francia 2023. El primero, este sábado contra Chile (a las 15 locales, las 10 de la Argentina), y el domingo 8 de octubre, el decisivo, frente a Japón (13 y 8, respectivamente). Lo harán a menos de una hora por autopista de La Baule, su búnker durante este Mundial de rugby. Un escenario que de a poco se hará familiar para un equipo que necesita reencontrarse consigo.

Emiliano Boffelli, autor de 16 de los 19 puntos de los Pumas en la victoria contra Samoa; el pateador es uno de los mejores argentinos en lo que ha transcurrido de la Copa del Mundo.
Emiliano Boffelli, autor de 16 de los 19 puntos de los Pumas en la victoria contra Samoa; el pateador es uno de los mejores argentinos en lo que ha transcurrido de la Copa del Mundo.

El partido será en el Stade de la Beaujoire, de FC Nantes. El club de la Ligue 1, de Francia, conserva un estrecho vínculo con el fútbol argentino. Y aunque ésa es una ciudad futbolera, también ocupa un lugar importante en la historia del rugby argentino, ya que es allí donde los Pumas consiguieron su primera victoria como visitantes de los franceses, en 1992.

El seleccionado transita con calma la semana en La Baule luego de la victoria del viernes sobre Samoa, pero consciente de que está lejos de su nivel y de que, si no mejora su rendimiento, el pase a los cuartos de final estará en riesgo. No tanto por el duelo con los chilenos, que debe ser tomado con seriedad pero no representa una amenaza, como por el último, ante los japoneses. Aunque el rival es inferior, si los argentinos no mejoran el encuentro puede implicar un regreso prematuro a casa. La cercanía de Nantes, tanto en distancia como en afinidad, puede jugar un rol importante.

Santiago Mesón fue la figura de la histórica victoria de argentina en Nantes en 1992, la primera de los Pumas sobre Francia en condición de visitantes.
Santiago Mesón fue la figura de la histórica victoria de argentina en Nantes en 1992, la primera de los Pumas sobre Francia en condición de visitantes. - Créditos: @Simon Bruty

Será la cuarta actuación de los Pumas en Nantes. Las tres anteriores fueron ante los locales, con dos derrotas (29-9 en 1988 y 34-14 en 1998) y la recordada victoria de 1992, por 24-20. Aquella vez los argentinos se impusieron gracias al pie del fullback tucumano Santiago Mesón, autor de 21 puntos (7 penales); Lisandro Arbizu sumó los tres restantes con un drop.

“Fue hace mucho tiempo, pero el recuerdo sigue presente. Fue una hazaña ganarle a Francia como visitante. Fue una gira muy linda, en la que fuimos de menos a más. Empezó en España, después jugamos con Rumania y el de Francia era el último partido”, recuerda Mesón para LA NACION. En esa gira los Pumas jugaron ocho encuentros, con siete victorias y una derrota, a manos del seleccionado de la Costa Vasca en Bayonne. “En junio en la Argentina habíamos perdido los dos tests matches contra Francia, pero con Tucumán le habíamos ganado por 25-23, así que se había generado una linda rivalidad.”

En aquel combativo equipo de Les Bleus, dirigido por Pierre Berbizier, actuaban Olivier Roumat, Abdelatif Benazzi, Philippe Sella, Philippe Bernat-Salles, Alain Penaud (el padre de Damian) y Fabien Galthié, actual entrenador del seleccionado. Los Pumas tenían la base del equipo cuasi juvenil que había jugado el Mundial Inglaterra 1991, pero todavía el grupo no se había asentado y estaba lejos del nivel de los gloriosos Pumas de los ochentas. Aquel éxito resultó un bálsamo que le permitió consolidarse en los años siguientes.

Los Pumas formaron con Mesón; Terán, Cuesta Silva, Salvat y Jorge; Arbizu (capitán) y Camardón; Raúl Pérez, Santamarina y Gonzalo García; Sporleder y Llanes; Noriega, LeFort y Méndez. “A los 10 minutos perdíamos por 12-0 y pensábamos «otra vez lo mismo». Encima nos anularon un try legítimo en un contraataque de Martín Terán, porque el linesman dijo que había pisado afuera”, continúa Mesón. “Pero el equipo jugó muy prolijo, fue acomodándose al partido y de a poco lo dio vuelta. Era un equipazo, dirigido por Gradin e Imhoff, que sabían llegar a cada jugador. Pero hasta entonces los resultados no nos habían acompañado. Ese equipo no ganaba. Por eso lo festejamos muchísimo. Hasta dimos una vuelta olímpica aunque casi no había hinchas argentinos. A la noche fuimos a festejar a un bar y estaba Berbizier, que invitó cerveza y champagne para todos”.

Aquel día Mesón, que jugó 34 test matches en los Pumas y, con 365 puntos, es el quinto entre los máximos anotadores en la historia del seleccionado, empezó mal, ya que erró una primera patada accesible. Pero luego enderezó la mira y fue el gran héroe de esa tarde en Nantes. “Estaba confiado y tenía el apoyo de los entrenadores y mis compañeros. Era difícil patear porque los franceses, como locales, jugaban con esa pelota Adidas de cuero marrón, que era más ancha que la que se usaba en todos lados. Encima llovía, así que estaba más pesada que nunca”, recuerda. Francia anotó tres tries, pero la puntería del tucumano hizo la diferencia.

Bretaña no es de las regiones francesas más afines al rugby, deporte que se concentra mayormente en el sur del país. El club Stade Nantais, por caso, milita en la quinta categoría (Fédérale 1). El más renombrado de la zona es Vannes, que es líder del ProD2 y cuenta con los argentinos Francisco Gorrisen y Bautista Pedemonte.

Antes bien, Nantes es una ciudad futbolera. Ocho veces campeón de la primera categoría, el equipo auriverde tiene una estrecha relación con el fútbol argentino. La figura más saliente es la de Jorge Luis Burruchaga, que estuvo siete años en el club, incluido 1986 –el de la consagración mundial en México–, y se convirtió en un ídolo de la ciudad. También dejaron sus huellas Julio Olarticoechea, Néstor Fabbri, Mauro Cetto y el recordado Emiliano Sala.

“A lo mejor, para el nivel de las hinchadas argentinas pasa inadvertido, pero Nantes es uno de los equipos que tienen seguidores más fieles en Francia y una pasión superior a la media”, cuenta para LA NACION Cetto, que llegó al club a los 19 años, después de jugar en el seleccionado juvenil, y llegó a ser capitán. “El club se caracteriza por una línea de juego muy marcada, de tratar bien a la pelota. Históricamente es un club grande y se lo reconoce por tener semillero, buenas divisiones inferiores. De ahí salieron Marcel Desailly, Didier Deschamps y Christian Karembeu”, nombra a campeones mundiales de 1998.

Nantes, la cuna de Julio Verne, la tierra adoptiva de Burru, el lugar donde los Pumas dieron uno de sus golpes más memorables. Ahora estos quieren alimentarse de ese pasado para recuperar su esencia y avanzar en Francia 2023.