Los problemas de Boeing: un avión debió aterrizar de emergencia en Los Ángeles por un problema con un neumático

Un Boeing 777 de American Airlines
Un Boeing 777 de American Airlines

NUEVA YORK.- Un vuelo de American Airlines tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Los Ángeles el miércoles después de que el piloto informó de un problema con un neumático, informó la aerolínea en un comunicado el jueves, en el último de una seguidilla de incidentes que involucran a la empresa Boeing en apenas diez días en Estados Unidos.

El avión, un Boeing 777 de 23 años de antigüedad según Airfleets Aviation, despegó de Dallas Fort Worth, Texas, y aterrizó en Los Ángeles, California, sin ningún incidente, dijo American Airlines.

Un portavoz de American Airlines señaló que el piloto informó de un “posible problema mecánico” antes del aterrizaje del vuelo 345, tras lo cual aterrizó de forma segura en el aeropuerto de Los Angeles (LAX) a las 20.45.

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Según un informe de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), “explotó un neumático durante el despegue” del Aeropuerto Internacional de Dallas-Fort Worth. El organismo está investigando el hecho, según el sitio de NBC News.

Sin embargo, American Airlines dijo el jueves por la mañana que no había ningún neumático reventado y que el piloto había recibido una indicación de que la presión era baja en uno de los neumáticos del avión.

“El avión rodó hasta la puerta de embarque por sus propios medios y los pasajeros desembarcaron con normalidad”, añadió.

El incidente se produce pocos días después de que un avión de United Airlines, también un Boeing 777, que había despegado del Aeropuerto Internacional de San Francisco hacia Osaka, Japón, tuviera que realizar un aterrizaje de emergencia en Los Angeles después de perder un neumático.

El viernes, un avión Boeing de United Airlines se salió de la pista en el Aeropuerto Intercontinental George Bush de Houston, lo que obligó a evacuar a los pasajeros. Y por la noche, otro vuelo procedente de San Francisco tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en Los Angeles debido a problemas con el sistema hidráulico de la aeronave.

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El lunes de la semana pasada, además otro avión de United que viajaba de Houston a Fort Myers, Texas, se vio obligado a dar la vuelta luego de un incendio en uno de sus motores.

A esos incidentes en Estados Unidos se sumó esta semana una fuerte sacudida en un vuelo de Latam entre Australia y Chile que dejó más de 50 heridos. En ese caso, el avión involucrado fue un Boeing 787 Dreamliner.

Boeing se ha enfrentado a una serie de problemas de control de calidad, el más preocupante de ellos un incidente ocurrido el 5 de enero, cuando uno de sus aviones Boeing 737 Max 9 perdió una puerta de emergencia tras el despegue del avión en Portland, Oregon. El avión de Alaska Airlines se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia cuando un tapón de la puerta se cayó del fuselaje en pleno vuelo.

El mes pasado, la FAA ordenó formalmente inspecciones de los aviones Boeing 737 MAX en busca de pernos sueltos en los sistemas de control del timón después de que el fabricante de aviones lo recomendara en diciembre.

Dilema para las aeolíneas

A partir de estas situaciones, los ejecutivos de las aerolíneas están frustrados con Boeing, ya que su crisis de seguridad ha trastornado sus planes de negocios. Pero en un mercado para aviones grandes suministrados por apenas dos compañías, no tienen otra opción que hacer negocios con el fabricante de aviones estadounidense.

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A pesar de algunas muestras públicas de alarma – como el viaje del CEO de United Airlines, Scott Kirby, a Francia para hablar con Airbus cuando estalló la última crisis de Boeing- las compañías aéreas todavía están negociando nuevos pedidos de aviones, buscando aprovechar los retrasos de Boeing para asegurar mejores condiciones.

El cronograma de entregas de Boeing enfrenta prolongados retrasos luego del incidente del 5 de enero, que expuso problemas con la seguridad y el control de calidad en sus procesos de fabricación. Pero su rival Airbus ya tiene una acumulación de pedidos pendientes que hace que el cambio sea imposible.

El logo de Boeing en una propiedad en El Segundo, California, el 25 de enero de 2011. (Foto AP/Reed Saxon)
El logo de Boeing en una propiedad en El Segundo, California, el 25 de enero de 2011. (Foto AP/Reed Saxon) - Créditos: @Reed Saxon

En cambio, las aerolíneas están adoptando una variedad de estrategias para tratar de permanecer en el juego con Boeing, utilizando pedidos de un tipo de avión como marcador de posición para posiblemente recibir entregas de un modelo diferente. También están negociando más intensamente, buscando aprovechar los retrasos en la producción para obtener descuentos del fabricante de aviones en nuevos pedidos y compensación por pérdidas financieras.

“Los clientes de Boeing no tienen mucha opción más que seguir con Boeing, les guste o no”, dijo Scott Hamilton, director gerente de la firma consultora de aviación Leeham Company.

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Kirby ha sido uno de los que más ha expresado sus frustraciones con Boeing. Se reunió con Airbus después de que los reguladores suspendieron toda la flota de Boeing 737 MAX 9 de United y pusieron en duda la certificación de la variante más grande MAX 10, que debía entregarse este año y que iba a ser la piedra angular de la flota de United.

United encargó 277 aviones MAX 10 con opciones para otros 200, pero el tumulto en Boeing llevó a la compañía a considerar los aviones A321neo de Airbus como una alternativa. Esas conversaciones plantearon la posibilidad de que Boeing perdiera a uno de sus clientes más leales.

Sin embargo, la cartera de pedidos de Airbus está llena hasta 2030. El martes, Kirby dijo que United quiere aviones A321 pero no está dispuesta a pagar de más por ellos.

Ahora, dentro de United hay una creciente conciencia de que la aerolínea no podrá encontrar una solución a su problema MAX 10, dijo una persona familiarizada con el asunto.

Agencia Reuters