Porto, el equipo de Europa que más confía en los mexicanos, aunque se queden estancados

El Porto ha tenido a ocho mexicanos en sus filas desde 2013 a la fecha, superando los seis del PSV desde 2006 a 2023. (Quality Sport Images/Getty Images)
El Porto ha tenido a ocho mexicanos en sus filas desde 2013 a la fecha, superando los seis del PSV desde 2006 a 2023. (Quality Sport Images/Getty Images)

Jorge Sánchez ha sido anunciado como nuevo jugador del Porto FC. El lateral mexicano, después de un primer año complicado en el Ajax de Países Bajos, tendrá la oportunidad de enmendar su camino en el balompié luso. Y, en particular, en un club que se ha caracterizado, durante los últimos diez años, por darle muchas oportunidades a los jugadores mexicanos. Jorge Sánchez funge así como la última novedad en un listado que ha crecido enormemente.

Los primeros en abrir esa puerta fueron Héctor Herrera y Diego Reyes en el verano de 2013. Sus destacadas participaciones en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 llamaron la atención de Los Dragones. Tuvo que pasar un año entero para que sus arribos fueran oficiales, pero finalmente sucedió. Luego la realidad le entregó dos destinos muy diferentes a cada uno: Herrera se consolidó y, con el paso de los años, llegó a ser referente y capitán. Reyes, en cambio, no pudo ganar un lugar y deambuló en préstamos por el Espanyol y Real Sociedad (ahí le fue mejor, pero ningún club hizo el esfuerzo por comprarlo).

Gudiño jugó en la Primera División de Portugal con el Madeira, cedido, pero nunca se hizo de un sitio con el Porto. (Carlos Rodrigues/Getty Images)
Gudiño jugó en la Primera División de Portugal con el Madeira, cedido, pero nunca se hizo de un sitio con el Porto. (Carlos Rodrigues/Getty Images)

Después hubo otras apuestas a largo plazo: Raúl Gudiño y Omar Govea. Ambos prometían en las categorías juveniles, pero ninguno encontró sitio —igualmente Joao Maleck formó parte del equipo juvenil del Porto, a préstamo desde Santos Laguna, antes del trágico incidente en el que mató a dos personas en Zapopan—. Una segunda oleada de fervor mexicano se vivió en Oporto para el verano de 2015, con las compras de Jesús Manuel Corona y Miguel Layún. Ambos rindieron a su manera. Corona, igual que Herrera, a largo plazo (se marchó del club hasta enero de 2022; Herrera lo hizo en 2019, cuando partió al Atlético de Madrid). Layún tuvo una temporada mágica en la 2015-2016, aunque luego su rendimiento decayó.

En aquel momento, según contó el propio Layún, hubo una oferta del Real Madrid que el Porto no le quiso mostrar. "Tiempo después me lo hizo saber el mismo club, porque no habían querido tocar el tema conmigo para evitar que yo pudiera ejercer algún tipo de presión para ir al club. Cuando me lo comentaron fue desesperante saber que a veces ciertas informaciones no le llegan al jugador, sobre todo cosas que pueden ser tan importantes y que marquen tanto en la vida", confesó en entrevista para Fox Sports en 2019.

Layún vivió etapas muy buenas en el Porto, pero en su mejor momento no fue vendido a un club de élite. (VALERY HACHE/AFP via Getty Images)
Layún vivió etapas muy buenas en el Porto, pero en su mejor momento no fue vendido a un club de élite. (VALERY HACHE/AFP via Getty Images)

Layún finalmente partió al Sevilla en 2018. Mismo destino que encontró Jesús Corona para 2022, cuando sus mejores años ya se los había dado al Porto sin que se materializara un fichaje por un club de élite. Porque la realidad de los mexicanos en el Porto es esa: les dan oportunidad, confían en ellos, pero al mismo tiempo los estancan. Claro, están los jugadores que nunca pudieron consolidarse. Pero también los que si lo hicieron, como Herrera y Corona, a largo plazo, y tardaron mucho en ser vendidos a clubes de mayor rango (ninguno rindió tras su salida tardía).

Eso contrasta con lo que ha pasado con futbolistas de Europa o Sudamérica, que juegan poco tiempo en Los Dragones y parte a mejores destinos competitivos. Falcao, Eder Militao, Luis Díaz, James Rodríguez, Danilo Pereira, Mangala y André Silva. Los ejemplos sobran porque el Porto es un especialista al momento de comprar jugadores a precios bajos y, tras un par de campañas buenas, venderlos a precios galácticos. Excepto cuando se trata de mexicanos: Herrera salió como jugador libre y Corona cuando le quedaban seis meses y era mejor venderlo a quien fuese.

Es una dualidad difícil de comprender. Hay confianza en los jugadores mexicanos y también en el mercado mexicano (de la Liga MX han comprado a Marchesín, Uribe y Jackson). Pero no hay confianza para impulsarlos al siguiente nivel. O se quedan en promesas fallidas, y ahí la responsabilidad principal radica en el jugador, o rinden por muchos años a un buen nivel sin que haya opciones de crecimiento para ellos. A ese reto tendrá que enfrentarse Jorge Sánchez en su segundo tren europeo, uno que deberá aprovechar si no quiere que sea el último.

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