“No podía respirar”: el relato de una madre ucraniana sobre el horror del ataque ruso al hospital infantil en Kiev
KIEV.- En un trágico y brutal ataque, un misil ruso impactó este lunes el hospital infantil Okhmatdyt de Kiev, que causó la muerte de dos personas y dejó 16 heridos, en uno de los peores bombardeos en meses. El ataque, que ocurrió alrededor de las 10 (hora local), dejó una gran parte del hospital en ruinas, con ventanas voladas y edificios colapsados, y sumió a la ciudad en un miedo profundo.
Momentos después del impacto, Svitlana Kravchenko, de 33 años, se apresuró a proteger a su bebé de dos meses que recibía tratamiento en el hospital, cubriéndolo con un paño para evitar que inhalara polvo y escombros. “Oímos la explosión y nos llovieron los escombros”, dijo.
“Daba miedo. No podía respirar. Intentaba cubrirle con esta tela para que pudiera respirar”, relató con la voz temblorosa mientras salía del refugio antiaéreo. A su alrededor, equipos de rescate, soldados y ciudadanos formaban cadenas humanas para remover los escombros en busca de sobrevivientes.
El ataque destruyó una gran parte del hospital, conocido por realizar alrededor de 10.000 intervenciones quirúrgicas al año y albergar a 600 niños. La escena en el hospital era desgarradora: madres temblorosas aferraban a sus bebés, mientras doctores heridos y aturdidos intentaban comprender la magnitud de la devastación.
Svitlana y su marido, Volodímir, miraban la destrucción con su hijo en brazos, agradecidos de haber sobrevivido a pesar de las heridas leves. Su auto había quedado sepultado bajo los escombros, pero la joven familia se consideraba afortunada, ya que han sobrevivido con solo algunos cortes leves.
Los equipos de rescate seguían buscando entre los escombros. Yevhenia Rojvarg, una especialista en toxicología de 55 años dijo que todos sus colegas inmediatos estaban vivos, pero que no estaba segura de la suerte de los que pudieran haber quedado en los pisos superiores.
Rojvarg describió la explosión como “extremadamente potente”, que voló ventanas y puertas, y derribó muebles. Cuando se le preguntó si sentía rabia, dijo que no: “Tal vez agotamiento. Y una tristeza muy profunda”, expresó con la esperanza de que el sufrimiento acabe pronto.
El presidente Volodímir Zelensky condenó el ataque y dijo que Rusia había disparado más de 40 misiles contra distintas ciudades, causando uno de los días más mortíferos de la guerra en lo que va del año. En todo el país, al menos 29 personas murieron en la serie de ataques con misiles.
Mientras tanto, la comunidad se unía en medio del dolor. Cientos de vecinos acudieron al hospital con agua y ayuda, tratando de consolar a los afectados y buscar a los desaparecidos.
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ha iniciado una investigación por crímenes de guerra, mientras los esfuerzos de rescate continúan en medio de los escombros, con la esperanza de encontrar más sobrevivientes.
Agencia Reuters