Patrick Mahomes y los Chiefs, contra otra barrera

CIUDAD DE MÉXICO, enero 24 (EL UNIVERSAL).- Sentado sobre el césped del estadio Raymond James de Tampa, con los ojos cristalinos, Patrick Mahomes lamentó no cumplir uno de sus más grandes sueños: ser bicampeón en la NFL.

Han pasado casi tres años desde aquella dolorosa tarde del 7 de febrero de 2021 para el quarterback de los Chiefs de Kansas City, que fueron derrotados por los Buccaneers de Tampa Bay (31-9) en el Super Bowl LV.

El pasador no ha dejado de sobresalir en la Liga y ahora está a un par de victorias de cristalizar esa ilusión y derribar otra barrera en su ya muy laureada trayectoria profesional.

Porque ganar títulos consecutivos ha dejado de ser común en la NFL, cuya paridad de fuerzas se ha acentuado en el presente siglo.

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Han pasado 19 años desde el más reciente bicampeón, etiqueta que los Chiefs persiguen. El primer paso es derrotar como visitantes a los Ravens de Baltimore, el domingo, en el encuentro por el campeonato de la Conferencia Americana.

Los Patriots de Nueva Inglaterra, cuyo pasador era el mítico Tom Brady, son la franquicia que obtuvo el más reciente bicampeonato en la Liga.

Se dio en las ediciones XXXIII y XXXIX del Super Bowl, sobre los Panthers de Carolina y los Eagles de Filadelfia, respectivamente. De hecho, es la única vez que ha ocurrido desde 2000.

En el siglo pasado, tener victorias consecutivas en el Súper Domingo era bastante común. Los Packers de Green Bay, los Dolphins de Miami, los Steelers de Pittsburgh, los 49ers de San Francisco, los Cowboys de Dallas y los Broncos de Denver, lo hicieron. Todo cambió en el actual milenio.

Los propios Patriots -en 2018- y los Chiefs -hace tres años- son las únicas organizaciones que tuvieron la posibilidad de emular lo hecho por Nueva Inglaterra en 2004 y 2005. Fracasaron.

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Mahomes, el heredero del trono dejado por Brady, está en un nuevo intento.

Los poderosos Ravens y, si les gana, los Lions de Detroit o los 49ers se interponen en el camino hacia la obtención de ese logro por el que derramó lágrimas de sangre sobre el húmedo césped del hogar de los Buccaneers, hace casi tres años.