Paola Espinosa y las dificultades en México para ser atleta y madre al mismo tiempo

Paola Espinosa e Iván Garcia junto a su hija (Foto de: Gustavo Garello/Jam Media/Getty Images)
Paola Espinosa e Iván Garcia junto a su hija (Foto de: Gustavo Garello/Jam Media/Getty Images)

Paola Espinosa se ha consagrado como una de las atletas más laureadas y reconocidas en la historia de México. La clavadista consiguió tres medallas olímpicas –dos de bronce y una de plata– a lo largo de sus dos décadas participando en la élite de los deportes acuáticos. Sin embargo, en 2017 consiguió su medalla más grande al convertirse en madre. Para la deportista, la maternidad jamás ha estado peleada con la parte deportiva. Sin embargo, a partir de que dio a conocer la noticia, Espinosa tuvo que nadar en contra de las distintas dificultades que las propias autoridades deportivas le ponían enfrente.

Con la mira puesta en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Paola jamás dejó de prepararse para poder llegar a la justa, aún cuando ya se encontraba en su periodo de gestación. Continuó tomando clases de natación para embarazadas, hacía bicicleta y trabajaba en el gimnasio con rutinas sin peso pero que le ayudaban a tonificar su cuerpo. Una vez que diera a luz, continuaría con su preparación de alto rendimiento para competir en Japón. Cuando Paola anunció en sus redes sociales que se encontraba esperando a su hija Ivana, Gatorade, que era uno de sus patrocinadores no dudó en felicitarla a través de las redes sociales. No obstante, no existieron siquiera unas palabras de aliento por parte de los organismos mexicanos.

Eso mismo fue el reflejo de los procesos por los que tienen que pasar las atletas nacionales durante su gestación. Esos mismos ciclos los afrontan sin ningún apoyo de los comités mexicanos. En múltiples ocasiones, Espinosa ha levantado la voz en contra de la poca empatía de las madres atletas y destaca que el sistema deportivo en México no se encuentra preparado para que las deportistas de alto rendimiento que son mamás puedan tener la certeza de continuar con su carrera sin ninguna restricción. Y siempre ha expuesto que la maternidad no está peleada con el deporte. Más cuando se compara esta situación con la de otros países que hacen esfuerzos suficientes para que las mujeres puedan continuar practicando sin dejar de lado a sus hijos.

Una de las principales dificultades que tuvo que atravesar la clavadista fue durante la previa de los Juegos Olímpicos de Tokio, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) implementó una “burbuja” en las instalaciones del Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y de Alto Rendimiento (CNAR) como parte de su propio protocolo sanitario para evitar contagios de Covid-19 en deportistas.

“Viene la pandemia y estábamos ya muy cerca de los Juegos Olímpicos, de repente a alguien se le ocurrió hacer una burbuja y nos iban a encerrar en el CNAR. Nos dijeron que quién no se metiera no tenía derecho de competir en ningún selectivo, ni ser parte de la selección o ser considerados para los JJOO”.

“Yo expuse mi caso. Les hice saber que no era como el de los demás. Comenté que soy mamá. Mi hija tiene tres años y depende 100 por ciento de mí. No me puedo ir tanto tiempo a encerrar. La respuesta fue un ni modo, tienes que hacer un sacrificio porque tienen que encerrarse”, comentó la clavadista en aquél momento.

A pesar de las circunstancias, Paola hizo el esfuerzo de internarse en las instalaciones del CNAR y esperaba contar con el apoyo de las autoridades, pero desafortunadamente las cosas no fueron así. Todo significó alejarse de su hija y dejarla sola, debido el padre de la menor, Iván García también es clavadista de alto rendimiento y tenía que entrar a la cuarentena.

A pesar de haber hablado con la titular de la CONADE, Ana Gabriela Guevara, para que le brindara el apoyo con respecto a su hija la respuesta que recibió fue un rotundo no. Posterior a ello, Espinosa participó en el selectivo nacional donde culminó en la cuarta posición y se quedó sin la oportunidad de asistir a su quinta fiesta olímpica.

Espinosa, junto a Melany Hernández, obtuvo una plaza para que México pudiera competir en Tokio y la misma CONADE había prometido que ambas serían las representantes de la delegación mexicana. En 2022, Espinosa anunció su retiro de las albercas para dedicarse a su familia. Alegó que se alejaba del deporte profesional por los malos manejos de Guevara en la CONADE.

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