Pacto de Mayo: los expertos celebran la inclusión de la educación en el acuerdo, pero plantean una preocupación

En el punto cuatro del pacto se destaca:
En el punto cuatro del pacto se destaca: "una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar" - Créditos: @Ricardo Pristupluk

Se modificó el texto original. En la presentación del Pacto de Mayo que el vocero presidencial, Manuel Adorni, realizó esta mañana a través de sus redes sociales, y que se firmará en Tucumán el 9 de julio próximo, la novedad fue la inclusión de la educación en el documento. El punto cuatro hace referencia ahora a “una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar”.

Tal como había publicado LA NACIÓN, la Casa Rosada aceptó, puertas adentro, la modificación en el Pacto de Mayo original sobre la inclusión de un compromiso con la educación pública, como reclamaron desde la UCR y otros importantes organismos de la sociedad civil, como la Coalición por la Educación. ¿Qué significa concretamente esta modificación? ¿Cómo impactará en las nuevas políticas que el gobierno nacional discuta de aquí en adelante? ¿De qué manera repercute este enunciado en garantizar el derecho al aprendizaje de los estudiantes?

Para Guillermina Tiramonti, investigadora del Área de Educación de Flacso Argentina e integrante de la Coalición por la Educación, la inclusión del punto cuatro del documento definitivo –aunque habían solicitado que el tema encabezara la lista– en es una señal de gran relevancia. “Es importante que se ponga la educación entre los compromisos que tienen que asumir tanto el gobierno nacional como las autoridades federales y provinciales: la necesidad de poner en la discusión pública y en el hacer político a la educación. Sino no hay manera de que se pueda avanzar en el futuro –sostiene–. Por el momento es solo un acuerdo, pero sobre el cual podremos reclamar en el futuro”.

Consultados por LA NACIÓN sobre el trasfondo de la nueva incorporación, desde la Secretaría de Educación que comanda Carlos Torrendell, hicieron referencia al compromiso por la alfabetización que se firmó el 28 de mayo pasado con el voto unánime de las provincias, en una resolución que incluye planes específicos por cada jurisdicción. “Se trata de una iniciativa del gobierno nacional y supone, como el espíritu de la Ley Bases, un pacto renovado para volver a lo fundamental: que los chicos aprendan efectivamente en el aula a leer, escribir y comprender textos, de acuerdo con su edad”, dijeron fuentes de la cartera educativa..

Pilares

Como miembro de la Coalición por la Educación y una larga trayectoria en la enseñanza, el exrector del Colegio Nacional de Buenos Aires, Gustavo Zorzoli, celebró la inclusión del punto cuatro en el nuevo texto. “Buena noticia fruto de un trabajo conjunto de las fuerzas políticas y la sociedad civil”, posteó en sus redes sociales. Y agregó a LA NACIÓN: “El tema de la alfabetización es una política que se viene pidiendo sostenidamente desde el año pasado, y desde varios sectores. De hecho, la Secretaría de Educación lo ha tomado como el pilar de su política educativa, así que me parece que este anuncio resulta importante, significativo. Ahora, lo que hay que ver es cómo eso impacta concretamente en las políticas que tome de aquí en más el Gobierno. Por otra parte, en cuanto a la educación inicial, primaria y secundaria está en manos de las provincias resolver de qué forma esa inclusión se va a concretar y, específicamente, con qué fondos”.

Para Zorzoli, en principio, habría que diseñar e implementar, en el corto plazo, una campaña en paralelo a la actual de alfabetización, pero de alfabetización matemática. “Sobre todo para el primer ciclo de la escuela primaria, ya que los resultados de todos los operativos de evaluación, nacionales, regionales e internacionales, son mucho peores que los obtenidos en lengua –advirtió–. En segundo término, es necesario incorporar otros modelos de escuelas secundarias a las existentes (diversificar para incluir) que habilite entre otras temáticas el cursado de materias cuatrimestrales e, incluso, seminarios y talleres de menor duración”. También, considera Zorzoli, la opción de un currículo más flexible. Y completó: “Es decir, que los estudiantes tengan gradualmente el derecho a elegir qué materias cursar –más allá de un grupo muy reducido de asignaturas obligatorias–, y la incorporación optativa de herramientas que preparen a los jóvenes para el mundo del trabajo”.

La exministra de Educación porteña, Soledad Acuña, cuestionó, en su cuenta de X, fuertemente la medida: “No alcanza. Se sintieron en el compromiso de incluir a la Educación en el Pacto de Mayo y metieron una frase vacía. Como cuando tu hijo te pide un regalo y vos salís del apuro: ‘Pedíselo a Papá Noel’.Y digo que no alcanza porque un gobierno liberal debería construir las herramientas para garantizar la libertad de las personas. Eso es la educación. Después de tantos años de populismo educativo, esperaba de este gobierno una voluntad más férrea para revertir la triste realidad. Volvamos a hablar de educación esencial, condicionemos a los gobernadores para que tengan mejores resultados educativos, discutamos el desarrollo profesional docente y su sistema de formación, garanticemos más horas de clase efectiva… Haga algo que muestre que a usted, presidente, le importa de verdad la educación, como sí lo hace con otros temas estructurales de la Argentina. De otro modo no podemos pensar en desarrollo y libertad”.

Compromiso

Fernando Cazas es magíster en Educación y docente de la Universidad Caece, y en relación a la consulta sobre la incorporación de la educación a uno de los puntos del Pacto de Mayo, coincide con sus colegas en que siempre es positivo que se considere al tema entre las principales preocupaciones, y medidas: “Por supuesto que sobre lo que se dio a conocer con respecto a la necesidad de una educación secundaria útil y moderna, una alfabetización plena y sin abandono escolar, son puntos en los que nadie va a estar en desacuerdo. De hecho, muchas de esas cuestiones ya figuran en la ley de Educación Nacional que se sancionó en 2006. El desafío es que llevar adelante este tipo de mejoras requiere de mucho consenso y diálogo con todos los actores del sistema educativo. Mucho consenso y mucho diálogo con los equipos docentes de las escuelas, con los equipos directivos, con las familias, con los estudiantes de los distintos niveles también. Me parece que no es posible llevar adelante algún tipo de reforma si no se logran acuerdos previos”. Y agregó: “Digo esto porque quizás es uno de los puntos débiles que viene presentando el gobierno nacional en su política de poder concretar acuerdos con los actores en las distintas situaciones que tiene que enfrentar”.

Con una mirada en el corto y mediano plazo, Tiramonti subrayó que, junto con el plan de alfabetización en el que ya se está trabajando, hay que pensar en simultáneo en los cambios que, también, necesita la escuela secundaria. “Una vez que sepamos qué tipo de colegios queremos, entonces habrá que empezar a trabajar en los docentes –afirmó–. Hay una cuestión docente sobre la que hay que avanzar. Su formación inicial, su capacitación, la constitución de una carrera para los docentes y, sobre todo, la búsqueda de una forma de incorporación al trabajo escolar basado en cargos y no en horas”.

Para que no sea una inclusión que solo quede en la retórica, Sandra Ziegler, directora de la maestría en Ciencias Sociales con orientación en Educación de Flacso Argentina, el compromiso asumido en el Pacto de Mayo con respecto a la educación tendrá que sostenerse con políticas públicas de mediano plazo. “Los enunciados sirven para comprometerse con un rumbo, luego es necesario seguir ese lineamiento y acompañarlo con el presupuesto correspondiente para que un plan que priorice la lectura y la escritura se concrete en todo el país, con libros, capacitación docente, recursos digitales, compromiso docente y de las comunidades”, concluye Ziegler.