En el Obelisco. Masiva protesta contra Maduro en el centro porteño
Testigo de alegrías y de tristezas, esta tarde el Obelisco es el epicentro porteño del encuentro de emigrantes venezolanos que se reunen en todo el mundo para reclamar transparencia en los resultados de los comicios sucedidos el domingo pasado en ese país y cuestionar al actual mandatario, Nicolás Maduro, por atribuirse el triunfo sin haber exhibido ningún dato oficial. Media hora antes de la convocatoria oficial, prevista para las 16, ya se observan 50 personas con banderas y luciendo gorras de Venezuela. Entre ellas, destaca una señora junto con su hija de 6 años, ambas alzando con orgullo la bandera venezolana.
El ambiente de la manifestación, que a nivel global fue convocado por María Corina Machado, la líder oporsitora a Maduro que impulsó la candidatura de Edmundo González es variado: familias, amigos, individuos solitarios, todos con algo que exhibe los colores de su país comparten sus preocupaciones en la Plaza de la República.
Algunos aprovechan el tiempo para hacer carteles con consignas como “Exigimos la salida del usurpador Maduro”, “Venezuela libre” y “No hay Maduro que no pudra, ni cabello que no se caiga”.
Una parte de la avenida Corrientes ha sido cortada debido a la gran cantidad de asistentes. Desde el mirador de la policía, sobre la diagonal norte, se pueden ver personas con banderas, demostrando su apoyo y solidaridad con la situación que se atraviesa en Venezuela. “Es la primera vez que se junta tanta gente en una marcha venezolana en Buenos Aires. direcatmente acá en la Argentina. Es emocionante. Por fin vamos a ser libres”, comenta emocionado Alejandro, un emigrado radicado en nuestro país desde hace ocho años.
Las banderas de Venezuela empiezan a aparecer cada vez más, mientras los autos que circulan por la zona tocan bocina y todos comienzan a aplaudir. La canción “Me Fui”, de Reymar Perdomo, resuena en los parlantes, y los carteles proclaman “cuando muere el miedo nace la libertad” y “está permitido llorar pero no perder la fe, porque al Dios en quien hemos creído es fiel y nunca falla”. Muchas familias y personas se acercan al Obelisco, gritando “libertad”. Alguien clama “¿quiénes somos?”, y la multitud responde con fuerza: “¡Venezuela y queremos libertad!”. Todos se unen para cantar el himno venezolano.
Marcos y Annelies decidieron asistir a la marcha tras enterarse de la convocatoria por Instagram. “Nos enteramos vía Instagram porque estuvimos buscando dónde iban a estar los venezolanos. Sabíamos que hoy en Venezuela había una marcha general y, cuando se hacen este tipo de marchas, también suelen hacerse donde estamos los demás venezolanos”, explicó Marcos. Ambos dejaron Venezuela debido a la falta de oportunidades y la situación del país; Marcos hace seis años y Annelies, hace tres. “Nuestra historia es la que se lee en todos lados, salimos del país porque no teníamos oportunidades, no veíamos un futuro”, comentó Annelies.
Ambos expresaron su desilusión tras las últimas elecciones. “Mucha decepción, obviamente el corazón roto. Sabíamos lo que iba a suceder porque vivimos en un régimen y siempre ha sido así”, añadió Marcos. Ambos anhelan un cambio que les permita volver y visitar a sus familias. “Volví hace tres años con mucha ilusión, pero me decepcioné porque esperaba que estuviera mejor y estaba igual o peor. Quisiera que las cosas cambiaran para poder volver y ver a mi familia”, concluyó Marcos.
Entre gritos de “no se rinde nadie”, personas de diversos países como México y Chile se unen también para mostrar su apoyo. La multitud clama “gracias Argentina” y corea “Maduro basura, vos sos la dictadura”. En medio de la agitación, surge el interrogante “¿Dónde está Lula?”, reflejando la preocupación por la postura del presidente de Brasil y el llamado a la solidaridad internacional en la lucha por la libertad de Venezuela.
“Yo no puedo volver a Venezuela hasta que ellos no caigan”, comienza Patricia y suma: “Yo tengo casi nueve años acá, en la Argentina. Me vine porque me pasaron un montón de cosas. Un sentimiento de impunidad terrible, de injusticia. ¿Qué futuro puedes tener? Yo soy profesional. ¿Qué futuro podía tener?”.
Andrea, de 24 años, continúa: “Yo emigré cuando tenía 18. Tengo 24. Me vine sola. Me vine por tierra. Viví el 2017 en Venezuela. En 2016 salí gritando auxilio. Podías pasar tres días comiendo mango porque no había más nada que comer. Podías tener el dinero, pero no había nada. Salí básicamente pidiendo auxilio porque ya no podía más. No me fui porque quise. No fue una elección. Me fui porque ya no podía más. Presencié cómo la gente en la fila lloraba y pedía por un pote de mantequilla. La gente se moría de hambre y no tenía qué comer. Mi mamá podía pasar una semana comiendo mango porque era lo más barato y lo que más se conseguía. Las elecciones eran una esperanza. Así que esperemos. Yo confío en que Corina [Machado] puede y lo va a lograr. No es algo de un día para otro, pero se va a poder”.
El diputado Richard Blanco, miembro del Consejo Político Internacional y del comando de María Corina Machado, dirigió unas palabras a los presentes en el Obelisco, destacando la resistencia y el espíritu del pueblo venezolano. “En el cielo están aquellos jóvenes que vimos caer en Caracas y Venezuela, producto de la dictadura más feroz que ha vivido nuestra historia contemporánea”, dijo, pidiendo un minuto de silencio por los caídos. Blanco subrayó la esperanza y el “mandato recibido por el pueblo el pasado 28 de julio”. A pesar de las adversidades, destacó que el comando de Machado ha logrado recoger más del 83% de las actas electorales. “Venezuela está viva”, proclamó.
La diplomática venezolana Elisa Trotta se dirigió a la multitud. “Amigos, hermanos venezolanas, felicidades a todos”, comenzó. “Hoy aquí, viendo el Obelisco de frente con todas las banderas venezolanas que gritan libertad, es bastante emocionante. La idea era poder reunirnos, estar entre nosotros, dar conciencia y saber que lo vamos a lograr, y sobre todo, mandar la energía a los que están en Venezuela. A esas madres que están desesperadas buscando a sus hijos”, expresó. Trotta destacó la importancia de la solidaridad y la unión en estos momentos cruciales, mencionando a “las madres y abuelas buscando a sus hijos desnutridos”. Agradeció a “los argentinos” y reafirmó el compromiso de luchar por un futuro mejor para Venezuela, subrayando que “esos padres, a sus hijos, a los abuelos y a sus abuelas que están aquí deseando el futuro y que están preparando para un futuro prudente y seguro”.
La periodista de TN Carolina Amoroso, que viajó a Venezuela para cubrir los controvertidos comicios del domingo pasado, apareció entre la multitud en el Obelisco y fue aplaudida ampliamente. “¡Vamos, vamos!, exclamó al iniciar su discurso. “Queridos amigos, vuelvo y tengo la misma sensación de furia e impotencia que vi en los rostros de cada uno de ustedes. Vuelvo con una parte de mí derrotada, pero con otra que sabe que si al mal lo asiste toda la fuerza, al bien lo debe regir toda la razón. Y lo único razonable ahora es defender la esperanza. ¿Por qué? Porque a ustedes los mueve todo lo justo; terminar con el secreto a voces de lo que pasa en el helicoide y en la tumba. La necesidad de que el agua llegue todos los días y de que la abuela deje de recibir tres dólares de pensión en el país que premia a los enchufados. El deseo de volver a tener a la familia en Navidad. La rabia incontenible porque tu nacionalidad, que es puro orgullo, se ha convertido en una sentencia. ¿Tengo miedo de lo que pueda pasar? Sí. Pero más me aterra que la mano que los asfixia termine enmudeciendo todo. Y necesitamos aquí, en un país donde podemos ser dueños del aire que quisiéramos, tenemos la obligación moral con ustedes. Es el imperativo de nunca callar y hacer todo lo que tengamos a alcance para que el calvario termine. Lo que no quisiera con estas líneas es alimentar fantasías irrealizables porque sé que es un monstruo grande y pisa fuerte. Pero sí puedo decirles que tengo una certeza: Ustedes ya se consagraron libres. ¡Solos! Ahora, el mundo está a la altura de una lucha que es fuerte y desigual, pero que un día terminará en su victoria”.
También habló el diputado nacional Fernando Iglesias: “Los acompañamos el domingo pasado con el corazón ardiente, ardiente de esperanza, ardiente de esperanza por la libertad y ardiente de esperanza de los muchos de ustedes que querían volver a casa, volver a ver a sus familias”. Añadió: “Hoy estamos acongojados, pero mantenemos la esperanza. Venezuela será libre”. Concluyó su discurso señalando la situación actual en Venezuela: “Hoy el mundo asiste a una farsa, una farsa trágica”.
Además de Iglesias, participan de la movilización el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, y la diputada nacional Silvia Lospenatto.
Dos horas y media después de comenzada la marcha, grupos de jóvenes siguen llegando al Obelisco al grito de “libertad”. Nadie se mueve de su lugar. Entre los venezolanos se abrazan, algunos siendo conocidos y otros sin siquiera haberse cruzado nunca en el exilio. Una joven sostiene un cartel que dice “yo quiero volver a abrazar a mi mamá”. Niños con la bandera de Venezuela pintada en las caras, banderas por todas partes y carteles de “S.O.S” o “una Venezuela libre” son los que más se repiten.
Casi tres horas después del inicio de la concentración en el Obelisco, pasadas las 19, se cerró el acto el himno de Venezuela y el siguiente mensaje: “Esta es una carrera de resistencia. Se nos vienen varios días donde tenemos que seguir en la calle, donde tenemos que seguir alzando la voz con nuestros hermanos, con nuestros paisanos que ahora están siendo perseguidos por el régimen. Así que atentos a las próximas convocatorias de nuestra líder, de nuestro presidente. ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”.