Naoya Inoue brindó otra sólida exhibición y sigue mostrando las credenciales de mejor libra por libra del mundo

Japanese champion Naoya Inoue, left, and Irish challenger TJ Doheny, right, during the first round of a boxing match for the unified WBA, WBC, IBF and WBO super bantamweight world titles in Tokyo, Tuesday, Sept. 3, 2024. (AP Photo/Hiro Komae)
Japanese champion Naoya Inoue, left, and Irish challenger TJ Doheny, right, during the first round of a boxing match for the unified WBA, WBC, IBF and WBO super bantamweight world titles in Tokyo, Tuesday, Sept. 3, 2024. (AP Photo/Hiro Komae) - Créditos: @Hiro Komae

Intacto, como siempre. Naoya Inoue luce los cuatro cinturones principales del boxeo mundial y los responsables de cada una de esas organizaciones casi que intentan tener la exclusividad de una foto con el gran campeón unificado de los supergallos. Bob Arum, el octogenario promotor de tantas gestas, dijo que quiere llevarlo a los Estados Unidos para alguna gran velada. Es que Inoue ha hecho de Tokio el reducto donde se siente invencible y donde es ídolo de multitudes: el Monstruo, como lo apodan, es orgullo nacional en Japón. Y mientras Naoya, de 31 años, se enfrentaba con los micrófonos y la ovación, TJ Doheny, el esforzado irlandés que intentó durante poco más de seis rounds oponerle dificultades, se iba ayudado por dos personas, con evidentes problemas para hacer solo el camino a los vestuarios del Ariake Arena.

Fue otra victoria por demolición del mejor libra por libra del mundo, al que el peso supergallo parece quedarle chico. Triunfo número 28 para el invicto japonés, que en solo dos de esos combates llegó al límite de los rounds pactados. Inoue no derrocha golpes. La potencia de sus manos tiene sustento en la precisión. Y así los rostros de sus adversarios van marcando con el paso de los asaltos la dureza de los impactos.

Todos los cinturones son del japonés Naoya Inoue, campeón unificado de los supergallos
Todos los cinturones son del japonés Naoya Inoue, campeón unificado de los supergallos - Créditos: @Hiro Komae

Doheny, veterano y zurdo, que llegaba con cuatro derrotas (ninguna antes del límite) y 26 triunfos, dijo basta no bien iniciaba el séptimo asalto. Había terminado maltrecho el sexto, y cuando se reanudó el combate, marcó con evidente gesto de dolor lo que parecía una lesión en la cadera. Un mal movimiento, según le explicó a su rincón. Inoue frenó la ofensiva y tuvo un económico festejo, fiel a su personalidad.

En los dos primeros asaltos Inoue intimidó sin grandes aspavientos, el jab flotante, y con la sensación de estar al acecho para encontrar el hueco que le permita meter su derecha letal. Buen round de Doheny en el tercero: salió de la pasividad, tomó la iniciativa y le perdió el respeto a Inoue con varias combinaciones.

La demolición

Pero el Monstruo no cambió una coma de su plan. El irlandés terminó el cuarto asalto con un corte. Así avanzó el trabajo de demolición hasta el abandono del séptimo round. Lo explicó el propio japonés luego del match: “La pelea terminó por la acumulación de mis golpes”, dijo sin dudar. Y continuó: “Quise vencer a mi oponente poco a poco, el boxeo no es fácil y supe que él iba bajando el ritmo”.

Campeón en cuatro categorías diferentes, a Inoue le llueven propuestas para que siga creciendo en peso y en calidad de rivales. Los próximos meses serán cruciales para saber si salta a pluma y si vuelve a los Estados Unidos, pero esta vez para ser él el plato fuerte de alguna de las millonarias veladas de Las Vegas.

El desenlace