Los Mundiales de la FIFA de 1930 A 2030: cambia, todo cambia

Alejandro Domínguez, el presidente paraguayo de la Conmebol
Alejandro Domínguez, el presidente paraguayo de la Conmebol

La Conmebol, que inicia este jueves una nueva doble jornada eliminatoria, fue fundada en 1916. Su sede era Montevideo y su presidente, Héctor Gómez, uruguayo. Argentina, Brasil y Chile completaban la lista de los cuatro países fundadores. Paraguay se sumó en 1921. Un siglo después, los cuatro países crearon en Chile la “Corporación Juntos 2030″. Y lanzaron formalmente en Buenos Aires la postulación para ganar juntos la sede del Mundial 2030. “Sería cumplir el sueño de todos los sudamericanos”, celebró Claudio “Chiqui” Tapia en el predio de la AFA en Ezeiza. La “Corporación Juntos 2030″ tenía oficina en Santiago, director ejecutivo chileno (Michael Boys) y presupuesto y acuerdo legal del gobierno chileno. Pero Chile quedó afuera de la fiesta.

Este lunes, la Corporación firmó su certificado de defunción para cerrar de modo legal el 30 de noviembre. “Chile no puede mantenerse en esta organización”, afirmó Jaime Pizarro, ministro de Deportes de Chile. La reunión, vía zoom, duró 42 minutos. Los tres países restantes acordaron asumir los gastos (139.926 dólares). Chile espera también la devolución de la FIFA del depósito de 184.000 dólares que respaldaba su postulación. Todo porque el miércoles pasado la FIFA anunció que Sudamérica albergará finalmente a solo tres de los 104 partidos del Mundial 2030. Serán en Uruguay, Argentina y Paraguay. No en Chile. “Lo decidió la FIFA”, argumentó la Conmebol.

Robert Harrison, presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol; Ignacio Alonso, titular de la Asociación Uruguaya, Alejandro Domínguez, de la Conmebol y Claudio
Robert Harrison, presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol; Ignacio Alonso, titular de la Asociación Uruguaya, Alejandro Domínguez, de la Conmebol y Claudio "Chiquit" Tapia, de la AFA, en el lanzamiento del Mundial 2030 en la región - Créditos: @NORBERTO DUARTE

En rigor, Sudamérica se creía dueña única del Mundial 2030. Argumentaba que la FIFA debía honrar el “centenario” del primer Mundial, que se jugó en 1930 en Montevideo. Uruguay, que era bicampeón olímpico (1924 y ‘28), ofreció pagar pasajes en primera, hotel y “4 pesos diarios” de viático a cada jugador. Pero su Mundial pionero fue boicoteado (viajaron apenas cuatro selecciones europeas). En ese Mundial acotado de trece participantes, Uruguay celebró el título ganándole una accidentada final sudamericana a Argentina. Unidos ahora para el centenario de 2030, sumaron a Paraguay primero y a Chile después. Pero la FIFA achicó a solo tres las sedes sudamericanas porque también serán tres los organizadores del Mundial (España, Portugal y Marruecos). Y ganó Paraguay su plaza. Porque la Conmebol, argumentó la FIFA, tiene su sede en Asunción.

Sin embargo, en 1930 la sede era Buenos Aires porque el presidente de la Conmebol era argentino (Luis Salesi). Sus dos sucesores siguientes fueron chilenos (Luis Valenzuela Hermosilla y Carlos Dittborn). Paraguay (con Nicolás Leoz) asumió la presidencia recién en 1986, setenta años después de la fundación. Millonario, condecorado y protegido en Paraguay, Leoz duró veintisiete años. Fue el presidente récord. Fortalecido además porque en 1998 Asunción se convirtió en sede definitiva de la Conmebol. Y porque el gobierno paraguayo le concedió “inmunidad diplomática” al edificio de nueve pisos construido en Luque.

“¿Sabés por qué está la sede en Asunción?”, ironizaba en aquellos tiempos Julio Grondona, patrón en las sombras. “Porque en Paraguay usan lápiz”, respondía. Se puede borrar. No pudo borrarse sin embargo la evidencia de giros de 23 millones de dólares en veinte días a los bolsillos de Leoz, echado por corrupto. Fue el inicio del escándalo FIFAGate. La Conmebol perdió inmunidad y fue allanada por el FBI. Leoz falleció. Pero la nueva Conmebol sigue en manos paraguayas, un reinado de 37 años apenas interrumpido año y medio por dos fugaces presidencias uruguayas. Al Paraguay sede de 2030 no lo avala entonces el homenaje al pasado. Sino el poder actual. El presidente vigente de la Conmebol se llama Alejandro Domínguez. Es paraguayo, claro.

El estadio Centenario de Montevideo, sede del Mundial 1930 y también lo será del Mundial 2030
El estadio Centenario de Montevideo, sede del Mundial 1930 y también lo será del Mundial 2030

Chile reaccionó furioso. El presidente de su Federación, Pablo Milad, está en Zurich. Quiere explicaciones personales del presidente Gianni Infantino, quien, según la prensa chilena, ya le adelantó que la decisión de las tres sedes sudamericanas fue de la Conmebol, no de la FIFA. La FIFA prepara el insólito Mundial de 2030 en seis países y tres continentes citándolo como una contribución del fútbol a este mundo desunido y tensionado. Pero los especialistas hablan de negocios, no de la paz mundial. Afirman que la decisión allana el camino para que la Copa siguiente de 2034 se juegue en Arabia Saudita. El nuevo Papá Noel de la pelota puede organizar su Mundial sin ayuda de nadie. Y promete algo más que los cuatro pesos diarios de viático que pagaba Uruguay en 1930.

Los nuevos Mundiales con 48 selecciones, cada vez más inaccesibles para el llamado Tercer Mundo, debutarán en 2026 con la sede de Estados Unidos (que tendrá 60 partidos), más México y Canadá (apenas diez cotejos para cada uno). El mes pasado, la FIFA de Infantino inició un sorpresivo proceso de mudanza de Zurich a Coral Gables (Miami) de sus departamentos legales, riesgos y asesoría, además de sus órganos jurídicos (comisiones Disciplinaria, Apelación y Etica). Casi cien funcionarios de la FIFA se trasladarán en total a Miami. Nuevo destino de Leo Messi, Miami también es la ciudad donde levantó su imperio el brasileño José Hawilla, dueño de Traffic, la productora de TV que pagó los primeros sobornos del FIFAGate. En 1930, la lujosa Coral Gables estaba en bancarrota. En Miami (hoy residencia de Donald Trump) comenzaba la era de Al Capone. Y en Uruguay se jugaba la primera Copa Mundial de la FIFA.