Mundial Sub 20: Argentina dejó atrás la presión del debut y consiguió una amplia victoria sobre Guatemala

Luka Romero y compañía celebran el segundo gol del 3-0 de la Argentina a Guatemala en el Mundial Sub 20; el público estuvo más enfervorizado y empieza a identificarse con el equipo.
Luka Romero y compañía celebran el segundo gol del 3-0 de la Argentina a Guatemala en el Mundial Sub 20; el público estuvo más enfervorizado y empieza a identificarse con el equipo. - Créditos: @Fabián Marelli

SANTIAGO DEL ESTERO (Enviado especial).- “Es un juego. Tienen que salir a la cancha a jugar, tratar de despojarse de cualquier presión o cualquier cosa externa que ellos puedan pensar”, había dicho Javier Mascherano antes del debut de la selección argentina en el Mundial Sub 20. En varias ocasiones, aquel 2-1 a Uzbekistán desnudó el nerviosismo y la ansiedad que varios de los protagonistas sentían frente a la ocasión. Todo eso se disipó en el segundo encuentro, en el que se vio a los jugadores mucho más sueltos, con mayor confianza y desparpajo. El resultado fue un triunfo mucho más cómodo sobre Guatemala, por 3-0, que aseguró el pase a los octavos de final.

Acompañada por un ambiente mucho más festivo que en el estreno, con trompetas y bombos entre los 37.000 hinchas que colmaron el estadio Madre de Ciudades, de Santiago del Estero, la selección albiceleste inició el partido de manera mucho más agresiva, aprovechando la disposición netamente defensiva del conjunto centroamericano, que paró una línea de cinco hombres y una de cuatro. El DT santafesino hizo un ajuste fundamental para generar el cambio positivo: en lugar de tirarlo sobre la izquierda, como lo había estado, mandó a Matías Soulé a juntarse con Valentín Carboni, y ambos formaron un ataque de cinco jugadores junto a Alejo Véliz por el centro y Juan Gauto y Valentín Barco más profundos por las bandas. La presión alta, particularmente de Barco y Carboni, también surtió efecto.

Con la energía del inicio, la Argentina tardó apenas 16 minutos en conseguir el primer gol. Aprovechando la baja estatura de los defensores guatemaltecos, Gauto ejecutó un muy preciso centro desde la derecha que encontró la cabeza de Véliz, y el delantero de Rosario Central definió frente a una floja respuesta del arquero Jorge Moreno, para el 1-0. La ventaja permitió que los futbolistas manifestaran esta confianza adquirida con tramos de muy buen fútbol: Carboni hallaba espacios para el pase, Soulé se lucía con varios lujos y Gauto y Barco encaraban constantemente a los carrileros rivales.

Por su parte, Guatemala necesitó que su figura, Arquímides Ordóñez, participara en todos los ataques con la pelota, y aguantó el peligro argentino con faltas y despejes desesperados. En la segunda mitad, una de esas infracciones resultó muy costosa para los dirigidos por Rafael Loredo: a los 12 minutos, por una plancha contra Perrone, Carlos Santos vio la segunda tarjeta amarilla y dejó a su equipo con diez futbolistas. Toda posible postura ofensiva se disipó con esa expulsión.

Barco, Soulé y Véliz salieron inmediatamente después; el defensor lateral izquierdo recibió una cálida ovación. Pero el equipo local se mantuvo igual de hambriento e insistente, y uno de los ingresantes, Luka Romero, duplicó la diferencia en el marcador con un gran remate de media distancia, para algarabía del público santiagueño, a los 20 minutos.

La búsqueda del tercer gol se mantuvo hasta el final del encuentro, en particular cuando Gauto e Ignacio Maestro Puch superaron al arquero pero no concretaron. Esa insistencia se cristalizaría en el octavo minuto de tiempo adicional, cuando Federico Redondo elaboró un brillante pase en profundidad al atacante de Atlético Tucumán; Moreno bloqueó el remate de Maestro Puch, pero Perrone apareció por el medio para establecer el 3-0 final.

La noche, no obstante, terminaría dejando dos noticias inquietantes. Barco y Carboni sufrieron fuertes faltas que hicieron saltar las alarmas por posibles molestias, lo que llevó a sustituirlos; el próximo compromiso tendrá lugar este viernes, contra Nueva Zelanda en San Juan. Y sobre el final del cruce con Guatemala, la Argentina padeció una expulsión: Tomás Avilés cortó con mano una oportunidad de Ordóñez, por lo cual el árbitro Halil Umut Meler lo amonestó por segunda vez; ambos seleccionados quedaron con un jugador menos. El centro de la defensa albiceleste, que ya contaba con muy pocas variantes, perdió a un nuevo efectivo con mira al cierre del grupo A.

El partido inaugural había dejado indisimulables dudas en cuanto a la marca y la salida desde el fondo, producto del peso del mal desempeño en el Sudamericano y de la ocasión de jugar un mundial en suelo argentino. Y ciertamente Guatemala no presentó una exigencia suficientemente alta como para evaluar si realmente hubo mejoras sustanciales en esos rubros, pero al menos los rendimientos de Valentín Gómez y Mateo Tanlongo fueron muy superiores a los del primer partido.

Las conclusiones llegarán en el último encuentro de la zona, frente al conjunto neozelandés, que cuenta con Jay Herdman y Norman Garbett como armas desequilibrantes de ataque. Lo que sí mostró la Argentina fue la importancia del oxígeno que otorgó ese primer triunfo, plasmado en una sensación de disfrute de la ocasión, una conexión aun más fuerte con el hincha y momentos de muy alto nivel ofensivo.