Mundial de rugby. ¿La copa de los extranjeros? Por qué más de 150 rugbiers cambiaron de camiseta

Ignacio Brex, formado en San Cirano, cuando representaba a los Pumitas en 2012; ahora con 31 años, representará a Italia en el Mundial de Francia
Ignacio Brex, formado en San Cirano, cuando representaba a los Pumitas en 2012; ahora con 31 años, representará a Italia en el Mundial de Francia

Hinckley Vaovasa nació en Wellington y sus documentos dicen que es neozelandés. Toda su familia es originaria de Samoa, donde hoy reside, pero en el Mundial de rugby Francia 2023 él vestirá la camiseta amarilla de la selección de Rumania.

Kataro Matsushima juega por Japón aunque nació en Sudáfrica. Su madre es de Zimbabwe, y su padre, japonés; ése es el vínculo que le abrió las puertas de la selección nipona.

Vaovasa y Matsushima son dos de los 154 jugadores que nacieron en un país distinto al que representarán en la Copa del Mundo que se disputará desde este viernes. La suma de extranjeros representa 23,3% del total de 660 rugbiers de las 20 selecciones que participarán, varios de los cuales, en pos de mayor competitividad, abren sus puertas a jugadores de otros países y etnias, dejando al descubierto un panorama de absoluta multiculturalidad.

Las federaciones que no tienen ningún jugador nacido fuera de su territorio son las de Argentina, Georgia, Namibia y Sudáfrica, y una quedó fuera de ese grupo por un solo caso, Uruguay, que cuenta con el argentino Baltazar Amaya. En total habrá 36 argentinos en el Mundial: los 33 de los Pumas, el mencionado en Uruguay y dos en Italia, Ivan Nemer y Juan Ignacio Brex.

Springboks y Pumas, dos de las cuatro selecciones que en Francia 2023 no cuentan con jugadores nacidos fuera del país
Springboks y Pumas, dos de las cuatro selecciones que en Francia 2023 no cuentan con jugadores nacidos fuera del país - Créditos: @PAUL ELLIS

En el otro extremo, el equipo que más extranjeros tiene es un rival de los Pumas en la etapa de grupos, Samoa. El conjunto de Oceanía está integrado por 26 jugadores que nacieron fuera de su territorio; son 24 neozelandeses y 2 australianos, miembros de una formación que parecerá un equipo B de All Blacks. Lo sigue Tonga, con 18 foráneos, de los cuales 15 son neozelandeses y 3 son australianos. En el tercer escalón está Japón, otro adversario de Argentina en la zona D, que tiene el plantel más global porque alista a cinco jugadores de Tonga, cuatro de Nueva Zelanda, tres de Sudáfrica, dos de Fiji, uno de Australia, uno de Corea del Sur y uno de Tailandia. O sea, 17 no nipones.

Esta decisión de convocar a jugadores nacidos en otros territorios puede ser entendida como una estrategia para reforzar seleccionados de segundo orden, como Portugal, que reúne a diez franceses. Pero la teoría se diluye cuando se observa que Escocia posee 14 fuereños, Gales congrega 10, All Blacks dispone de 9 y el primer del ranking de World Rugby, Irlanda, aglutina a 8.

El sudafricano Duhan van der Merwe anota un try por Escocia frente a Inglaterra en el Torneo Seis Naciones
El sudafricano Duhan van der Merwe anota un try por Escocia frente a Inglaterra en el Torneo Seis Naciones - Créditos: @ADRIAN DENNIS

El país nativo de rugbiers que más presencia ostenta en el Mundial es Nueva Zelanda, que ubicó 81 jugadores en 11 planteles sobre los 20 totales. Bastante más atrás figuran Francia, con 44; Sudáfrica, con 43, y Australia, con 41.

Un reglamento más laxo

El panorama se repite en cada Mundial, pero en éste un cambio en la regla de “elegibilidad” de los jugadores alteró el escenario. World Rugy tuvo siempre una posición flexible al respecto y durante muchos años algunos países abastecieron a las grandes potencias del rugby. Samoa, Tonga y Fiji son islas oceánicas, buena parte de cuya población emigra a Nueva Zelanda y Australia. Esto hace que muchos hijos de inmigrantes se conviertan en jugadores de esos grandes países en este deporte, que además convocan a jugadores de esas pequeñas naciones insulares que participan en sus ligas. Jonah Lomu, recordada megaestrella de All Blacks, era hijo de Hapi y Semisi, tonganos que emigraron a Nueva Zelanda y tuvieron a su hijo en el país que les abrió las puertas. Y que se quedó con la probablemente mayor estrella del rugby de todos los tiempos.

En noviembre de 2021 World Rugby modificó la normativa y habilitó la posibilidad que un jugador vistiera la camiseta de otra selección aunque hubiera sido parte de otro equipo nacional y la puso en vigencia el 1 de enero de 2022. El cambio está permitido para jugadores dispuestos a “regresar” a una unión “emergente” demostrando un vínculo cercano y creíble por nacimiento o ascendencia.

Pieter Labuschagne, nacido en Sudáfrica, anota try de Japón
Pieter Labuschagne, nacido en Sudáfrica, anota try de Japón

La novedad procura atender reclamos frecuentes de jugadores de países de segundo orden en el rugby, que eran invitados por las potencias y luego quedaban sin la posibilidad de volver a jugar por su país, aunque hubieran sido seleccionados pocas veces o solamente hubieran estado en el banco de suplentes.

Para pasarse de una unión a otra, según la modificada regla 8 (elegibilidad), un jugador debe cumplir los siguientes criterios:

  1. Actuar en un segundo seleccionado después de tres años de no representar al anterior.

  2. Haber nacido en el país al que desea transferirse, tener un padre o abuelo nacido allí o contar con tres años de residencia en ese lugar.

  3. Bajo los criterios revisados de la regla 8, un jugador puede cambiar de unión una sola vez y cada caso estará sujeto a la aprobación del Comité de Regulaciones de World Rugby, para preservar la integridad.

Tonga fue la nación mas favorecida por la novedad reglamentaria, ya que hay siete nuevos jugadores que usarán la camiseta roja. Seis integraban All Blacks: Malakai Fekitoa, Charles Piutau, Vaea Fifita, Augustine Pulu, Tau Koloamatangi y George Moala. Además se sumará el ex Wallabie Adam Coleman.

Otro país favorecido es Samoa, oponente de los Pumas. Repatrió a cuatro jugadores: los ex All Blacks Lima Sopoaga, Steven Luatua y Charlie Faumuina y el ex miembros de Australia Christian Leali’ifano. Una de las potencias, Sudáfrica, sacó provecho y repatrió a Jean Kleyn, que jugó cinco encuentros por Irlanda en 2019, incluidos los del Mundial de Japón. Escocia llamó a Jack Dempsey, ex Wallabie, y Richard Hardwick jugará por Namibia habiendo participado en dos test matches en representación de Australia en 2017 y justificando el cambio por haber nacido en el país africano.

Charles Faumuina celebra el triunfo de All Blacks frente a Sudáfrica en una semifinal del Inglaterra 2015; ahora, a efectos deportivos, es samoano en Francia 2023
Charles Faumuina celebra el triunfo de All Blacks frente a Sudáfrica en una semifinal del Inglaterra 2015; ahora, a efectos deportivos, es samoano en Francia 2023 - Créditos: @Paul Gilham

Otro seleccionado que tendrá repatriados es Italia. El director técnico neozelandés de la selección azzurra, Kieran Crowley, llamó a dos ex jugadores de Inglaterra, Dino Lamb y Paol Odogwu. Y Gales, el otro participantes que hizo uso de la nueva ley, sumó al ex miembro de la Rosa Henry Thomas.

En total son 17 los jugadores que sacan partido del cambio de criterio de elegibilidad y que protagonizarán el Mundial de Francia con una nueva camiseta.

Entrenadores extranjeros

Fuera de reglamentación está la nacionalidad de los entrenadores. Cada unión tiene la libertad de elegir su cuerpo técnico sin restricciones, y también en este punto hay cruces de nacionalidades bajo unos mismos colores, escudo, himno y objetivo grupal.

De las 20 selecciones, diez tienen entrenadores extranjeros. La nacionalidad que más se repite es, nuevamente, la neozelandesa, con cinco representantes, incluyendo a Ian Foster, que dirige a los All Blacks. Ergo, el mundo de esta disciplina se alimenta de la habilidad y del conocimiento del país insular que solo cuenta con algo más de 5 millones de habitantes y respira rugby.

Michael Cheika es australiano y dirige al seleccionado argentino, otro de los cuatro que se componen íntegramente con jugadores nativos
Michael Cheika es australiano y dirige al seleccionado argentino, otro de los cuatro que se componen íntegramente con jugadores nativos - Créditos: @Juan Gasparini

Uno de esos casos es el de Argentina, que confía su preparación a un director técnico oceánico, pero no kiwi sino canguro: los Pumas son configurados por el australiano Michael Cheika.