Mundial de rugby 2023: crece la afluencia de argentinos, pero baja la expectativa por el fin de semana en Marsella

El público argentino copó Nantes para ver el partido ante Japón; todavía quedan muchas entradas disponibles para el encuentro en Marsella frente a Gales
El público argentino copó Nantes para ver el partido ante Japón; todavía quedan muchas entradas disponibles para el encuentro en Marsella frente a Gales - Créditos: @Pauline Ballet - World Rugby

MARSELLA (Francia).– Un grupo de rosarinos, compañeros de trabajo de Ligier, una empresa de productos agropecuarios, hizo el lunes el recorrido de una hora en tren de Nantes a La Baule como para despedirse del Mundial de rugby con un día de playa. Algunos habían llegado a este país para el partido con Samoa, otros para el de Chile y, se despedirán con la definición del grupo ante Japón. En el medio, recorrieron todo el país con itinerarios diversos. Todavía latía en su cuerpo la emoción por el partido del día anterior, en que los Pumas ganaron un partido electrizante para pasar de ronda. De repente, uno de ellos siembra una semilla que empieza a germinar en la cabeza del resto: “¿Qué pasa si nos quedamos unos días más y vamos a Marsella?”. Para algunos, imposible, pero varios empezaron a considerar la posibilidad. Rápidamente agarraron el celular y empezaron a hacer averiguaciones. Cambio de pasaje de vuelta, tren a Marsella, alojamiento…, entradas. Lo que constituía el temor mayor, el precio de la reventa, finalmente se convirtió en lo más sencillo de resolver. Sobran entradas, tanto en el sitio de ventas de World Rugby como en su sistema oficial de reventa. Y la disponibilidad parece ir en aumento.

Al contrario de lo que ocurre en París, donde ya no hay tickets disponibles para Irlanda vs. Nueva Zelanda (el sábado) y Francia vs. Sudáfrica (el domingo), que acaparan la atención del fin de semana, los partidos del Stade Vélodrome no atraen de la misma forma. Tanto para los Pumas vs. Gales (sábado) y, especialmente, Inglaterra vs. Fiji (domingo), va a ser difícil que las 67.847 butacas estén cubiertas. Entre la ausencia de Australia, el poco magnetismo que transmite la selección de Inglaterra a su público y las distancias que persisten con Fiji, la demanda por esos dos encuentros está en retroceso. Sólo la euforia impulsiva de los argentinos y la fidelidad de los galeses amenaza con ponerle color a la multifacética Marsella.

Se espera la llegada de muchos argentinos para darle color a Marsella
Se espera la llegada de muchos argentinos para darle color a Marsella

Basta entrar a la página de World Rugby en la pestaña Tickets para advertir el fenómeno. Lo curioso es que la oferta va en aumento. Cada vez son más las entradas puestas a reventa oficial, que tienen el mismo precio que cuando salieron a la venta por primera vez: desde 75 euros la categoría 4 hasta 300 la 1. No son precios desorbitantes para quien se puede pagar un vuelo y una estadía en Francia.

Por ejemplo, el martes por la tarde había 800 entradas en la reventa de Pumas vs. Gales y el miércoles al mediodía la cifra ascendía a 1100. Para Inglaterra vs. Fiji pasó de 1500 a 1880.

Cuando se realizó el sorteo del Mundial, hace tres años, el mapa del rugby era muy diferente a cómo quedó constituido para el inicio de la Copa. Este incordio hizo que, por ejemplo, los cinco primeros del ranking quedaran emparejados en dos grupos (Irlanda, Francia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Escocia) y que, para colmo, se cruzaran entre sí en cuartos de final. Así, el exceso de anticipación y el azar hicieron que el centro de gravitación de los cuartos de final estuviera el fin de semana en el Stade de France, con la presencia del número 1 del mundo, el campeón defensor, el local y el mejor equipo de la historia.

Recuérdese también que los primeros tickets salieron a la venta en marzo de 2021, cuando ya estaba constituido el fixture pero la realidad de los equipos era sensiblemente diferente a lo que es hoy.

¿Qué pasa del otro lado de la llave? Varios factores se conjugan para que la expectativa haya bajado. En primer lugar, la ausencia del seleccionado de Australia, que se quedó afuera de los ocho mejores por primera vez en su historia. Más allá de la distancia, a los australianos les encantan los aviones y siempre acompañan a su seleccionado en masa en las grandes citas. Buena parte de ellos había sacado entradas para esta instancia y optó por volverse a casa y ponerla a disposición.

Los galeses también prometen poner color en Marsella
Los galeses también prometen poner color en Marsella - Créditos: @Laurent Cipriani

En segundo término, Inglaterra, que por cercanía, popularidad del rugby y estándares económicos es el país que más hinchas mueve, atraviesa el peor momento en la relación seleccionado/fanáticos. Ni siquiera la victoria ante los Pumas en el debut, el primer puesto conseguido en el Grupo D logró contagiar a sus seguidores. Mucho menos el cruce relativamente accesible (en relación con otros posibles rivales) ante Fiji. Al contrario, el hecho de que no sea un cruce atractivo le restó interés. Lo que más rechazo genera, no obstante, es el juego mezquino y conservador que lleva adelante el entrenador Steve Borthwick, que le dio resultado para salir airoso en el estreno (precisamente en Marsella) pero sobre el que no logró edificar un estilo más vistoso. De hecho, todos los partidos de Inglaterra presentaron visibles claros en las tribunas, ya sea en Marsella, Niza y Lille.

Un informe del periódico británico The Guardian agrega que en Gran Bretaña reina el malestar por cómo son tratados los hinchas en Francia. Excesivas colas y peligrosos apretujamientos para entrar al Stade Vélodrome (muchos se perdieron los primeros minutos de Inglaterra-Argentina), miles de simpatizantes dejados a la deriva en las inmediaciones del estadio de Lyon a altas horas de la noche por cese de funcionamiento de los trenes a 8 kilómetros del centro o escasez de cerveza en los estadios.

Mientras tanto, se espera una tercera ola de argentinos en Francia, que se suma a los que se tentaron y buscan extender su estadía. El epicentro de un fin de semana sísmico estará en París. Marsella pinta cada vez más celeste y blanco, no por los colores del Olympique, precisamente.