Estados Unidos consigue honrar la memoria de Alexi Lalas y los suyos
En todos los mundiales se ven imágenes curiosas en las gradas, donde la euforia y en ocasiones el alcohol dan pie a atuendos realmente chocantes. Qatar 2022 no da para tanta excentricidad porque, primero, la excentricidad está mal vista en todo el país, así que lo más que vas a ver es a hooligans vestidos de jeques haciendo la gracia; segundo, porque, en principio, y aunque sabemos que se están permitiendo excepciones, el alcohol está prohibido en todo el país.
Cuando incluso llevar una pulsera con los colores del arcoíris es motivo para que te expulsen del estadio -y callamos, callamos, callamos...-, nada mejor que recurrir a los iconos más inocentes del pasado. Por ejemplo, a toda una generación se nos puso la piel de gallina cuando vimos a un aficionado estadounidense con una peluca grunge y una perilla pelirroja imitando el aspecto del central Alexi Lalas en el mítico mundial de Estados Unidos 1994. Lalas no solo fue un excelente futbolista, el primero de su país en jugar en la Serie A cuando la Serie A era cosa seria, sino que parecía sacado de "Singles" o de "Reality Bites" o de cualquiera de esas películas que Hollywood se sacó de la manga para engatusar a la Generación X.
Aquel equipo de Estados Unidos, con Lalas en la defensa, Tony Meola en la portería, Tab Ramos y el exquisito Claudio Reyna en la medular, más el explosivo Eric Wynalda como delantero, consiguió clasificarse para octavos de final y dar sentido a la organización de un mundial de un deporte hasta entonces despreciado. Ellos encendieron una mecha que no se ha apagado: EEUU participó en todos los mundiales masculinos de 1990 a 2014, ambos inclusive. No se clasificó para el de 2018, pero, a cambio, ha ganado tres de las últimas cinco Copas de Oro de la CONCACAF.
En el plano femenino, ha sido el gran dominador del planeta: han ganado cuatro de los ocho mundiales disputados, incluidos los dos últimos con una enorme solvencia. El fútbol, a partir de la década de los noventa, revolucionó sociológicamente el país y se convirtió en un icono del deporte femenino, algo que solo se rozó entre los hombres cuando Reyna, Cobi Jones, Landon Donovan y compañía se plantaron en cuartos de final en el Mundial de Corea y Japón, en 2002.
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— Central do Chelsea ⭐⭐ #KTBFFH (@CentralCFC_) November 29, 2022
¿Está este equipo de 2022 a la altura de sus antecesores? Sinceramente, la sensación es que está por encima... pero que la competencia es más salvaje. El triunfo de este martes ante Irán, una selección correosa y muy luchadora, les ha colocado en octavos de final ante Países Bajos. Ya habían demostrado su calidad con un empate contra Gales y otro contra Inglaterra. En ambos partidos, merecieron más. Hay un sentido de equipo y de juego ofensivo que siempre hace a esta selección atractiva, pero, ahora, además, hay jugadores de clase mundial.
Me refiero sobre todo a Christian Pulisic, autor del gol de la victoria. Pulisic, que ya fue clave en la eliminatoria del Chelsea contra el Real Madrid en 2021, que dio paso al equipo británico a la final y le acabó valiendo su segunda Champions. Es un jugador diferencial y su lesión tras chocarse contra el portero en el gol puede marcar el futuro de su selección. Con Pulisic, Estados Unidos puede aspirar a ganarle a Países Bajos, claro que sí. Y, a partir de ahí, todo lo que llegara sería un regalo.
Porque el caso es que, además de atacar bien, el equipo es sólido en defensa -empatar a cero contra esta Inglaterra no es fácil- y tiene otros jugadores que llaman la atención: Tim Weah, Sergiño Dest, Yunus Musah, Weston McKennie o Gio Reyna, el hijo de Claudio. Todos tienen un denominador común: no llegan a los 25 años y, en principio, su explosión se esperaba para el Mundial de 2026, que Estados Unidos coorganizará junto a México y Canadá. Nada hace pensar que no puedan adelantarse.
Dependerá, como decía antes, de Pulisic. El seleccionador, Gregg Belharter, no es precisamente optimista en cuanto a su presencia en octavos, así que los demás tendrán que dar un paso adelante y, sobre todo, tendrán que mejorar su acierto de cara a gol. Con un delantero decente arriba -¿qué pasaría con Altidore, la gran estrella adolescente que se perdió en la fama precoz?-, el equipo habría ganado los tres partidos de la fase de grupos y sería ahora el favorito en octavos. En cambio, queda la duda de si seguirá siendo un buen equipo demasiado inocente. Una duda que conviene quitarse de encima cuanto antes. Tal vez el sábado contra Van Gaal y los suyos.
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