La mesera que se visualizó campeona

Leobardo Vázquez

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 9 (EL UNIVERSAL).- Alexa Grasso, al igual que muchos deportistas en México, tuvo en su familia a ese primer impulso que la acompañó. Es por eso que le dedicó su más reciente triunfo, sobre Valentina Shevchenko, que la ubicó como la primera mujer tricolor campeona en UFC.

Un camino que no fue nada sencillo y que la llevó a pelear en discotecas y mezclar su educación con empleos fuera del deporte para ganar dinero. Sólo así alcanzó sus sueños. Camino que recordó en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL Deportes.

"Mi primera pelea fue en una discoteca. Siempre tuve que llevar buenas calificaciones a casa. Desde temprano iba a la escuela, después al gimnasio y realizaba mi trabajo de recepcionista. Hubo un tiempo en el que dejé de entrenar y busqué otros trabajos, de mesera y secretaria", mencionó.

Esfuerzos que tuvieron un punto culminante el fin de semana en la T-Mobile Arena, en la que —con el apoyo de miles de mexicanos— salió con la mano en alto, instante que visualizó mucho previo a subir al octágono.

"Fue un momento muy especial. Soñé mucho con eso, lo veía todos los días en mi cabeza. Tengo una coach mental que me ayudó bastante en eso y uno de los ejercicios era visualizar todo. Parecerá loco, pero creo que sirvió mucho", reconoció.

Grasso, quien se sumó a Yair Rodríguez y Brandon Moreno como campeones tricolores en la UFC, destacó las cualidades de los peleadores mexicanos, asegurando que siempre dejan el corazón en cada combate.