Matteo Salvini intenta sacar provecho para forzar la caída de Giuseppe Conte
ROMA.- La emergencia del nuevo coronavirus -que hasta ahora provocó 17 muertos (todos ancianos y con cuadros clínicos complicados) y 650 contagiados en 12 regiones- al principio había logrado un milagro: una tregua en la siempre agitada política italiana. Pero con el pasar de los días y el vertiginoso aumento de los casos, en los palacios romanos crecen las internas y la sensación de que el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, puede llegar a ser la mayor víctima del coronavirus.
Desde septiembre pasado al frente de un débil gobierno de coalición entre el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E) y el Partido Democrático (PD), de centroizquierda, Conte está siendo muy criticado por la oposición por cómo manejó la nueva epidemia, con medidas demasiado drásticas tomadas tarde y un discurso de alarmismo excesivo.
A tal punto que su gran enemigo, su exministro del Interior Matteo Salvini, líder de la derechista Liga, está intentando una nueva jugada para destronarlo. La hipótesis, que no le disgusta para nada a otro adversario de Conte, el expremier Matteo Renzi, líder de Italia Viva, es reemplazarlo con un gobierno de emergencia o de unidad nacional, que luego debería convocar a elecciones.
Justamente con este objetivo Salvini se reunió ayer con el presidente, Sergio Mattarella, a quien le pidió audiencia para manifestarle su enorme preocupación por los efectos devastadores que tendrá para el norte del país -la zona más rica y productiva de Italia, donde domina la Liga- la parálisis impuesta para frenar el brote del Covid-19. El principal foco se encuentra en Lombardía, donde se registraron hasta ahora 403 casos y hay 11 comunas de la provincia de Lodi en cuarentena, y el otro en el Véneto (111 casos). Se trata de dos regiones cruciales, porque representan más del 30% del PBI de Italia.
"Nosotros queremos que Italia vuelva a arrancar, pero con Conte no arranca", disparó Salvini ante los periodistas que le preguntaron si la Liga está dispuesta a respaldar a un nuevo gobierno de solidaridad nacional para enfrentar de otra forma al nuevo coronavirus. "Yo no me quedo de brazos cruzados viendo cómo Italia se hunde. La Liga va a estar para sacar al país del pantano y acompañar al país al voto", agregó el exhombre fuerte de Italia, que con su retórica populista y antiinmigrantes convirtió a la Liga en el primer partido del país. Salvini planteó la posibilidad de ir a votar dentro de ocho meses, una vez superada la emergencia.
"El objetivo es volver a la normalidad, pero tenemos la impresión de que en el gobierno hay bastante confusión", agregó Salvini, que después de haber denunciado a Conte por haber minimizado la emergencia sanitaria lo acusa ahora de amenazar con la debacle económica a muchas pymes del norte. "Le llevé al presidente la voz de las empresas, de los productores, los artesanos, los comerciantes. Volvamos a abrir todo lo que debe reabrirse: Italia es un país que sufre, pero que debe volver a arrancar", clamó el denominado "capitán", en un tuit en el que posteó un video que ensalzaba el gran dinamismo de Milán, su ciudad.
Considerada la capital económica de Italia, Milán en los últimos días pareció una ciudad fantasma, con escuelas, universidades y museos cerrados. Solo ayer pareció recuperar algo de vida con el Duomo, su emblemática catedral, que volvió a abrir sus puertas, y los bares, que volvieron a sus horarios normales, ya que una ordenanza anticoronavirus había decretado un extraño cierre a las 18.