El City se quedó con el clásico de Manchester: Phil Foden facturó por dos, Julián Álvarez aportó su categoría y Erling Haaland liquidó al United

Phil Foden marcó dos golazos en la victoria del City en el clásico de Manchester por 3-1 sobre el United
Phil Foden marcó dos golazos en la victoria del City en el clásico de Manchester por 3-1 sobre el United - Créditos: @Mike Egerton

Un clásico con historia, con estrellas y con una carga histórica espectacular. Manchester se paralizó porque el City y el United se pusieron frente a frente para engalanar la Premier League, en un duelo de la 27° fecha. Y con acento argentino, ya que Alejandro Garnacho, una de las joyas de la selección argentina, estuvo desde el arranque para los Diablos Rojos, mientras que Julián Álvarez comenzó desde el banco de los suplentes para el Ciudadano, ingresó en el segundo tiempo, y fue clave en la conquista de Phil Foden, que puso al frente a su equipo, mientras que Erling Haaland liquidó al United al marcar el 3-1 definitivo.

Apenas arrancó el juego, el City salió, como siempre, a imponer condiciones. Y al minuto del juego, Foden sacó un zurdazo que se fue apenas desviado. El dominio de los locales se presentaba pleno y, con su intensidad, Bernardo Silva puso a Erling Haaland en una buena opción, pero el cabezazo del gigante noruego se fue por encima del arco de Onana.

El United apostó por estar agazapado y aprovechar una distracción de su rival, por eso tuvo una aproximación con Garnacho que a pura velocidad llegó hasta el fondo, pero su centro atrás fue bien controlado por Ederson. Y en esa búsqueda los Red Devils sorprendieron con un golazo infernal de Rashford, a los 8 minutos del primer tiempo: con una jugada en tres toques, congeló la furia del City y demostró tener el veneno suficiente en sus ataques como para dar el primer golpe al partido: porque el bombazo del delantero inglés congeló a los fanáticos del City.

La bomba infernal de Rashford

A pesar del impacto, el City siguió en su búsqueda y Onana creció en el arco de United. Nuevamente el arquero camerunés le ahogó el festejo a Foden, porque primero le tapó un disparo cruzado y después el delantero inglés quedó mano a mano, pero resolvió con un disparo sobre el guardavallas.

Nunca se detuvo el City: su trabajo siempre es dejar sin respuesta a sus rivales y en el clásico multiplicó su poder. Por eso genera opciones y el VAR primero un posible penal a favor del Manchester City por mano de Diego Dalot dentro del área y después volvió a aparecer la muralla de Camerún para sacar un terrible disparo de Rodri que se metía junto al palo izquierdo.

El dominio se mantuvo, el City nunca renunció a su protagonismo y exhibió más hambre que nunca porque necesitaba empatar el juego. United apostó a salir rápido para volver a golpear a su rival, pero todo quedó en poder del local, aunque en la primera parte no pudo quebrar la resistencia de su oponente y tampoco contó la voracidad de Haaland, que desperdició una oportunidad que cuesta creer. Primer fue el volante inglés Kobbie Mainoo que sacó un remate fuertísimo de Foden con la cabeza. Y después, el delantero noruego del City quedó solo debajo del arco y su toque se fue por encima del travesaño.

Se trató de un clásico de altísima tensión, si respiros y con situaciones de todo tipo. Hasta Pep Guardiola aportó a la causa, porque el entrenador español de City se desesperó con las posibilidades que no pudieron concretar sus dirigidos, se acercó al cuarto árbitro y comenzó a hablarle y a hacerle gestos que hasta le sacaron una sonrisa al juez asistente.

El segundo tiempo comenzó con un trámite algo más equilibrado, el City no estaba tan claro y el United se animó a tener un poco más la pelota. Pero le duró bastante poco a los Red Devils esa idea, porque el equipo de Pep Guardiola tiene tanto personal y tantos recursos que logró su objetivo con un gol a la altura de la cita. Phil Foden de zurda sacó un tremendo disparo que se clavó en el ángulo derecho del arco de Onana.

La reacción del entrenador español fue inmediata, porque cuando advirtió que su equipo pudo quebrar la resistencia del United movió el banco de los suplentes y le dio vuelo a Julián Álvarez, que ingresó por el belga Jeremy Doku, e inmediatamente comenzó a asociarse en la zona ofensiva para darle más poder al City que recuperó su dominio pleno.

Una perla de Foden para poner el 1-1

Con las proyecciones de Kyle Walker, la categoría de Bernardo Silva y el control de todos los avances de Kevin De Bruyne, Manchester City no dejó que el United puede tener la pelota. Incluso, cada vez que el equipo visitante tuvo la pelota le duró muy poco en su poder. El equipo de Erik ten Hag se jugó todo a la velocidad de Rashford y de Garnacho, pero no pudo explotarlo porque estuvo más tiempo en posición defensiva que con posibilidades de generar acciones de peligro.

La paciencia del City es un valor incalculable para este tipo de duelos. Y cuando se trata de lastimar, también cuenta con la voracidad de sus atacantes. Por eso torció la historia con sus armas. Foden siguió usufructuando su verticalidad y encontró en Julián Álvarez como el socio ideal para romper todos los cerrojos que propuso el United. Y el delantero inglés, tras la habilitación del argentino, sacudió un zurdazo cruzado que no pudo contener Onana.

Toque de Julián y definición de Foden

Voraz e incansable, el City siguió buscando estirar la ventaja. Foden, con una confianza absoluta: Kevin De Bruyne leyendo cada camino, Julián intenso y Haaland siempre al acecho, empujó y empujó sin respiro. Eso provocó que la imagen de United fuese cada vez más deslucida, completamente replegado y casi sin poder hacerle daño a su rival.

La fórmula del equipo de Guardiola es letal, no deja pensar a su rival y busca hasta el último segundo de cada juego, por eso, terminó por aplastar cualquier intención que pudiera tener el United de regresar al clásico. Presión alta y resultados efectivos: todos presionando la salida, Rodri capturó la pelota y dejó a Haaland de frente al arco para que el noruego defina con categoría, de zurda, ante Onana que sostuvo a su equipo mientras pudo.

La estocada final de Haaland