En el Magreb, el apoyo a los palestinos se grita sobre todo en los estadios

Un hombre, fotografiado junto a un mural pintado por los ultras del club de fútbol Wydad AC en Casablanca, Marruecos, el 5 de abril de 2024 (Fadel Senna)
Un hombre, fotografiado junto a un mural pintado por los ultras del club de fútbol Wydad AC en Casablanca, Marruecos, el 5 de abril de 2024 (Fadel Senna)

"Oh, Palestina amada, ¡resiste!": en el Magreb, la solidaridad con los palestinos queda especialmente en evidencia, desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, en los estadios de fútbol, que se convierten así en uno de los contados lugares para que los más jóvenes expresen sus frustraciones.

Paro, desigualdades o corrupción: los ultras acostumbran a entonar cánticos que han desaparecido de las calles desde que una ola de represión barrió los movimientos de protesta en el marco de la Primavera Árabe, según denuncian organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.

Entre pancartas que reclaman más libertad hay banderas palestinas, omnipresentes desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza.

Desde el 8 de octubre, un día después del ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino en suelo israelí que desencadenó una ofensiva militar israelí a gran escala, en el estadio Mohammed V de Casablanca se escuchó ya una canción pro palestina, entonada por los ultras de uno de los clubes de referencia de la capital económica marroquí.

"Oh, Palestina amada, ¿dónde están los árabes? Están dormidos. Oh, tú que eres el país más bello, ¡resiste!", cantaron los ultras del Raja Casablanca. El cántico consiguió gran eco a través del mundo árabe.

En noviembre, en Argel, hubo un tifo en un estadio en el que se representaba a un palestino enmascarado con el mensaje: "Me sacrifico por ti, tierra de revolucionarios".

"La cuestión palestina une a todo el mundo", estima Abderrahim Burkia, sociólogo marroquí y autor del libro "Ultras en la ciudad".

"Los ultras se posicionan habitualmente del lado de los oprimidos. Para ellos es normal cantar a favor de Palestina", cuenta.

- "Deber" -

En Argelia, en Túnez y en Marruecos se han visto regularmente pancartas alusivas a lo que ocurre en Gaza. "Vengaremos a los niños [palestinos]", se llegó a leer en una de ellas.

Para Seif*, miembro de un grupo ultra del Espérance de Túnez, la causa palestina es uno de los temas que los hinchas "comparten", como "la corrupción en el deporte" y la búsqueda de libertad.

"Transmitir un mensaje es lo menos que podemos hacer", estima Ali*, otro ultra del Espérance.

"No defender a la gente que tienes más cerca, a tus hermanos, ¿acaso eso es correcto?", se pregunta. "La causa palestina no es una moda, es un deber", sentencia.

Los ultras preguntados por la AFP indican que se sienten más cómodos en las gradas que en otros lugares para expresar sus opiniones políticas.

"El estadio es el único lugar" en el que dejar correr emociones de una manera "tolerada", estima Burkia.

En Marruecos se han producido manifestaciones propalestinas que denuncian las "masacres" en Gaza y la normalización de relaciones entre su país e Israel. Esas protestas, eso sí, son muy controladas por las fuerzas del orden, como en otros lugares de la región.

Hamza*, ultra del Wydad, estima que si su grupo organizara una marcha propalestina, "las autoridades la pararían desde el primer momento".

"Es mucho más fácil decirlo en un estadio", donde "el efecto de estar dentro de un gran grupo" permite más margen de maniobra, añade este estudiante en Comunicación de 21 años.

- "La verdad sale siempre en los estadios" -

Según Burkia, la juventud, que se siente en muchos casos marginada, "parece haber encontrado en los ultras un portavoz, un canal de libertad de expresión y la oportunidad de formarse e integrar un trabajo colectivo comprometida".

"No hacemos política, pero la verdad sale siempre en los estadios (...) Es la voz de los barrios populares", afirma a la AFP Abdelhamid*, un ultra del Mouloudia de Argel.

Los ultras "quieren mostrar que actúan, que no son simplemente un grupo de aficionados salvaje, que también tienen una opinión", analiza el sociólogo tunecino Mohamed Jouili.

Como los otros ultras con los que habló la AFP, Hamza*, en Casablanca, rechaza ser considerado un 'hooligan' y lamenta que las autoridades impongan a veces penas que pueden llegar hasta la prisión con el objetivo, en su opinión, de "calmar" los ánimos de un grupo.

En los últimos años se han producido disturbios entre ultras con motivo de partidos y eso ha motivado sanciones para los clubes.

"Poner tanta presión sobre esta población, que solo quiere expresarse, no es la solución adecuada. Me motiva todavía más", asegura. "No dejaremos de gritar lo que queramos gritar, no dejaremos de cantar por ellos [por los palestinos]", asegura.

NOTA: los nombres acompañados del símbolo "*" han sido modificados respecto al real.

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