Maggie Mac Neil: la gran estrella de los Juegos Panamericanos Santiago 2023 que ganó cinco oros en natación

La canadiense Maggie McNeil posa con su medalla de oro tras ganar los 100 metros mariposa en la natación de los Juegos Panamericanos en Santiago, Chile
La canadiense Maggie McNeil posa con su medalla de oro tras ganar los 100 metros mariposa en la natación de los Juegos Panamericanos en Santiago, Chile - Créditos: @Silvia Izquierdo

SANTIAGO DE CHILE.- El aire denso por la humedad, el olor a cloro y gritos, muchísimos gritos. El Centro Acuático se estremeció cada vez que surcó el agua a toda velocidad. Quedará en la historia como una de las gigantes que desplegaron su talento por los Juegos Panamericanos Santiago 2023. Si ya era una estrella olímpica y mundial, Maggie Mac Neil revalidó sus lauros en esta cita, después de llevarse cinco medallas de oro en los 100m mariposa y los 100m libres, ambas con récord panamericano, además del relevo 4x100m y en los 50 metros libres. Para completar la tremenda faena, se despidió con la quinta dorada en la posta combinada 4x100m. Cuando todo terminó en Santiago, los hinchas le pasaban los celulares y ella se prestaba sonriente para sacarse selfies contra la tribuna.

Maggie Mac Neil se lanza al agua en los 50 metros libre, uno de los oros que ganó en los Panamericanos
Maggie Mac Neil se lanza al agua en los 50 metros libre, uno de los oros que ganó en los Panamericanos - Créditos: @Silvia Izquierdo

Nació en China, fue adoptada de bebé por una familia canadiense y se volvió viral cuando se convirtió en campeona olímpica en Tokio 2020, en mariposa. Su reacción fue de las escenas más recordadas de aquellos Juegos de tribunas vacías por la pandemia: cuando tocó la pared, tardó casi diez segundos en darse cuenta de que había ganado. Levantó la cabeza, clavó la vista con dificultad en el tablero, volvió a entrecerrar los ojos y repentinamente lanzó un “¡Oh my God!”, al percartarse de que su dorada era realidad. Hasta se tiró para atrás como si le agarrara un infarto y abrió la boca, sorprendida. “Escuché que me llamaban por mi nombre y pensé que había hecho algo bueno, pero no fue hasta que me di vuelta y miré los resultados que me di cuenta que había ganado”, contó entonces MacNeil, que no usa lentes de contacto y recién hace un tiempo optó por los anteojos con graduación.

Dos años después de aquella gesta olímpica, aquí en Santiago no les dio tregua a sus competidoras, cada vez que el triunfo dependió de ella. Pero también fue la líder del equipo. “Haberme tomado una pausa y poder volver con un tiempo más rápido es algo muy bueno, estoy súpercontenta”, sonrió Mac Neil, después de volar en los 100 libres. Vivió la experiencia panamericana a pleno, entendiendo que ésta puede ser una gran plataforma de relanzamiento con miras a París 2024, más allá de que todavía le quedarán varios mojones hasta los Juegos Olímpicos.

Maggie ganó todas las pruebas individuales en las que compitió
Maggie ganó todas las pruebas individuales en las que compitió - Créditos: @FRANCOIS-XAVIER MARIT

Su palmarés ya rebosa de logros a los 23 años: tres medallas olímpicas (una de cada color), ocho títulos en Campeonatos del Mundo y récords mundiales de los 100m mariposa y los 50m espalda en piscina corta. La vida dentro de un mundo acuático en el que enfocó sus esfuerzos para mitigar un asma severa que sobrelleva desde pequeña y aún ahora, a lo largo de su trayectoria.

En abril de 2022 se encontraba en uno de los puntos más bajos de su carrera como nadadora. Depresión, angustia, crisis. Sensaciones que a veces recaen con todo el peso después de grandes conquistas, paradójicamente. Muchas superestrellas mundiales saben de qué se trata esa negatividad. “Siempre pensé que era invencible. Era completamente normal y estuve bien tanto en la escuela secundaria como en la mayor parte de la universidad. Pero creo que este año fue un poco más difícil para mí”, explicaba MacNeil en aquella época, hace un año y medio. Y ampliaba: “Me topé con algunas luchas post-olímpicas y es realmente desafiante para mí. Me doy cuenta de que todo el mundo pasa por estas luchas y está bien tenerlas”.

Siempre en el podio en Santiago: la sonrisa de la canadiense Mac Neil
Siempre en el podio en Santiago: la sonrisa de la canadiense Mac Neil - Créditos: @DRAGOMIR YANKOVIC/SANTIAGO 2023 via PHOTOSPORT

Mac Neil decidió no competir en las pruebas individuales del Mundial de Budapest 2022 para cuidar su salud mental, al reconocer que se sentía abrumada por la presión de conseguir más éxitos. “Luchas”, fue el nombre que le puso a su profundo tembladeral anímico. Habló con el cuerpo técnico de Swimming Canada sobre la necesidad de apartarse de las grandes citas para tener algo de aire y despejar su cabeza. La tajante decisión le dio un respiro para concentrarse en la vida fuera de la piscina. A divertirse, a disfrutar sin mayores exigencias, entonces. Y de a poco fue saliendo, hasta mostrar su mejor versión y regresar renovada y rejuvenecida, como sucedió en Santiago.

El origen de esta increíble atleta trae polémica. Su nombre completo es Hannah Margaret Mc Nair Mac Neil y nació el 26 de febrero de 2000 en Jiujiang, China. Según los informes, fue adoptada por sus padres canadienses en Guanxi, después de haber sido abandonada cuando tenía sólo unos meses. Aunque en su momento, el sitio oficial de Tokio 2020 la daba por nacida en London, Ontario. “Siempre crecí como canadiense. Nací en China y fui adoptada cuando era muy chica, eso es todo en cuanto a mi herencia china”, comenta, para zanjar la cuestión. Y agrega: “Es sólo una parte muy pequeña del viaje hasta donde estoy hoy, y es algo irrelevante cuando se trata de lo lejos que ha llegado mi natación”.

Uno de sus rituales, antes de cada competencia
Uno de sus rituales, antes de cada competencia - Créditos: @Silvia Izquierdo

Empezó a nadar a los dos años antes de participar en su primera competición a los ocho. De chica idolatraba a la quíntuple medallista de oro olímpica estadounidense Melissa Franklin. Rápidamente, descolló en su etapa juvenil y universitaria. Tocó el violín y el clarinete en sus años de formación y es supersticiosa antes de cada carrera: se salpica su cara 15 veces y patea con la planta de un pie tres veces más antes de subirse a los bloques. Detrás de esos lentes muestra una sonrisa fácil, encantadora.

Su madre, Susan Mc Nair, comentó alguna vez al Michigan Daily que sólo dejaría que su hija se tatuara con una condición: si se clasificaba para unos Juegos Olímpicos, convencida de que “nunca tendría una hija que llegaría a una cita olímpica”. Maggie llegó a Tokio, se perfila para llegar mucho más lejos en el universo de la natación y su tatuador ya prepara más tinta.