Machado reapareció en la marcha opositora para desafiar al chavismo y Maduro redobló sus amenazas

Nicolás Maduro, en la marcha chavista en Caracas, Venezuela
Nicolás Maduro, en la marcha chavista en Caracas, Venezuela - Créditos: @X @PresidencialVen

CARACAS.– A pesar de las amenazas contra su vida y del asalto a su sede política, María Corina Machado reapareció este sábado entre la muchedumbre, con una campera con capucha, para encaramarse al camión donde iban los dirigentes de la oposición y ponerse al frente de los manifestantes, cientos de miles entre Caracas y en otras ciudades de Venezuela y el mundo en rechazo al resultado electoral difundido por el chavismo, calificado de fraudulento por gran parte de la comunidad internacional.

“Después de seis días de brutal represión, creyeron que nos iban a callar, a parar o atemorizar. Miren la respuesta. La presencia de cada ciudadano en las calles demuestra la magnitud de la fuerza cívica que tenemos y la determinación de llegar hasta el final”, ponderó Machado tras pulverizar el cerco gubernamental de Caracas con una gran concentración. “Nunca hemos estado tan fuertes como hoy. Nunca el régimen estuvo tan débil. Perdió toda la legitimidad”, lanzó.

María Corina Machado en la marcha opositora, en Caracas
María Corina Machado en la marcha opositora, en Caracas

Durante horas, los caraqueños acudieron en grupos, mirando a todos lados. “No somos terroristas, somos gentes de paz”; “Echaremos el miedo a la espalda y ganará la libertad”; “No queremos más baño de sangre”; “Hasta el final, yo soy Venezuela”, y muchos otros carteles acompañaron al gentío en que se convirtió el desafío a Maduro, pese al virtual estado de sitio y terror aplicado por el chavismo para aplacar las protestas desatadas tras las elecciones del domingo pasado.

No sólo en Caracas, también en el resto de la geografía nacional, los venezolanos querían celebrar su victoria electoral. Es verdad que la revolución consiguió atemorizar a muchos de ellos tras decretar el gobierno el cerco a la capital con la excusa de un presunto autoatentado con granadas que prepararían opositores contra sí mismos, un clásico de la literatura chavista. Pero si algo define a este movimiento de liberación nacional es su valentía.

Desde que el “guerrero del amor” –como se autodefinió Maduro– salió en televisión la noche del viernes, frente a un grupo de periodistas amigos, los agentes revolucionarios se desplegaron por la zona de la protesta. Los drones volaron hasta muy tarde y los enjambres de motorizados aterrorizaron con sus paseos como nuevos escuadrones de la muerte. El chavismo se empleó a fondo, incluso hizo circular la anulación de la marcha con la forja de un comunicado falso. Las fake news son una especialidad de la casa, incluso expertos occidentales comprobaron que los revolucionarios cuentan con la ayuda cibernética desde Rusia e Irán.

“Estamos viviendo las horas más importantes, todos sabíamos que este proceso es muy complejo, todos sabíamos los escenarios planteados. Esta lucha es cívica y pacífica, pero no es débil. ¡No vamos a dejar las calles, no vamos a dejar de protestar!”, arengó la jefa opositora a cada venezolano que no se rindió, “los héroes de nuestra victoria”.

Fraude y represión

El fraude denunciado por la oposición y muchos gobiernos provocó que miles de venezolanos salieran a las calles el lunes y el martes, un total de 300 manifestaciones ciudadanas en 20 de los 21 estados del país. De ellas, más de la tercera parte, 115, fueron reprimidas, según el Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social. La represión encabezada por los paramilitares, que dispararon contra grupos de manifestantes, y la brutalidad de la Guardia Nacional Bolivariana y de distintas policías provocaron la muerte de 20 personas de zonas populares. Siete de ellas en Caracas. Los agentes del régimen comenzaron desde el primer momento a realizar detenciones a mansalva, arbitrarias y sin órdenes judiciales de por medio.

Nicolás Maduro, en la marcha chavista, en Caracas. (AP/Matias Delacroix)
Nicolás Maduro, en la marcha chavista, en Caracas. (AP/Matias Delacroix) - Créditos: @Matias Delacroix

“No hay maniobra jurídica que pueda tapar la verdad”, respondió Machado. Según las actas electorales recogidas por la oposición a través de sus testigos en las mesas y de los resultados que llegaban a la sala de totalización del Consejo Nacional Electoral (CNE), el candidato de la oposición, Edmundo González Urrutia, barrió a Maduro en las urnas, 68% contra 30% y cuatro millones de votos de ventaja. Unas cifras superiores incluso a las alcanzadas por Hugo Chávez en su mejor momento histórico. González ganó en todos los estados, en el 90% de los municipios y en todos los estratos sociales.

Para la recopilación de las actas oficiales también colaboraron algunos militares del Plan República y los operarios de la candidatura de Enrique Márquez, exrector del CNE apoyado por el chavista crítico Juan Barreto, en el seno del ente electoral. Márquez es el único candidato, al margen de González, que se atrevió a denunciar las trampas chavistas.

En cambio, hasta ahora el gobierno sólo presentó un resultado forjado en Excel, que le proporciona a Maduro una victoria por un millón de sufragios, sin ningún respaldo de la votación ni por mesas ni por colegios. El mandatario solicitó un pintoresco recurso de amparo ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que llamó a los candidatos (González no acudió) y reclamó posteriormente esos mismos resultados.

La estrategia de Maduro es que el fraude electoral se enrede en el laberinto de su TSJ mientras él estira la situación a los presidentes Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil), Andrés Manuel López Obrador (México) y Gustavo Petro (Colombia). Los cuatro mantendrán mañana una reunión por videoconferencia.

La marcha opositora en Caracas. (AP/Matias Delacroix)
La marcha opositora en Caracas. (AP/Matias Delacroix) - Créditos: @Matias Delacroix

En el resto del país, ciudadanos en Cumaná y Cagua volvieron a sufrir el famoso “gas del bueno”, como Hugo Chávez bautizó a las bombas lacrimógenas que lanzaba contra los estudiantes. También se denunciaron detenciones selectivas, como la sufrida por el periodista José Gregorio Camero, bajado a la fuerza de un vehículo en Valle de la Pascua. En San Cristóbal del Táchira las calles se volvieron a desbordar y miles más se juntaron en Maracaibo, Valencia y en otras grandes ciudades.

En paralelo, el chavismo contraprogramó en Caracas con su habitual logística y seguidores acarreados con dinero público. Maduro aprovechó las mismas escenas de siempre para repetir sus mensajes amenazantes de los últimos días contra la oposición, pese a que de nuevo había bautizado el encuentro como “Marcha por la paz”.

González, reconocido como ganador por una decena de países, también recibió este sábado su ración de hostigamiento, al anunciarle Maduro que sufrirá “consecuencias legales graves por desacato a la Constitución, a los tribunales y a las leyes” por no haber acudido a la ceremonia montada en el TSJ. “No se aceptará, con las leyes nacionales, que se pretenda usurpar nuevamente la presidencia”, advirtió Maduro.