Lionel Scaloni soñaba con ser piloto, cumplió todos los objetivos con la selección argentina como DT y no quiere apartarse del presente
Soñaba con ser piloto, manejar un auto de Turismo Carretera —como sus ídolos Lalo Ramos y Pincho Castellano— o triunfar en la Fórmula 1 a bordo de una Ferrari. Amaba la adrenalina de conducir y esa sensación única que invade el cuerpo al momento de llegar a la meta. Ser, en definitiva, uno de los mejores conductores del planeta. A sus 46 años, y tras una vasta carrera como futbolista, Lionel Scaloni cumplió todos esos objetivos con el buzo de la selección. Y aunque amagó con abandonar la pista, hoy vive un momento de plenitud que lo empuja a luchar por nuevos desafíos.
El Gringo, como lo llaman sus amigos, solo mira para adelante. A un año de poner en duda su continuidad en el cargo, por el vacío interior que había provocado en él –y en muchos jugadores– la obtención del Mundial de Qatar, el segundo entrenador con más títulos en la historia de la selección ya no batalla con los fantasmas del pasado. Vive el hoy (visita a Paraguay desde las 20.30). Y proyecta el mañana (la Copa del Mundo de 2026).
El 21 de noviembre de 2023, once meses después del título en Qatar, Scaloni marcó otro hito como DT de la Albiceleste: en el Maracaná, donde había dado su primera vuelta olímpica en la Copa América de 2021, le quitó a Brasil un invicto de 65 partidos por eliminatorias. Todo era alegría hasta que el técnico se sentó en la conferencia y advirtió que debía “pensar mucho” si seguía al frente del plantel. Según el psicoanálisis —al que Scaloni no recurrió—, el deseo no tiene un objeto determinado que pueda representarse. “Esta selección necesita un técnico que tenga todas las energías puestas”, explicó, sin un proyecto que lo interpele. Faltaban cuatro meses para el próximo partido (un amistoso ante El Salvador) y siete para el estreno en la Copa América, que finalmente ganó. El equipo lo respaldó y Argentina perdió un solo partido desde aquella celebrada victoria en territorio carioca.
Scaloni, por lo pronto, prefiere pisar sobre seguro. “¿Qué cambiaría si nos clasificamos en la fecha que viene? Vamos a clasificarnos primero y después veremos. No está bueno imaginar ahora en que nos podemos clasificar. Pensar en un plan a futuro sería erróneo. Estamos bien y si nos enfocamos en el futuro nos iríamos un poco del presente”, aclaró Scaloni antes de volar rumbo a Asunción. De ganar en Paraguay, Argentina tendrá un pie y medio en la Copa del Mundo de 2026, aunque matemáticamente debería aguardar hasta la fecha FIFA de marzo, frente a Uruguay en Montevideo y Brasil como local.
Suelto, descontracturado y locuaz, Scaloni insistió con la idea de trazarse objetivos cortos. El pujatense lleva seis años y tres meses al mando de la selección y está cerca de alcanzar las marcas de César Luis Menotti (siete años y nueve meses) y Carlos Bilardo (siete años y cuatro meses), a quien ya superó en partidos dirigidos. Sin embargo, el DT dejó en claro que no piensa más allá del Mundial: “No tengo en cuenta la estadística. Si llego, bien. Y, si no, también. Estamos acá para aportar el máximo a la selección; no para batir ningún récord”. Un Scaloni auténtico, medido pero empoderado, con ideas claras y sin dobles discursos.
Cercano al futbolista, aunque respetando siempre la distancia jugador-entrenador, Scaloni construyó un liderazgo que, como describió el coach y conferencista argentino Alejandro Melamed, trasciende el modelo del líder-héroe para establecer un sistema de liderazgo compartido, en el que el éxito no depende de una sola persona, sino de un equipo (jugadores, colaboradores, etc.) que trabaja en armonía. En palabras de Alejandro Sabella, el “todos” es más importante que el “yo”.
El de este jueves será el partido número 82 en el ciclo de Scaloni, con resultados óptimos: 57 triunfos, 17 empates y siete derrotas, con un 77% de efectividad, la más alta de la historia. Después de la Copa América de 2019, en la que fue tercero, ganó todos los torneos que disputó. Registró el mayor invicto en la historia del seleccionado (36 encuentros, entre 2019 y 2022) y puede sumar una estrella más en caso de disputarse la Finalissima ante España, fechada, en principio, para marzo de 2026. Scaloni ya rompió todas las rachas y este jueves irá por otra: sumar de a tres en Paraguay, donde empató en su única presentación (0-0 en 2021) y Argentina no gana desde septiembre de 2013.
"EL EQUIPO VA A SER BASTANTE SIMILIAR AL QUE JUGÓ EN BOLIVIA"
🎙️🇦🇷 En conferencia de prensa previa al duelo con Paraguay, Lionel Scaloni dejó entrever que hay grandes chances de repetir la formación que visitó al conjunto del Altiplano. pic.twitter.com/SOwad7zjep— TyC Sports (@TyCSports) November 13, 2024
“El equipo va a ser bastante similar al del último partido, pero aún no se los confirmé a los jugadores”, mantuvo la incógnita el DT, que se dirime entre sostener el tridente ofensivo (Messi, Lautaro, Julián) o incluir a Leandro Paredes y sacrificar un delantero. Con poco tiempo para trabajar (apenas dos prácticas de fútbol), Scaloni conversó uno a uno con sus jugadores para refrescar conceptos tácticos y mentalizarlos de la importancia de lo que viene.
En especial, para aquellos futbolistas que están al límite de amonestaciones y que, en caso de recibir una más, se quedarán afuera del partido con Uruguay: Enzo Fernández, Alexis Mac Allister, De Paul, Lautaro, Lo Celso, Paredes, Exequiel Palacios y Montiel. El mediocampo convocado completo, a excepción de los juveniles Buonanotte, Barrenechea y Nico Paz. En ese sentido, el técnico fue insistente en mantener una línea de conducta: no quiere amarillas zonzas ni expulsiones ajenas al juego. “Ganar no te permite hacer lo que quieras. Al contrario: tenés que ser un ejemplo”, fue el mensaje que bajó Scaloni, el DT que hizo de la Copa del Mundo su nuevo objeto de deseo.