Lionel Scaloni: el inexperto que revirtió críticas y construyó el ciclo más exitoso de la selección
La caminata por el campo de juego junto a sus hijos Ian y Noah, el saludo a la platea donde festejaba su esposa Elisa Montero y el resto de la familia, los abrazos con los compañeros de aventura del cuerpo técnico y con sus jugadores… El estrujón con Lionel Messi y Ángel Di María, los símbolos de un grupo que bajo sus órdenes se quitó el estigma y la frustración y se bañó de gloria. Lionel Scaloni, el del apretón de mano con su colega Néstor Lorenzo, el que explotó contra el árbitro Raphael Claus cuando el VAR no lo convocó para revisar una supuesta mano dentro del área de Davinson Sánchez, el pujatense que reescribe la historia de la selección y las sensaciones que lo envolvieron como durante toda la Copa América, la segunda que conquistó desde que asumió en 2018.
“Esta representa lo mismo que la primera, que es especial. Siempre estás pensando en ganar, no en juntar títulos. Jugamos para ganar. El aprendizaje de todo esto es la confirmación de que el equipo no deja de sorprender. Cuando parecía que nos dominaban o físicamente el rival estaba un punto por encima, fue al revés y lo revertimos con actitud y el deseo de ganar. No nos sorprende, que el compañero vea cómo se brinda el otro es la confirmación de cómo nos sentimos”, señaló con las revoluciones bajas, después del festejo.
De Los Ángeles a Miami, un vuelo de 2136 días y de múltiples éxitos: una Copa del Mundo, dos Copa América y una Finalissima, la estadística de asombro para quien está invicto en el póquer de finales con la Argentina. Una aventura mágica para un seleccionador que dinamitó los paradigmas que rigieron históricamente al fútbol. Tomó el cargo con mínima experiencia, pero convenció a jugadores que arrastraban múltiples heridas para construir el ciclo más glorioso de la selección; reivindicatorio y con el que los hinchas se identificaron. El liderazgo que se reclamó a Messi y el aura de Di María, con el que lloró a la par después de excluirlo de varias convocatorias y con el que se abrazó y rió en el Hard Rock Stadium, dos marcas que se registrarán de modo eterno para una tarea que tuvo un inicio destemplado, de críticas, pero que Scaloni revirtió para enseñarse como magistral timonel. Trabajador silencioso, se apoyó en un núcleo duro de futbolistas y ensayó la primera renovación en 2019; más tarde examinó pequeñas restauraciones con nombres que se exhibieron como aportes valiosísimos para los festejos: de Enzo Fernández y Alexis Mac Allister en Qatar 2022, a Alejandro Garnacho y Valentín Carboni para decorar la conquista en los Estados Unidos.
No tengo pruebas pero tampoco dudas, que Scaloni le pidió a Di María que siga un poco más en la Selección. Es lo que pedimos TODOS. pic.twitter.com/BMyKkEWZ8r
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Messi y Di María son especiales en la trayectoria de Scaloni. Y así lo reflejó: “Lo de Ángel... Ha hecho partidos espectaculares, pero el de hoy fue uno de los mejores. Además de jugar bien, tuvo actitud para presionar en un momento del partido que las piernas no daban y empezó a correr como a los 25 años. Eso se lo da la jerarquía que tiene: es leyenda, se fue y no hay manera de convencerlo. Le dije que venga una vez más con nosotros para la despedida ante su público. Lo suyo es una película, lo merece”, relató sobre Fideo, que se retiró de la selección. Del capitán, sentenció: “Leo tiene algo que yo creo que todo el mundo tiene que tener: el mejor futbolista de la historia tiene el tobillo así, como lo tenía, y no quiere salir. Que los compañeros vean que él con 30 y pico de años quiere seguir y no salir, no es de egoísta: es que no quiere dejar tirado a sus compañeros. Aun estando en esas condiciones, cuando sale, el equipo se multiplica porque no está el capitán. Todo el mundo debiera tomar el ejemplo. Nació para estar en una cancha de futbol”.
“Las ganas por querer estar, por jugar por la camiseta, por el amigo. Es un deporte de equipo y cuando mejor te lleves con el de al lado, mejor te va ir. Juntos somos mejores”, explicó, acerca de la confraternidad que existe en el grupo. A todos los que han venido y a los que no, llámese Paulo Dybala, que es un tipo recontra especial y que no convocarlo me partió el corazón... Son todos especiales y tener que dar de baja a un jugador es lo peor que me puede pasar, porque somos muy cercanos a ellos y nos ha afectado todo más. Para nuestras vidas van a significar muchísimo, porque nos cambiaron la cara. En diez años nos vamos a juntar y recordar estos momentos”, confesó, acerca de cómo se maneja con el grupo.
Veintiún futbolistas se replicaron entre las dos últimas vueltas olímpicas y ocho, desde aquella primera lista. La tarea de revisar la actualidad de los euro-pibes para no perder piezas y potenciar a los rivales, y las citaciones de los Sub 23 para que tomen rodaje y demuestren que extenderán el legado, otras prioridades para Scaloni: así irrumpieron Facundo Buonanotte, Matías Soulé, Valentín Barco, Alan Velasco, Bruno Zapelli, Lucas Esquivel… Ese seguimiento reservado para robustecer un proyecto que asomó vacío cuando Claudio Chiqui Tapia lo invitó ante la ausencia de un conductor para salir del paso y el impulso para encarar cada uno de los desafíos provocó aquel pasaje de zozobra en el Maracaná, después de superar a Brasil por las actuales eliminatorias: “Ahora toca parar la pelota (…) Necesito pensar mucho qué voy a hacer, porque la vara está muy alta y está complicado seguir, seguir ganando. Esta selección necesita de un entrenador que tenga todas las energías posibles y que esté bien”. El mensaje anestesió a todos.
Anoche intentó explicar aquella situación. “Era lo que sentía, estoy bien. Yo la pasé mal el año pasado. No estaba en condiciones y como había un impase... De mi parte nunca va a haber una cosa atrás. Meses difíciles, y yo no podía no ser sincero con los que me dieron tanto. De ahí a decir todo lo que se dijo no lo puedo evitar. Ahora estoy bien y recuperé todo lo que tenía y esperemos seguir por esta senda. Mi esposa me decía que es una locura, porque la selección demanda mucha energía. El club es sábado y miércoles, pero la selección demanda más y es importante ser sincero”, señaló quien ahora jugaría la Finalissima con España, país de origen de su esposa y donde tiene residencia.
“Parte de mi familia es española y yo con el país tengo un arraigo especial y encima conozco al entrenador [Luis De la Fuente]. Si se llegara a jugar tengo un problema, porque la familia está dividida, pero será un partido muy bonito. Dos selecciones que están en un gran momento, que marcan una manera de jugar diferente”, expresó sobre España, que se consagró el mismo día campeona de la Eurocopa.
EL ABRAZO DEL ALMA 💙 pic.twitter.com/YTUnMcWuq2
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Tardó menos de un mes en recapitular: de una prácticamente nula relación con Tapia a visitar a Chiqui en su casa de Cardales y tonificar el vínculo. Lo buscaron clubes de la Premier League, pero eligió la continuidad en la Argentina, después de pulir detalles de organización que solidificaran el plan y lograr una recomposición salarial: el seleccionador que se consagró campeón del mundo y recibió el premio FIFA The Best fue el de contrato más bajó en Qatar 2022.
La flexibilidad que enseña dirigir una selección influyó también para prolongar la idea: por espacios, el calendario permite visitar a sus familiares en Calvía, Mallorca. En la isla sufrió un accidente en bicicleta, tras ser atropellado por un auto, un contratiempo que desató burlas cuando su figura era el blanco apuntado de los detractores. El ciclismo es la actividad que le aconsejaron para atemperar la ansiedad y mantenerse saludable físicamente, aunque también con la que demuestra la búsqueda de correr los márgenes: desafió el infierno de Angliru, en Asturias, un segmento de trepadas en la montaña que conforma una de las etapas más desgastante de la compleja Vuelta de España.
De pulso firme para las decisiones, los planteles que conformó y las convocatorias que realizó para amistosos que se ofrecieron decorativos para la jerarquía de la Argentina nunca dejaron de exigirse, de competir. Jugadores que sostuvieron el apetito y la voracidad, que no fueron indulgentes y aplastaron a rivales de bajísimo vuelo. La reacción ante la derrota siempre fue inmediata: en el Mundial, tras el estreno con Arabia Saudita bordó la tercera estrella; en las eliminatorias para el Mundial 2026, luego de caer con Uruguay en la Bombonera, el grupo viajó a Río de Janeiro y superó por primera vez a Brasil en una ruta clasificatoria. “Hasta cuando ganaremos, no sé. Se sigue y si se gana bien; si no se gana, también. Hoy Colombia hizo un gran campeonato, se lo dije a Néstor Lorenzo, que es un camino a seguir. Si no hubiéramos ganado, hubiéramos seguido, porque en algún momento se va a cortar. Lo lindo es volver a levantarse, y si se perdió, volverlo a hacer. Por eso debemos disfrutar el presente”, explicó, sobre la racha de cuatro coronas consecutivas.
Revalidar la corona de la Copa América era un reto complejo: varias piezas tocadas desde lo físico, los campos de juego que presentaron deficiencias, el calor agobiante… Alzó la voz, presentó su queja y se dedicó a competir junto a un equipo que siempre dio la cara: “Es dificilísimo llegar a otra final; en lo físico, estamos ahí”, apuntó, quien le dio un partido de descanso a Messi, que coincidió con el juego en el que purgó una sanción por demorar el regreso para el segundo tiempo en el estreno con Canadá y el cotejo con Chile. Más allá de las dificultades, la homogeneidad de los nombres, conocedores de la gloria mayor y experimentados, sin síntomas de aburguesamiento, respondieron con otra función: el último baile de Di María; probablemente también de Nicolás Otamendi, Marcos Acuña, Franco Armani, Germán Pezzella, Guido Rodríguez…
Los Estados Unidos será una de las tres sedes del Mundial de 2026, junto a México y Canadá. Los campos de juego fueron criticados por los seleccionadores y Scaloni dejó un mensaje para el futuro. “Para empezar, las canchas van a ser reglamentaras, porque la mayoría de las que jugamos ahora no sé si alguna tenía las dimensiones como las de una Copa del Mundo: faltaban dos metros de cada lado. Son canchas de fútbol y no de fútbol americano. Las sedes serán diferentes. Así tendría que ser o es como lo imaginamos. Es lo que esperamos. Nosotros nos sobrepusimos de estos inconvenientes”, apuntó.
“Son dos partidos: vamos y volvemos a la Sub 20″, la frase con la que convenció a Pablo Aimar para tomar el cargo para los amistosos con Guatemala y Colombia, en septiembre de 2018, tras el fracaso del Mundial de Rusia de aquel año y las desvinculaciones de Jorge Sampaoli y Sebastián Beccacece. La aventura va a cumplir seis años y suma cuatro coronas. La obra del hombre común no se detiene.