Antes de los Juegos Olímpicos en París, Francia saca de la capital a migrantes sin hogar

Grupos de migrantes frente al Ayuntamiento de París, que anuncia en su fachada los Juegos Olímpicos
Grupos de migrantes frente al Ayuntamiento de París, que anuncia en su fachada los Juegos Olímpicos - Créditos: @Nicolas Garriga

PARÍS.- El gobierno francés ha subido en ómnibus a miles de personas sin hogar que migraron al país y los envió fuera de París antes de los Juegos Olímpicos, que empiezan el próximo 26 de julio. Los migrantes dijeron que se les prometió vivienda en otro lugar, solo para terminar habitando en calles desconocidas en localidades lejanas o marcados para una eventual deportación.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió que los Juegos Olímpicos mostrarán la grandeza del país. Pero la Villa Olímpica se construyó en uno de los suburbios más empobrecidos de la capital, donde miles de personas viven en campamentos callejeros, refugios o edificios abandonados.

En el último año, la policía y los tribunales desalojaron a unas 5000 personas, en su mayoría hombres solteros, según Christophe Noël du Payrat, alto funcionario del gobierno de París. Los funcionarios municipales les animan a subir a ómnibus con destino a ciudades como Lyon o Marsella.

Gente sin hogar en la vereda del Ayuntamiento de París
Gente sin hogar en la vereda del Ayuntamiento de París - Créditos: @DMITRY KOSTYUKOV

“Nos expulsaron a causa de los Juegos Olímpicos”, dijo Mohamed Ibrahim, de Chad, quien fue desalojado de una fábrica de cemento abandonada cerca de la Villa Olímpica. Se trasladó a un edificio vacío al sur de París, del que la policía desalojó a los residentes en abril. Un ómnibus los llevó dos horas al sudoeste, a un pueblo a las afueras de Orleans.

“Te dan un ticket al azar”, dijo Oumar Alamine, de la República Centroafricana, que iba en ese ómnibus. “Si es un billete a Orleans, vas a Orleans”.

Funcionarios del gobierno de Macron declinaron hacer comentarios. Pero han dicho que se trata de un programa voluntario destinado a aliviar la escasez de viviendas de emergencia de París.

Seguimos el rastro desde París, para ver cómo funciona el programa. ¿Por qué Macron envía a la gente en ómnibus?

No hay suficiente espacio para albergar a las 100.000 personas sin hogar que viven en París y sus alrededores -la mitad del total de Francia-, por lo que el gobierno creó diez albergues temporales en todo el país el año pasado.

Una fila para obtener una comida gratuita en una estación de tren de la ciudad de Orleans
Una fila para obtener una comida gratuita en una estación de tren de la ciudad de Orleans - Créditos: @DMITRY KOSTYUKOV

El gobierno niega que el transporte en ómnibus esté relacionado con los Juegos Olímpicos. Pero obtuvimos un correo electrónico, del que informó primero el diario L’Équipe, en el que un funcionario de vivienda del gobierno decía que el objetivo era “identificar a las personas que viven en la calle en lugares cercanos a las sedes olímpicas” y trasladarlas antes de los Juegos.

El corazón de los Juegos Olímpicos es Sena-Saint-Denis, donde aproximadamente uno de cada tres habitantes es migrante, el porcentaje más alto del país. El gobierno gastó miles de millones en reurbanizar la zona.

¿Cómo funciona el programa? El año pasado, la policía intensificó las redadas en campamentos de personas sin hogar y edificios abandonados. En colaboración con las autoridades municipales, desalojaron a las personas y dijeron que ayudarían a realojarlas. “Nos prometieron vivienda y ayuda social”, dijo Yussuf Ahmed, sudanés que limpia aviones en el aeropuerto Charles de Gaulle.

Un albergue de personas sin techo en las afueras de Orleans
Un albergue de personas sin techo en las afueras de Orleans - Créditos: @DMITRY KOSTYUKOV

Muchos no sabían que estaban entrando en un programa gubernamental destinado a seleccionarlos para un posible asilo y, potencialmente, deportarlos. El programa existe desde hace años, pero los desalojos han traído a miles de personas nuevas, muchas de las cuales no reúnen los requisitos para obtener asilo.

Ahmed, por ejemplo, tiene estatus de refugiado y no puede beneficiarse del programa. Pero varias personas nos dijeron que pensaban que no tenían más remedio que subir al ómnibus. “Vinieron agentes de policía”, dijo Alamine. “Nos rodearon”, añadió.

¿A dónde llega la gente? Tras llegar a sus nuevas ciudades, las personas sin hogar viven en albergues durante un máximo de tres semanas y son examinadas para determinar si cumplen los requisitos de asilo.

Quienes reúnen los requisitos pueden recibir alojamiento a largo plazo mientras solicitan asilo. Pero alrededor del 60% de las personas en los albergues temporales no consiguen alojamiento a largo plazo.

Manifestantes protestan contra una polémica propuesta de ley migratoria afuera de la sede del Consejo Constitucional de Francia,  en enero de 2024
Manifestantes protestan contra una polémica propuesta de ley migratoria afuera de la sede del Consejo Constitucional de Francia, en enero de 2024 - Créditos: @Christophe Ena

Varios recibieron órdenes de expulsión, por lo que algunos abogados instan a la gente a no subir a los ómnibus y arriesgarse en la calle. “Es una antesala de la deportación”, dijo Emmanuel Pereira, abogado que trabaja cerca de París.

Los migrantes que quedan suelen ser desalojados una vez más. Las viviendas de emergencia escasean, por lo que la mayoría de las personas acaban de nuevo sin hogar en una nueva ciudad.

Funcionarios municipales de las afueras de París nos dijeron que no se les había consultado sobre el programa.

“No hay dinero para encontrar lugares para las personas sin techo en Marsella, ¿pero sí para traer a los sin techo de París?”, dijo Audrey Garino, vicealcaldesa de Marsella.

¿Qué pasa después? El albergue de Orleans está a las afueras de esa ciudad, en un hotel gris de tres plantas. No hay ni personal ni asistentes sociales. Las habitaciones son pequeñas, con dos camas individuales una al lado de la otra.

Varios hombres allí habían dejado sus trabajos en París y subido a un ómnibus con la esperanza de encontrar alojamiento a largo plazo y servicios sociales. “Llegamos y no había nada”, dijo Ahmed. “Mintieron para subirnos al ómnibus”.

Al cabo de unas semanas, les dijeron que se marcharan: ningún albergue local podía alojarlos. Ahmed, desesperado por conservar su trabajo en el aeropuerto, regresó a París. El edificio donde había vivido tenía ahora el acceso prohibido y estaba protegido por guardias de seguridad. Encontró otro edificio abandonado, por ahora.

Alamine e Ibrahim decidieron quedarse. La mayoría de los días hacen la caminata de una hora a Orleans en busca de trabajo. Las llaves de su habitación en el refugio ya no funcionan, así que entraron por las ventanas. Vuelven a ser ocupantes no autorizados.

Sarah Hurtes y Ségolène Le Stradic