Juegos Olímpicos París 2024: Manizha Talash, la atleta refugiada que mostró un pañuelo con un mensaje y fue desclasificada

Manizha Talash, del equipo de refugiados de los Juegos Olímpicos París 2024, mostró un capa con una frase en su prueba de breakdance:
Manizha Talash, del equipo de refugiados de los Juegos Olímpicos París 2024, mostró un capa con una frase en su prueba de breakdance: "Libertad para las mujeres afganas" - Créditos: @Abbie Parr

Manizha Talash nació hace 21 años en Afganistán y es una de los 37 atletas que integran el equipo de refugiados en los Juegos de París 2024. Su ansiado debut se produjo en el primer y único día de la competencia de breakdance femenino, una disciplina que tuvo su estreno olímpico y en la que, tras mostrar un pañuelo durante su presentación, resultó desclasificada.

A contramano de su pasión por la danza, en su país las mujeres tienen permitido bailar. Así, B-girl, como se la reconoce en el mundo en esa destreza deportiva, hace apenas tres años logró comenzar a desarrollar esta práctica urbana que la llevó a clasificar para el torneo en la capital francesa. Ella decidió irse de su país en 2021 para escapar de la crisis humanitaria. Huyó de Kabul -junto a un hermano que tenía 12 años- hacia Pakistán y al año siguiente se le concedió el estatus de refugiada en España, donde creció practicando esas acrobacias callejeras musicalizadas. Sólo en mayo de este año se volvió a reunir con otra parte de su familia, otros dos hermanos y su madre, en tierra europea.

Manizha Talash compitió en la ronda de preclasificación de breakdance en París 2024 como parte del equipo de refugiados.
Manizha Talash compitió en la ronda de preclasificación de breakdance en París 2024 como parte del equipo de refugiados. - Créditos: @afp

“Aquello fue muy difícil, realmente. A veces quiero olvidar aquel año. Yo nunca pensé en irme de Afganistán, la verdad. Por eso no tenía ni pasaporte. Pero un día mis amigos me dijeron ‘hay que salir’. Me tuve que cubrir con un burka y ellos debieron ponerse maquillajes en sus manos para tapar sus tatuajes”, recuerda Manizha sobre ese exilio que, además, la convirtió en el sostén de su familia cuando su padre fue secuestrado. “Un día se fue a trabajar y nunca más supimos nada de él”, se lamenta.

El régimen talibán prohíbe a las niñas la educación más allá del nivel primario, trabajar fuera del hogar en la mayoría de los sectores, acceder a baños públicos, parques y gimnasios y moverse libremente por el país. Tampoco, claro, bailar. “Vi un video de un chico afgano dando vueltas sobre la cabeza. Al principio yo pensé que no era real, pero luego busqué más videos. Tampoco pensaba que en Afganistán habría un club para aprender y entrenar. Pero hablé con ese chico y fui a su gimnasio. Cuando empecé a entrenar con él, no había ninguna chica. Y dije ‘¿Por qué yo no?’. Si pueden hacerlo los chicos, también pueden hacerlo las chicas”, recordó. Todo, a escondidas.

La afgana Manizha Talash, integrante del equipo olímpicos de refugiados, descubrió entre sus ropas un mensaje al mundo:
La afgana Manizha Talash, integrante del equipo olímpicos de refugiados, descubrió entre sus ropas un mensaje al mundo: "Free Afghan women". - Créditos: @afp

Finalmente, este viernes Manizha participó en la batalla preclasificatoria olímpica ante India Sardjoe, de Países Bajos, que la venció por 3-0. Pese a la derrota, los reflectores se lo llevó la afgana, que en el final de su presentación descubrió debajo de su ropa un pañuelo celeste, lo dejó colgado en su espalda como si fuera una capa y el público vio su mensaje escrito en inglés:Free afhgan women” (“Libertad para las mujeres afganas”). Enseguida, se escuchó una ovación desde las tribunas montadas en la Plaza de la Concordia, una de las postales más icónicas de la ciudad. Hasta su rival la aplaudió.

Ante ese acto, y aunque había caído en su debut, la bailarina de la delegación que interviene en 12 deportes y representa a más de 100 millones de personas fue sancionada por su recado de protesta. El artículo 50.2 de la Carta Olímpica destaca que “no se permitirá ningún tipo de manifestación ni propaganda política, religiosa o racial durante la competición”, por lo que fue descalificada por el incumplimieinto de esa norma.

Hace un tiempo supo que un terrorista suicida atacó a aquel gimnasio en Kabul, que quedó en ruinas. “Si me hubiera quedado en Afganistán, no creo que hoy yo existiera. Me habrían ejecutado o apedreado hasta la muerte”, asegura. Talash fue desclasificada por mostrar ese lema político entre su ropa, pero ella siente que ganó porque su mensaje fue visto en todo el mundo.