Josh Hartnett en su etapa de padre

Josh Hartnett en el Hotel Crosby Street de Manhattan, el 22 de julio de 2024. (David Billet/The New York Times).
Josh Hartnett en el Hotel Crosby Street de Manhattan, el 22 de julio de 2024. (David Billet/The New York Times).

NUEVA YORK — Josh Hartnett nunca ha hecho una película que puedan ver sus hijos. “Me encantaría”, dijo. “Es que no me han ofrecido nada así, sinceramente”.

Se muestra especialmente reacio a que vean “La trampa” (en cines), la película de M. Night Shyamalan en la que interpreta a Cooper, un padre devoto que también es un prolífico asesino en serie apodado el Carnicero. Cuando Cooper lleva a su hija a un concierto de música pop —un evento diseñado para atrapar al Carnicero— esas dos identidades se cruzan, con consecuencias devastadoras.

Incluso mientras busca una escapatoria, Cooper pasa gran parte de la película interpretando el papel de un gran padre. ¿Cooper interpreta bien ese papel? “Es un poco exagerado”, dijo Hartnett. “Les pone mucha crema a sus tacos”.

Hartnett busca algo más sutil, más naturalista. Hartnett, que ya era una estrella a los 20 años, se ha mantenido a menudo alejado del mundo del cine. Un sitio web de la industria se refirió a él como “posiblemente el famoso más reacio de Hollywood”. Hace pocas películas convencionales y vive con su mujer, la actriz Tamsin Egerton, y sus cuatro hijos en Hampshire, Inglaterra, en vez de vivir en Hollywood.

A sus 46 años, Hartnett conserva intacto su atractivo de ojos rasgados (y sus bíceps, potenciados para el papel, son francamente increíbles), pero ahora se mueve por el mundo con más soltura. En una habitación del Hotel Crosby Street, en el barrio SoHo de Manhattan, lucía un extravagante collar de cuentas, regalo de sus hijos, como accesorio con sus pantalones y camisa grises.

Sus papeles en “Oppenheimer”, el año pasado, y en las últimas temporadas de “Black Mirror” y “El Oso” lo tienen de nuevo en la mira del público. Esta vez le molestan menos los reflectores.

Josh Hartnett en el Hotel Crosby Street de Manhattan, el 22 de julio de 2024. (David Billet/The New York Times).
Josh Hartnett en el Hotel Crosby Street de Manhattan, el 22 de julio de 2024. (David Billet/The New York Times).

“No me sentía cómodo cuando tenía 20 años; ahora es completamente distinto”, afirmó. “Sé que es trabajo y que no se trata de definirme ante el mundo, porque me he definido ante mis hijos y mi familia. Y eso es suficiente”.

Mientras tomábamos un café, Hartnett habló de la paternidad, la psicopatía y el particular arco de su carrera. A continuación, fragmentos editados de la conversación.

P: Empezaste a actuar en películas a los 20 años, sin haber estudiado nunca actuación.

R: No voy a fingir que sabía algo acerca de lo que estaba haciendo. Pero no sabía hacer nada diferente. Asumí que así eran las cosas: te descubrían en la farmacia, y luego eras una estrella. Y conocí a otros actores en esa época que llevaban una trayectoria similar. Los directores también se alegraban de que fuera novato. Les gustaba que no supiera exactamente qué era el oficio. En realidad, era una ventaja para ellos. La propia experiencia me enseñaba. Sabía que tenía mucho que aprender.

P: ¿Qué aprendiste? ¿Cuándo dejaste de navegar por instinto y carisma?

R: Nunca creí que me dejara llevar. Siempre intentaba entenderlo todo. No era un niño tonto. Sabía que esas películas iban a ser muy bien recibidas. Quería ser bueno. Me gustaba mucho el cine. Trabajaba en un videoclub, así que lo veía todo. Y quería tratar de emular a la gente que realmente me gustaba en las películas que me encantaban. Esto va a sonar muy pretencioso, pero eran películas de la nueva ola francesa o películas de [Federico] Fellini o [Bernardo] Bertolucci.

P: Al principio, te movías ágilmente entre el cine independiente y las películas de estudio...

R: Desde muy joven, los directores que tenían mucha influencia o que trabajaban en películas lo bastante pequeñas como para que la gente no les dijera lo que tenían que hacer me consintieron mucho, así que pudieron hacer películas singulares. Sofia Coppola pudo plasmar su visión en “Las vírgenes suicidas” de forma completa y maravillosa, Robert Rodriguez tuvo el poder de hacer exactamente lo que quería en “Aulas peligrosas”. Tim Blake Nelson, lo que hizo en “O”, estuvo muy al mando de ese escenario. Ridley Scott en “La caída del Halcón Negro”, realmente lo disfruté.

P: Y luego a mediados de tus-veinte, ya hay artículos en los que hablan de tu retiro. ¿Por qué?

R: Decidí no hacer películas de grandes estudios y centrarme más en el cine independiente. Quería abrirme camino de la manera que consideraba más acorde con mi idea de lo que debía ser una buena película. Para los periodistas de la época, eso significaba no querer tener éxito. ¿Por qué iba a hacerlo? La prensa fue severa. Era como si estuviera loco. Esa se convirtió en la narrativa dominante.

P: Alejarse suena bastante sensato. No puedo imaginarme lidiar con tanta fama tan joven, cuando aún estás descubriendo quién eres.

R: Tengo hijos y pienso en lo mucho que se están formando cada día. Yo me sentía adulto a esa edad, pero, en realidad, tu cerebro ni siquiera está completamente formado. Estás intentando asimilar las opiniones que el mundo tiene de ti y registrarlas en tu interior. Necesitaba espacio para ser yo mismo.

P: ¿Influyó el hecho de ser padre en el desarrollo de tu carrera?

R: Paso mucho más tiempo en casa. No elijo hacer algo a menos que sienta que realmente valdrá la pena.

P: Cooper es padre. En muchos sentidos, un buen padre. ¿Aportaste tu propia experiencia de paternidad al papel?

R: Probablemente no. El aspecto paternal es una máscara. Supongo que, como está libre del juicio de los demás, puede hacer exactamente lo que cree que es bueno para sus hijos. Eso es inspirador. Pero no quieres tomar ninguna señal como un hecho. Dudo que Night me hubiera elegido si no tuviera hijos. Eso era necesario. Le encanta el hecho de que yo tenga tres niñas y él tenga tres niñas. Esta película nació de algo en su relación con sus hijas.

P: ¿Quién es Cooper?

R: Un sociópata dañado que mata gente y también está viviendo esta segunda vida en los suburbios, al parecer como un padre y marido muy cariñoso. Es bombero. Salva gente. Así que tiene esta personalidad alternativa como héroe. Su oscuridad nunca ha entrado en contacto con este otro lado hasta ese día. Lo que me encantó de esto, que es tan retorcido, es que un asesino en serie descubre que no es del todo un monstruo.

P: ¿Interpretabas dos papeles o uno?

R: Un papel con una máscara muy buena. Probablemente sea un buen padre, un buen marido y un buen bombero.

P: Y un asesino realmente bueno.

R: ¡Quizá lo sea!

c.2024 The New York Times Company