Irlanda vs. los Pumas, un antiguo clásico que reverdece a partir de Felipe Contepomi y el ascenso argentino
La tentación de llamar “clásico” al enfrentamiento entre los Pumas e Irlanda es seductora, aunque extratemporal. Lejos quedaron aquellas épocas en las que jugaban al límite del reglamento, en que se cargaban durante los partidos, se acusaban de “asquerosos” ante la prensa y había que frenarlos en los terceros tiempos para que la cosa no se desmadrara. Lejos quedó la época, también, en la que Irlanda era un oponente a la medida de los argentinos, potenciado por cuatro cruces en cinco mundiales consecutivos. Aunque sin los matices procaces de antaño, la antigua rivalidad reverdece a partir de la presencia de Felipe Contepomi en el cuerpo técnico celeste y blanco, amén del buen pasar de su seleccionado y de la posibilidad de hacer historia.
Este viernes, desde las 17.10 en el Aviva Stadium, de Dublín, los Pumas procurarán su primera victoria como visitantes de Irlanda. Se trata del compromiso más exigente en la ventana de noviembre, que comenzó este sábado con un auspicioso 50-18 sobre Italia en Udine, con Gonzalo Quesada a la cabeza del equipo rival, y se cerrará con una visita a Francia en Saint-Denis siete días más tarde. El período de gracia que atraviesan los irlandeses en los últimos tres años los coloca como favoritos ante la explosiva coyuntura albiceleste. Una inyección extra de motivación, entonces, será bienvenida.
El clímax de las asperezas en la rivalidad entre los dos seleccionados se produjo en el Mundial de 2007, en el Parque de los Príncipes, de París. Los Pumas habían derrotado a Francia en el debut y en la última fecha de la clasificación Irlanda necesitaba ganar con punto de bonus para pasar a los cuartos de final, eliminando a los argentinos. Tanto como la victoria albiceleste (30-15) son recordados constantes cruces verbales, miradas amenazantes y festejos desmedidos de ambos lados. La pica había comenzado tres años atrás, cuando Irlanda ganó por 21-19 en el viejo Lansdowne Road y los argentinos acusaron al apertura Ronan O’Gara, autor del drop del triunfo sobre el final, de haberlos cargado durante el partido y, con unas cervezas de más, también en un tercer tiempo lleno de tensión. “Es un asqueroso”, declaró entonces Contepomi a periodistas. Un antagonismo que se magnificaba al tratarse de los aperturas de los dos clubes principales de Irlanda: de Munster el irlandés, de Leinster el argentino.
“Fue una rivalidad magnificada por la prensa”, diría años más tarde Contepomi. “Me llevo bien con O’Gara. No somos amigos pero cada vez que nos cruzamos conversamos normalmente”.
Contepomi había sido determinante en el 28-24 de los Pumas a Irlanda en el Mundial de 1999 en Lens, que les dio el primer pase a cuartos de final en su historia. O’Gara era figura cuando cuatro años más tarde volvieron a verse las caras en el Mundial de Australia y el 16-15 mandó de vuelta a casa a los argentinos. En 2015, victoria de los Pumas por 40-23 en Cardiff en cuartos, los protagonistas ya eran otros.
Aquel primer impacto argentino, en Gales 1999
Desde entonces, Irlanda dominó el duelo entre ambos y se impuso en los últimos tres enfrentamientos, el último, por 53-7, el más desequilibrado en el historial, en noviembre de 2021. Ese partido marcó la salida de Mario Ledesma de la conducción. Irlanda estaba en su primer año bajo las órdenes de Andy Farrell, entrenador que lo llevó a ganar dos veces el Seis Naciones y al número 1 del ranking.
“Creo que la rivalidad se enfrió en los últimos años respecto a lo que ocurrió entre 1999 y 2007, cuando Argentina ganó dos de los tres duelos mundialistas y los jugadores no parecían llevarse nada bien”, opina Rúaidhrí O’Connor, periodista especializado de The Irish Times, consultado para LA NACION. “Felipe definitivamente contribuyó a esa rivalidad, así como Agustín Pichot, porque creo que los Pumas veían a Irlanda como el establishment cuando ellos tenían que pelear por todo, y disfrutaron mucho esas victorias. En los últimos encuentros en Dublín, no obstante, no hubo oposición para Irlanda. Sin embargo, creo que el viernes puede darse el inicio de algo, ya que este equipo argentino luce como una verdadera amenaza”.
La presencia de Contepomi como preparador de Argentina agrega otro condimento por aquella enemistad del pasado. Él se formó como jugador profesional en Irlanda, y más precisamente en Dublín, y allí se perfeccionó como entrenador. La ascendencia de Leinster, columna vertebral del Trébol, es fácil de advertir en la fisonomía del seleccionado celeste y blanco.
“Hay mucha influencia irlandesa en mí”, reconoció Contepomi en una conferencia de prensa. “Tengo un hijo y una hija que nacieron en Irlanda, también. Lamentablemente, no son irlandeses por una cuestión legal. He conseguido muchos hitos de mi vida acá. Pasé 10 años en Irlanda desde los 17, mucho tiempo. Tengo grandes recuerdos, viví cosas muy lindas acá. Estoy muy agradecido”.
Sin embargo, Contepomi intentó minimizar la influencia de su pasado en lo que ocurra el viernes en la cancha: “Podría ser una ventaja si jugara, pero son nuestros jugadores los que tienen que salir a la cancha y hacer su trabajo, saber con quién se enfrentan. Y lo saben. Se enfrentan semanalmente en sus clubes y en el rugby internacional. No sé si es una ventaja, porque ellos también nos conocen a nosotros. Es para los dos lados igual. Trato de transmitir lo que conozco de la cultura y el rugby irlandeses, pero al final del día lo que hace la diferencia es la preparación”.
Las similitudes en los estilos de juego pasan por el costado ofensivo, principalmente. Irlanda masterizó como nadie la capacidad de ejecutar jugadas de muchas fases combinando precisión para conservar la pelota y variantes para quebrar la defensa. Los Pumas todavía no alcanzaron ese nivel de desarrollo, pero desde la época de Michael Cheika es visible que aspiran a una eficiencia similar.
“Aunque ya no sea parte del programa del rugby irlandés, Stuart Lancaster [ex director de rugby de Leinster] tuvo una gran influencia en Andy Farrell y el seleccionado, y Felipe trabajó a su lado en Leinster”, justificó el colega O’Connor. “Cuando veo al ataque argentino, veo muchas similitudes con el equipo de Irlanda de 2022, cuando el seleccionado alcanzó su mejor versión. Irlanda nunca se enfrentó con un equipo que jugara tan parecido, así que va a ser interesante ver cómo lo sobrelleva mientras intentan reponerse de la caída del fin de semana ante Nueva Zelanda”.
Aunque Irlanda es superior en los papeles, viene de un mal desempeño contra All Blacks y presenta algunas bajas considerables (Dan Sheehan, Tadhg Furlong y Bundee Aki). Los Pumas se sienten más cómodos cuando van de punto y llegan en franco ascenso.
“Irlanda estuvo entre los mejores tres equipos del mundo consistentemente en los últimos años. Nunca ganamos acá; es un gran desafío y esperamos estar a la altura”, advirtió Contepomi.
Lo que alguna vez fue una rivalidad acérrima se desvirtuó en los últimos años, en parte por la supremacía irlandesa. Que afloraran viejas rencillas y, sobre todo, que los Pumas volvieran a ser competitivos, contribuiría a un renacimiento del clásico.
Las formaciones
La Unión Argentina de Rugby anunció la alineación titular de su seleccionado para este viernes: Juan Cruz Mallía; Rodrigo Isgró, Lucio Cinti, Matías Moroni y Bautista Delguy; Tomás Albornoz y Gonzalo Bertranou; Juan Martín González, Joaquín Oviedo y Pablo Matera; Guido Petti Pagadizábal y Pedro Rubiolo; Joel Sclavi, Julián Montoya (capitán) y Thomas Gallo. Los suplentes serán Ignacio Ruiz, Ignacio Calles, Francisco Gómez Kodela, Franco Molina, Santiago Grondona, Gonzalo García, Santiago Carreras y Justo Piccardo.
En tanto, por Irlanda comenzarán el encuentro Hugo Keenan; Mack Hansen, Garry Ringrose, Robbie Henshaw y James Lowe; Jack Crowley y Jamison Gibson-Park; Josh van der Flier, Caelan Doris y Tadhg Beirne; James Ryan y Joe McCarthy; Finlay Bealham, Rónan Kelleher y Andrew Porter. Esperarán como relevos Rob Herring, Cian Healy, Thomas Clarkson, Ryan Baird, Peter O’Mahony, Craig Casey, Sam Prendergast y Jamie Osborne.