Un hombre y una idea revolucionaria que unió el rugby y la cárcel ahora se hizo serie: “Espartanos: Una historia real”

El alma máter: Coco Oderigo, abogado, ex jugador y coach del SIC, lideró el proyecto
El alma máter: Coco Oderigo, abogado, ex jugador y coach del SIC, lideró el proyecto "Espartanos" - Créditos: @Ricardo Pristupluk

“Espartanos: una historia real” sigue la inspiradora historia de Eduardo ‘Coco’ Oderigo, abogado y exjugador de rugby, que en 2009 creó el primer equipo de rugby carcelario de Argentina surgido en la Unidad Penal N° 48 de la localidad bonaerense de San Martín.

Compuesta por ocho episodios de 35 minutos, la producción llega a la pantalla de Disney+ este 19 de febrero y tiene como protagonista principal a Oderigo (representado por el actor Guillermo Pfening) quien, después de ver con sus propios ojos la realidad de las cárceles argentinas, decide fundar Espartanos con el objetivo de transformar la vida de los reclusos a través del rugby.

Sin embargo, el camino para lograrlo no le fue sencillo. En el proceso de formar este equipo deportivo, Oderigo debió enfrentar severas dificultades: lidiar con los problemas personales de sus jugadores, el prejuicio de su propio entorno y, por sobre todas las cosas, los obstáculos del sistema penitenciario.

Realizada por PEGSA, la serie está escrita por Andrés Gelós y Pablo Gelós, y dirigida por Sebastián Pivotto. Además de la actuación de Pfening como Oderigo, la nueva producción cuenta con la participación de Pablo Rago (Varela), Lautaro Zera (Tomi). Por su parte, la serie tendrá la participación especial de Jorge Suárez (Vargas), Juana Viale (María Laura), Carla Pandolfi (Male Oderigo) y Valentín Villafañe (Colli).

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Espartanos: una historia real” contará en el elenco con dos exjugadores de Los Pumas, el seleccionado nacional de rugby de Argentina: Juan Leguizamón (Tatú) y Javier Ortega Desio (Bebe).

Eduardo
Eduardo "Coco" Oderigo, fundador de los Espartanos. - Créditos: @Santiago Filipuzzi

La historia de Espartanos

Eduardo “Coco” Oderigo, un abogado con ocho hijos y un pasado como jugador de la primera del SIC, es el alma detrás de la fundación de Los Espartanos.

Todo comenzó en 2009, cuando Coco visitó el complejo de máxima seguridad de San Martín y salió entristecido. Desde hacía 15 años trabajaba en un juzgado penal y estaba acostumbrado a las historias de presos, pero no a la desesperanza que vio en la cárcel. “Me gustaría enseñarles a jugar al rugby a los presos”, le dijo al director del penal. No tenía mucho plan, apenas una intuición de que el deporte podía ayudarlos. Los resultados le demostraron que estaba en lo correcto.

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Siete años después de la creación del equipo, en 2016, con el apoyo de voluntarios, donantes y empresas, se creó Fundación Espartanos. El número que más enorgullece a Coco es el de reincidencia. La media del sistema penitenciario argentino es del 65 por ciento. La de los Espartanos, del 5 por ciento.

En 2018, los All Blacks visitaron a los Espartanos
En 2018, los All Blacks visitaron a los Espartanos - Créditos: @Aníbal Greco

El trabajo de la fundación continúa cuando las personas abandonan la cárcel. Enfrentados a la dura realidad de buscar trabajo luego de años en prisión, los exconvictos luchan contra su falta de rutinas laborales y los prejuicios de la sociedad. Para ayudarlos, los Espartanos ofrecen programas de capacitación y contactos con empresas dispuestas a dar una segunda oportunidad. Son más de 100 los espartanos en libertad que consiguieron trabajo gracias a la fundación.

El programa de Espartanos hoy se replica en 44 unidades penales de la Argentina y en 16 penales del exterior, ubicados en España, Chile, Uruguay, El Salvador, Perú y Kenia. A nivel nacional, participan más de 2500 jugadores entre penales federales y provinciales.

Son más de 100 los espartanos en libertad que consiguieron trabajo gracias a la fundación.
Son más de 100 los espartanos en libertad que consiguieron trabajo gracias a la fundación. - Créditos: @Sebastián Rodeiro

¿Por qué el rugby?

La principal razón por la que se eligió el rugby como deporte para los presos es simple: es el deporte que Oderigo practicó toda su vida –jugó en la primera división del SIC– . Sin embargo, también hay otras particularidades específicas del juego que motivaron esta decisión.

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El hecho de que sea un deporte áspero, de golpes, sirve de válvula de escape para que los convictos descarguen parte de la ira acumulada por años de privaciones. Además, y a diferencia del fútbol, el respeto por el árbitro es parte central del juego y contribuye a la educación de los presos. A esto se le suma que el talento individual vale menos que el espíritu de cuerpo y eso ayuda a crear comunidad en un mundo individualista, como son las cárceles.

Por último, el hecho de que la mayoría de los convictos no conozca el deporte sirve para evitar los viejos vicios, como ocurre con el fútbol. Todos tienen que aprender las reglas y el espíritu del juego desde cero. Y eso, dice Oderigo, contribuye a hacer más potente la herramienta.

Cómo ayudar

  • Cualquiera puede sumarse como voluntario a los Espartanos participando en los entrenamientos, enseñando los valores del deporte, preparando físicamente y organizando encuentros deportivos. También pueden brindar una segunda oportunidad a través del programa de prácticas laborales Entretiempo, o contratando a un espartano/a. Para más información, escribir a info@fundacionespartanos.org o ingresar a www.fundacionespartanos.org.