Giustino ganó el Gran Premio Polla de Potrillos y mantuvo el invicto que no pudo sostener Colifato Novo
En el inicio de la Triple Corona, el público llegó a Palermo este sábado para ver si Colifato Novo iba a ser capaz de mantener su invicto en la Polla de Potrillos tras la serie de triunfos clásicos en el césped de San Isidro. Pero descubrió que el otro que arribó a la cita sin conocer la derrota, Giustino, no estaba dispuesto a dejar el suyo en la misma pista de arena en la que construyó su camino inmaculado hasta aquí.
Uno fue adelante, como siempre, y su jockey, Joaquín Cano, buscó rivales mirando una y otra vez hacia atrás. Hasta que los encontró. En la recta final, sin apartarse de la cansadora parte interna, el caballo no logró despegarse y quedó a merced de las atropelladas. Giustino fue uno de los que atacó a media cancha, por la zona más firme, y tuvo una gran resistencia en Nooresh, que parecía el verdugo de los dos. No obstante, el rigor de Eduardo Ortega Pavón y el corazón del reservado del haras La Providencia desnivelaron en el disco, por una cabeza. Luego, Descamisado en el tercer lugar y Colifato Novo, cuarto.
El Gran Premio Polla de Potrillos
Giustino ya había dado una muestra de su potencial hace dos meses, cuando venció en uno de los clásicos preparatorios, en 1400 metros. Por dos meses se reservó las energías para la Polla. Lo necesitaba. No fue un camino de rosas. “Tuvo una rajadura en un casco que nos atrasó la puesta a punto, pero al menos pudimos llegar a la carrera como esperábamos”, dijeron en la intimidad del vencedor, de capitales brasileños que invierten en la Argentina hace décadas.
El final fue de esos en los que todos en la tribuna gritan. El suspenso había ganado el protagonismo. Y Ortega Pavón fue el encargado de spoilear el vencedor al pararse en los estribos de su caballo de inmediato para festejar, un año después de que se le había escapado el éxito en este mismo gran premio con la meta a sólo unos pasos. Pasaron 18 años para que un invicto vuelva a imponerse en este cotejo; desde que Dancing for Me lo hizo en 2006.
En la Polla de Potrancas, Pulp Fiction ganó una carrera de película, con una trama alejada de los sicarios, gánster y bandidos que le dieron forma al célebre film que inspiró el bautismo de la zaina. Sobre la arena de Palermo, la más livianita del lote –422 kilos– fue tranquila a la punta y eludió cualquier tipo de pelea, incluso cuando las principales candidatas fueron en su búsqueda en la recta final.
“Llegaron hasta ahí y no me descontaron más. Mi idea era traerla un poco más atrás, pero la cuidadora [María Cristina Muñoz] me dijo que la corra con confianza, cerca. La potranca salió adelante sin que yo la moviera y, como ninguna fue a presionarla, la dejé. Y se vino fácil”, describió la intimidad de la ejecución Martín Valle, el cuarto jockey diferente que monta a la representante del stud Parque Patricios en cuatro carreras.
El Gran Premio Polla de Potrancas
Hubo algo de destino marcado para el jinete. O al menos para los que creen en ese tipo de situaciones. Primera monta de Firmamento, Valle se imaginaba regresando este sábado a la montura de la favorita Quita Rim, pero en esa caballeriza le respetaron el lugar a William Pereyra, con la que había vencido en el Estrellas Juvenile Fillies, cuando el correntino no pudo montarla por otro compromiso. “Al principio me enojé y pataleé, pero evidentemente las cosas pasan por algo. Al final, gané con una potranca que no estaba en los planes que fuera a correrla”, confesó el jockey.
Muñoz, la entrenadora que confió en él esta vez y cuyos pergaminos incluyen otra Polla, la de Potrillos con Miriñaque hace cinco años, soñó con este triunfo, aunque nunca pudo mantener al mismo piloto en la montura de su yegua. “Para mí es invicta, aunque haya perdido dos carreras. Una sabe de estrategias y de desarrollos, y en las derrotas no tuvo la mejor suerte”, contextualizó. Su Pulp Fiction había ganado debutando en mayo pasado y luego se le negaron las victorias en sus dos primeras experiencias clásicas. La tercera fue la vencida. Y las principales candidatas quedaron justo detrás: Dulce Despertar, segunda, y Quita Rim, tercera.
Un año después de haber ganado la Polla de Potrillos, El Kodigo volvió a ser uno de los protagonistas de la jornada de inicio de la Triple Corona. Esta vez, en la pista vecina, la de césped, para adueñarse del Gran Premio General San Martín (G1-2400m) por tres cuartos de cuerpo sobre Crazy Talent, el rival que venía de derrotarlo el mes pasado. Gustavo Calvente volvió a llevarlo en el desarrollo ajeno a lo que sucedía en los primeros puestos y en la recta final buscó por adentro, para imponerse en lucha. Casi una marca registrada del representante del stud Juan Antonio.
El Gran Premio General San Martín
“Se trabajó en los entrenamientos como para poder tener la revancha porque en esa carrera que fue segundo no tuvo cambio de ritmo. Entonces, para este clásico decidimos enfocarnos en darle velocidad. Con calidad y salud, el caballo no deja de sorprendernos”, explicó Juan Saldivia, su entrenador. Ahora, El Kodigo luce tres éxitos de la mayor graduación internacional y no tiene cuentas pendientes con la cancha de pasto, donde el triunfo se le había negado las dos veces que fue presentado en esa superficie. Para Crazy Talent hubo un consuelo de tres millones de pesos, la recompensa para el caballo que más puntos sumó en el torneo de tres cotejos en meses consecutivos.