Franco Colapinto pasó un sábado triste en el Gran Premio de Qatar, pero en su entorno confían en una buena noticia
LOSAIL, Qatar (para LA NACION).– Caía la noche qatarí en el paddock del circuito de Losail, a 35 kilómetros del centro de Doha. El viento incansable del golfo Pérsico, a entre 5 y 10 kilómetros por hora, protestaba al chocar contra los edificios del paddock y de las tribunas, envueltos en imitación de mármol blanco. En la fan zone, el público de todas las nacionalidades se divertía jugando a cambiar neumáticos de Fórmula 1 y en simuladores de conducción. Un DJ llegaba con el retumbar de los bajos de sus mezclas rítmicas hasta las mismas puertas de los hospitalities de lujo, preparados por el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani.
En el bulevar, adornado con palmeras bajas, la luz apenas se insinuaba. En el hospitality de Williams esperaban unas visitas estratégicas de patrocinadores de Franco Colapinto que podrían terminar de definir, en los días que van de la carrera de Qatar a la de Abu Dhabi, la continuidad del argentino en 2025.
Por eso era importante para él terminar con buen ritmo y el auto intacto la carrera sprint y la posterior prueba de clasificación del penúltimo gran premio del año. Su equipo iba a ayudarlo en esa expectativa. Poco después del mediodía del sábado, Williams anunció que iba a cambiar la puesta a punto y algunos componentes en el FW46 de Colapinto. Por lo tanto, el coche número 43 iba a largar la sprint en la calle de boxes, con Sergio Pérez y su Red Bull por delante.
Se reproducía la situación de Las Vegas y con ello no sólo se reequilibraba la adherencia de ambos ejes del coche, sino que, además, se evitaba un posible accidente en las primeras curvas de la carrera corta. En el momento en que decidió pasar a Pérez, muy dubitativo saliendo de la calle de boxes con su Red Bull (estaban enfriándose demasiado los neumáticos), aceleró y dejó atrás al mexicano pisando las líneas demarcatorias de carriles sin infringir el reglamento, lanzándose en persecución al Racing Bulls del japonés Yuki Tsunoda.
Adelante, George Russell pretendía luchar con su Mercedes contra ambos McLaren, pero tanto Lando Norris como Oscar Piastri terminaron controlando la carrera.
Tras el primer giro, Colapinto estaba en torno a seis segundos detrás del chino Guanyu Zhou. Los neumáticos blandos del Sauber del oriental no tardaron en desgastarse. El resto del pelotón, calzado con “medios” (banda amarilla), se le escapaba. Franco mostró que sus resultados del viernes en la única sesión de práctica (19º) y en la prueba de clasificación para la sprint (20º) eran solo un “bluff” de póquer. Corregido el coche por sus mecánicos, el joven de Pilar mostró que no se ha olvidado de manejar y descontó, vuelta tras vuelta, casi todos los siete segundos que al comienzo le llevaba Tsunoda.
Delante del japonés marchaba el otro Racing Bulls, de Liam Lawson, y los tiempos de ambos eran entre 3 y 5 décimas más lentos que los de Franco. Los RB, que en las últimas dos carreras habían sido inalcanzables para los Williams, tenían serios problemas de adherencia. Las nuevas suspensiones que habían funcionado en Las Vegas fallaban en las curvas sostenidas y largas de Losail.
Alex Albon, el compañero de Colapinto, habiendo partido en la 12ª posición, caía hasta la 15ª. En Losail resulta muy difícil adelantarse a otro porque se está mucho tiempo circulando en trayectorias curvas de media y alta velocidades. Colapinto tuvo un ritmo incluso superior al de Albon y, al final, el tailandés-británico dejó un mejor tiempo apenas 1/10 más rápido que el mejor del argentino.
Franco estuvo a punto de atacar a Tsunoda, pero no lo hizo. La carrera corta no habría dado como para más y aun haciéndolo habría quedado lejos de los puntos. “El coche se comportó mucho mejor, más equilibrado”, resumió Colapinto antes de la prueba de clasificación que iba a determinar el orden de largada para la carrera del domingo.
Williams había decidido dejar de lado su protección del coche a ultranza con la puesta a punto del viernes y poner los cartuchos con pólvora en el arma azul del bonaerense. En la qualy, el FW46 rindió de manera parecida a la de la sprint. Sin embargo, Colapinto y Albon no lograron pasar de la Q1, la primera etapa de la sesión. Franco quedó en la 19ª ubicación a 1,03 segundos del más rápido en esa porción. Por momentos, Alex parecía capaz de superar el tramo, pero terminó 16º. El argentino había sido 2,5 décimas más lento que su compañero.
Muy lejos, en otra galaxia, aparecía el siempre sorprendente Max Verstappen con su Red Bull para quedarse con la pole position, por delante de Russell y Norris. Sin embargo, unas tres horas y media después de la prueba de clasificación, la Federación Internacional del Automóvil sancionó con un puesto de retraso al campeón, por haber obstaculizado al piloto de Mercedes en una vuelta lanzada. Russell estaba como para alcanzar la mejor ubicación de partida, pero se topó con un Red Bull lento. La grabación revela que Gianpiero Lambiase, el ingeniero de pista de Verstappen, avisó tarde al piloto que detrás circulaba a fondo el Mercedes, como para que se abriera.
La situación por la que fue castigado Verstappen
Franco recibió a este cronista en el corralito de prensa y explicó: “La verdad es que el auto no iba bien. En el primer intento [con neumáticos blandos] tuve demasiado deslizamiento del eje delantero. Hicimos una modificación, y en el segundo tuve completamente lo opuesto [desplazamiento atrás], y no sabemos por qué. En este circuito se depende mucho de la parte aerodinámica, y parece que el cambio que hicimos no ha ayudado. Tenía problemas en la entrada a las curvas 6, 7 y 8″.
Declaraciones de Franco Colapinto
Directo, al punto. Tampoco su compañero se había mostrado conforme con el rendimiento del chasis, y decía que no habían logrado entender cómo había que adaptarlo al circuito. Que Albon quedase 16º, también eliminado, a 0,8 segundos del más veloz de ese tramo de la qualy, Russell, no era un consuelo para Colapinto. En realidad, los FW46 estaban donde habían estado antes en otros circuitos no urbanos, en una banda de entre 0,8 y 1,3 segundos de distancia hasta el mejor de las Q1. Con la diferencia de que en Losail reaccionaron ambos Sauber, habitualmente situados por detrás, y separaron de Alex al argentino.
Durante su resumen del día sábado, Franco se mostró taciturno, un poco triste.
Compacto de la prueba de clasificación para la carrera principal de Qatar
Ya no se le ve esa alegría de las primeras carreras y tampoco utiliza uno de sus verbos favoritos cuando piensa en el futuro inmediato, “disfrutar”. Pero en los despachos de Williams, y muy posiblemente en los de Red Bull, sin saberlo él, algunas fuentes muy allegadas a la ya muy conversada negociación de su pase al equipo de los toros rojos estaban escribiendo documentos que podrían cambiar la expresión de su rostro.
En el hospitality de Williams se esperaba la visita de importantes auspiciantes de Franco que habrían llegado a Qatar con las plumas estilográficas de rebordes dorados para firmar ese contrato con Red Bull que, a veces, parece imposible, y otras, ahí nomás, al alcance de la mano. Quizás porque esos deseados documentos ya estarían siendo terminados es que Flavio Briatore, “patrón” de Alpine, respondió con un lacónico “no” cuando para LA NACION se le preguntó el sábado por la mañana si todavía había conversaciones de Williams con la escudería francesa en torno a Colapinto.
Se acerca el momento de las definiciones, y fuentes cercanas a la operación en marcha afirman que el miércoles posterior a la carrera de Abu Dhabi habrá un anuncio. Es decir, dentro de 11 días. Y así Colapinto recuperará sus sonrisas.