Francia y el mejor Mundial de rugby de la historia: las fallas que conspiran contra el torneo

Dos hinchas franceses disfrutan de sus cervezas en un estadio del Mundial
Dos hinchas franceses disfrutan de sus cervezas en un estadio del Mundial - Créditos: @Charlotte Wilson/Offside

LA BAULE-ESCOUBLAC (Francia).– El partido entre Irlanda y Sudáfrica en el Stade de France, lo mejor de este Mundial hasta aquí en todo sentido, sigue dando que hablar. Un informe reveló que en torno al encuentro se vendieron 120.000 cervezas en el estadio, un récord para ese icónico estadio. Pero ese es el dato menos relevante. Lo significativo es que la cerveza se acabó al entretiempo y, aceptaron los organizadores en voz baja, el número se podría haber cuatriplicado.

Tan fantástico como está resultando Francia 2023, con estadios llenos, un ambiente electrizante, clima de rugby en toda la ciudad los días de partido, camaradería entre los hinchas y buenos espectáculos adentro de la cancha, al mismo tiempo conviene señalar que la organización ha quedado en deuda con la gente. La falta de cerveza es tan sólo un ejemplo de cómo los hinchas fueron puestos muy abajo entre las prioridades de GIP (Grupo de Interés Público), la empresa encargada de llevar adelante el evento insigne del rugby mundial.

Lo ocurrido en el primer partido de los Pumas también es elocuente. Argentinos e ingleses coparon Marsella y configuraron uno de los mejores marcos que se hayan vivido en esta Copa, apenas a la zaga de Irlanda-Sudáfrica y del partido inaugural. No obstante, cuando empezó el partido había varios claros en las tribunas. Mucha gente entró y se encontró con que Inglaterra jugaba con 14 hombres (al inicio fue expulsado Tom Curry) sin saber por qué. ¿Qué ocurrió? Las 80.000 personas que coparon el Stade Vélodrome debieron ingresar por la misma entrada. Una amplia escalinata detrás en uno de los flancos del estadio, que devolvió una gran imagen desde horas antes del inicio del partido con la gente cantando y saltando, pero que cuando fue el turno de ingresar al estadio se convirtió en un embudo que hizo que muchos llegaran tarde. ¿Por qué no habilitaron la entrada por el costado opuesto? ¿O estaba habilitada y no lo informaron debidamente?

Otro motivo de queja han sido los servicios de transporte. El sistema en este país es impecable: hay ómnibus, subtes, trenes, tranvías. Todo muy bien señalizado y estructurado, ya sea en París, Bordeaux, Lyon… donde sea. Pero los días de partidos no dan abasto. Tanto para ir al estadio como, principalmente, para regresar. Si bien en algunos casos han puesto servicios adicionales, no son suficientes. Especialmente en los partidos de las 21. Según la ciudad, el servicio finaliza entre las 12 y la 1 y no se han extendido más allá de ese horario. Sin contar que se viaja apiñado.

Después del partido entre Gales y Australia en el OL Stadium de Lyon, la salida fue un caos. Había tres filas para tomar distintos trenes, pero nadie sabía indicar cuál era la que correspondía al destino que uno anhelaba. La cola del tren que iba a la estación principal era kilométrica y avanzaba muy lento. Los guardias que intentaban ordenar el ingreso a los trenes estaban desbordados. Al final, pasó lo que todos temían. El último tren partió dejando a cientos de hinchas en la estación, que quedaron forzados a ingeniárselas para recorrer los 20 kilómetros hasta el centro. Y en este país, después de ciertas horas conseguir un Uber es una proeza.

Después de algunos sucesos ocurridos en los últimos años, como el atentado terrorista por parte de grupos islámicos durante un partido de fútbol entre Francia y Alemania en el Stade de France en noviembre de 2015 o las recientes protestas de trabajadores contra las medidas del presiden Emmanuel Macron que incluyeron actos vandálicos como quema de autos, las medidas de seguridad son extremas. Es común ver miembros de las fuerzas de seguridad especiales con armas de alto clibre rondando las inmediaciones. Seguridad que se acentuó en situaciones como la presencia de la reina Camila de Inglaterra en el partido en Marsella. Esto incurre, en ocasiones, a maltrato hacia el público. Hay numerosas quejas en las redes sociales de espectadores que aluden de haber sido maltratados verbalmente e, incluso, empujados con violencia.

Kate Middleton, princesa de Gales, alentó a Inglaterra ante Los Pumas en el Mundial. La seguridad en torno a la realeza es muy estricta en Francia
Kate Middleton, princesa de Gales, alentó a Inglaterra ante Los Pumas en el Mundial. La seguridad en torno a la realeza es muy estricta en Francia - Créditos: @Twitter: @HRHPWales

La prensa también ha sido víctima de la desorganización y los malos tratos. Llegar al punto de retiro del ticket de cada partido puede ser una aventura laberíntica. Nadie sabe indicar con precisión y es común que envíen al corresponsal de un lado a otro. Esto es menor al lado de la rigurosidad con la que se manejan, sin tener la flexibilidad de enmendar errores originados por la propia organización. “Es todo muy estalinista”, lo definió un colega italiano. El periodista de The Times londinense Will Kellleher, por ejemplo, denunció en Twitter que había sido retirado por la fuerza de la zona mixta mientras entrevista a Henry Arundell luego del partido entre Inglaterra y Chile en Lille, sin recibir ninguna explicación.

La cuestión de la cerveza es un tema especialmente sensible. Es parte del ritual de los británicos e irlandeses, que tienen fácil acceso a Francia via ferry, tren o avión. Empiezan a tomar a la mañana, siguen con el almuerzo mientras copan los locales gastronómicos de la ciudad que sea, en la previa del partido en los alrededores del estadio, durante el partido y después también. El mayor problema se suscita en los estadios y sus adyacensias. Francia 2023 no está preparada para tamaña avidez por la cerveza. Cada puesto está rodeado por largas colas. La gente compra de a cuatro pintas (más de dos litros) para evitar volver a hacer una nueva cola. Muchos tienen que llevar más de un vaso porque las máquinas expendedoras no tienen la presión suficiente y sirven pura espuma. Y eso sin contar los precios. Una pinta ronda, según la sede, los 8 euros, y un hot dog a la salida del Stade de France cuesta 10 euros.

“Hay un grupo de fanáticos que debieron atravesar experiencias desafiantes, pero hay que ponerlo en contexto”, relativizó Alan Gilpin, CEO de World Rugby. “Ya hay un millón de hinchas que visitaron este Mundial. Desafortunadamente, en cualquier evento masivo, no importa cuánto hayas planificado, probado y moldeado lo que hacés, es difícil controlar el comportamiento de todos los espectadores. Lo que estamos viendo en este Mundial es que los hinchas están en horarios inesperados. Algunos demasiado temprano, otros muy sobre la hora, lo que genera distintos desafíos”.

Un vendedor atiende a un hincha en Toulouse antes del partido entre All Blacks y Namibia
Un vendedor atiende a un hincha en Toulouse antes del partido entre All Blacks y Namibia - Créditos: @Catherine Ivill

La organización del Mundial cada cuatro años le corresponde a Rugby World Cup Ltd, uno de los brazos de World Rugby, que en esta oportunidad le cedió la potestad al Comité Organizador de Francia 2023, que está compuesto de tres socios: la Fédération Française de Rugby – FFR (62%), el estado nacional (37%) y Le Comité National Olympique et Sportif Français (CNOSF). Una de las claves para el éxito del evento es la participación de 48.000 voluntarios, que se prestan ad honorem a contribuir con su realización. No obstante, más allá de la predisposición y buena voluntad que destilan siempre, en la mayoría de los casos no están lo suficientemente capacitados como para brindar un servicio eficiente.

“No queremos que los hinchas atraviesen situaciones complicadas, así que vamos a seguir tratando de corregir esas cuestiones”, continuó Gilpin. “Quiero pensar que se trata de una minoría. La seguridad de los espectadores es una prioridad. Es cierto que hubo reportes de comportamiento inapropiado, pero tienen que entender que es para brindar el entorno más seguro posible”.

El Mundial sigue su marcha y los pronósticos de que sería el mejor de la historia se están cumpliendo. Por afluencia de público, por la euforia en los estadios y en toda la ciudad los días de partidos, por el espectáculo dentro del terreno de juego. Sólo falta poner al espectador en el centro de la escena.

El color de las tribunas, un ingrediente más del Mundial
El color de las tribunas, un ingrediente más del Mundial - Créditos: @Craig Williamson - SNS Group