WASHINGTON.- Los altos mandos militares de Ucrania y Estados Unidos están buscando una nueva estrategia a aplicar desde principios del año próximo para fortalecer las chances bélicas de Kiev y revitalizar el flaqueante apoyo a su país en la guerra con Rusia, según funcionarios norteamericanos y ucranianos.

La búsqueda de un nuevo abordaje de la guerra llega después de meses de una contraofensiva ucraniana que fracasó en su objetivo de recuperar territorio perdido a manos de las fuerzas invasoras rusas y tras semanas de tensas reuniones entre los altos mandos de militares de Estados Unidos y su contraparte de Ucrania.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, aterrizó el lunes en Washington para un encuentro de apuro con el presidente Joe Biden y el Congreso norteamericano para discutir los pasos a seguir. Ambos mandatarios buscarán demostrar que la solidaridad mutua sigue vigente y dar impulso al apoyo a Ucrania en un momento crucial, tanto en el campo de batalla como en el recinto del Congreso norteamericano.

Los reveses bélicos de Ucrania coincidieron con la creciente renuencia de los republicanos a seguir brindando asistencia financiera a Kiev. De hecho, hasta algunos funcionarios del propio gobierno de Biden temen que un largo estancamiento de la guerra durante el año entrante termine siendo equivalente a una victoria del presidente ruso, Vladimir Putin.

“No podemos permitir que Putin gane”, dijo Biden la semana pasada al presionar al Congreso para que aprueba una nueva ronda de financiamiento para Ucrania. “Que eso no ocurra es de sumo interés para nuestros intereses nacionales y los de nuestros amigo internacionales. La más mínima interrupción de nuestra ayuda a Ucrania claramente fortalece la posición de Putin.”

Después de su propio intento fallido de tomar Kiev en 2022, los militares rusos empezaron a revertir su suerte y están reconstruyendo su poderío bélico. Hora Moscú tiene más tropas, municiones y misiles, y ha acrecentado su ventaja con una flota de drones de combate, muchos de ellos provistos por Irán, según funcionarios norteamericanos.

Estados Unidos está intensificando el asesoramiento militar cara a cara que le brinda a Ucrania, y hasta ha despachado a Kiev a un general de tres estrellas para que pase un buen tiempo en el terreno. Tanto los oficiales militares estadounidenses como los ucranianos esperan pulir los detalles de la nueva estrategia el próximo mes, con una serie de ejercicios de guerra previstos a realizarse en Wiesbaden, Alemania.

Los norteamericanos están presionando a favor de una estrategia conservadora centrada en conservar el territorio que tiene Ucrania, atrincherarse, y acumular suministros y fuerzas a lo largo del año entrante. Los ucranianos, por su parte, quieren lanzarse al ataque, ya sea sobre en el campo de batalla o con ataques de largo alcance, con la esperanza de captar la atención del mundo.

Riesgos

Es mucho lo que está en juego. Los norteamericanos dicen que sin una nueva estrategia y fondos adicionales Ucrania podría perder la guerra. Los funcionarios de la Casa Blanca argumentan que Putin apuesta a una caída del apoyo norteamericano, y citan las recientes declaraciones del mandatario ruso, cuando dijo que sin las municiones proporcionadas por la OTAN, Ucrania perderá la guerra en unos pocos días.

Los norteamericanos dicen que muchos militares y funcionarios ucranianos no toman dimensión de lo precaria que es la continuidad del financiamiento de Estados Unidos, y advierten que esoos generales y altos funcionarios del gobierno de Kiev tienen expectativas poco realistas sobre lo que Estados Unidos les dará. Por ejemplo, reclaman millones de cartuchos de artillería que no existen en los arsenales de Occidente.

Desde la Casa Blanca señalan que Ucrania tendrá que seguir combatiendo con un presupuesto más ajustado.

Algunos miembros del ejército norteamericano quieren que Ucrania aplique la estrategia de “mantener y construir”, es decir, centrarse en conservar el territorio que tiene y en escalar su propia producción de armas a lo largo de 2024. Estados Unidos cree que esa estrategia mejorará el autoabastecimiento bélico de Ucrania y garantizará que Kiev esté en condiciones de repeler cualquier nuevo embate ruso.

El objetivo sería que Ucrania se convierta en una amenaza lo suficientemente creíble como para que Rusia considere abrir las negociaciones a fines del próximo año o en 2025.

Por su lado, los ucranianos están analizando estrategias basadas en sus exitosos ataques de profundidad sobre Crimea del otoño boral pasado, y buscan formas creativas de desequilibrar a Rusia con ataques contra fábricas de armas, arsenales y vías férreas para el transporte de municiones, y así alzarse con victorias simbólicas. Un ex alto funcionario militar ucraniano se negó a comentar las propuestas que Kiev baraja actualmente, pero dijo que el nuevo plan es “muy osado”.

Los funcionarios de Estados Unidos, por su parte, dicen que sin un cambio de estrategia, 2024 podría terminar pareciéndose a 1916, el peor año de la Primera Guerra Mundial, cuando miles de jóvenes perdieron la vida sin que las líneas de batalla se modificaran demasiado.

Los hospitales ucranianos están llenos de soldados heridos: durante la contraofensiva de estos últimos meses, el ir y venir de las ambulancias desde el frente de batalla era incesante. Ucrania no ha publicado cifras oficiales de sus muertos en la guerra, pero las pérdidas, admiten los funcionarios, han sido cuantiosas.

La contraofensiva de 2023 se basó en reformar el ejército de Ucrania a imagen y semejanza del de Estados Unidos. Quienes critican esa estrategia dice que es el enfoque que Estados Unidos intentó en Vietnam, Irak y Afganistán, mayormente sin éxito.

Modificar la dinámica

Pero la Casa Blanca ha dado algunas señales de su voluntad de ceder. Los máximos funcionarios estadounidenses dicen estar abiertos a algunas de las nuevas ideas de Ucrania, y reconocen que los ataques de profundidad sobre Crimea de este otoño boreal resultaron letales para Rusia y fueron un punto de luz en una contraofensiva de otro modo decepcionante. Los estrategas norteamericanos creen que el próximo año los ucranianos pueden aprovechar ese éxito, por más que invierta gran parte de su energía en reconstruir sus fuerzas.

Ni los funcionarios norteamericanos ni los ucranianos revelaron detalles de las conversaciones o del nuevo plan. Pero sea cual sea el acuerdo al que lleguen, modificar la dinámica es crucial. Según los analistas, cuanto más se consolide la percepción de que la guerra está estancada, más costará conseguir fondos adicionales de Estados Unidos.

“Es imposible subestimar la importancia de la ayuda norteamericana”, apunta Andrea Kendall-Taylor, académica del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense. “Si la asistencia de Estados Unidos a Ucrania se frena, la naturaleza de esta guerra tomará un rumbo radicalmente distinto.”

Por Julian E. Barnes, Eric Schmitt, David E. Sanger y Thomas Gibbons-Neff