La revelación Georgia se cita con España, Ucrania y República Checa caen

Kevin De Bruyne durante el empate con Bélgica ante Ucrania que clasificó a su equipo para octavos de final de la Eurocopa. En Stuttgart (Alemania), el 26 de junio de 2024 (Fabrice COFFRINI)
Kevin De Bruyne durante el empate con Bélgica ante Ucrania que clasificó a su equipo para octavos de final de la Eurocopa. En Stuttgart (Alemania), el 26 de junio de 2024 (Fabrice COFFRINI)

Georgia fue la sensación del último día de la fase de grupos de la Eurocopa con su triunfo 2-0 sobre Portugal, que le permitirá desafiar a España en unos octavos de final donde no estarán Ucrania y República Checa, que quedaron eliminadas.

Los portugueses tenían ya seguro el liderato del grupo F, donde acabaron con 6 puntos, los mismos que Turquía (2ª), que venció 2-1 a la República Checa (4ª, 1). Los georgianos fueron terceros, con tres puntos.

Unas horas antes había tenido lugar el desenlace del igualadísimo grupo E, en el que los cuatro equipos terminaron con 4 puntos.

El liderato fue para Rumania, que empató 1-1 con Eslovaquia (3ª), mientras que Bélgica (2ª) sobrevivió en el torneo continental con su empate 0-0 contra Ucrania (4ª), que quedó KO pese a terminar con los mismos puntos que los otros tres integrantes del grupo.

"Pese al frustrante resultado, habéis peleado por vuestro país", agradeció a la selección el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en Telegram.

- Cristiano Ronaldo, sin pólvora -

Georgia llegó a la Eurocopa como debutante y con el cartel de víctima, pero nada más lejos de la realidad.

Héroes de la gesta, Khvicha Kvaratskhelia (minuto 2) y Georges Mikautadze (de penal, 57) sacaron petróleo de la noche desgraciada de Antonio Silva, de 20 años, que regaló el balón en el primer tanto y cometió la falta en el segundo.

En las anteriores jornadas, Georgia había sorprendido por su pujanza ante Turquía (derrota 3-1) y frente a la República Checa (1-1). Esta vez solo le valía ganar ante un equipo portugués que ya tenía atada la primera plaza.

El seleccionador luso, el español Roberto Martínez, había introducido ocho cambios con respecto al equipo que batió 3-0 a Turquía. No es lo mismo tener a Pepe, imperial a sus 41 años en las dos primeras jornadas, que a Silva, traicionado por los nervios.

La derrota no cambia gran cosa para Portugal, que en octavos de final se medirá a Eslovenia, pero supone un aviso en contra de cualquier exceso de confianza.

El astro Cristiano Ronaldo, a sus 39 años, fue titular pero no pudo conseguir marcar en su sexta Eurocopa, después de anotar en las cinco anteriores.

Por su parte, los turcos se impusieron 2-1 a una República Checa que plantó batalla pese a quedarse con diez en el minuto 20 por la doble amonestación de su atacante Antonin Barak.

El tanto del triunfo turco llegó en el tiempo de descuento (90+4), por medio de Cenk Tosun. Antes de ello, su compañero Hakan Çalhanoglu (51) había adelantado a los otomanos y Tomas Soucek (66) había empatado provisionalmente para la República Checa.

- Bélgica pasa con abucheos -

En el grupo E, Bélgica avanzó a octavos con su 0-0 ante Ucrania, pero los hinchas de su país despidieron al equipo con abucheos, como reproche a la falta de agresividad y gol que muestran los 'Diablos Rojos' hasta ahora en el torneo.

"Estoy sorprendido ya que para nosotros era realmente importante clasificarnos", afirmó el seleccionador de los belgas, Domenico Tedesco, cuyos jugadores vistieron este miércoles una equipación en homenaje al personaje de cómic Tintín, con camiseta azul y pantalón marrón.

En octavos de final, Bélgica tendrá un adversario temible, la Francia de Kylian Mbappé, el lunes en Düsseldorf.

Ucrania se despide de un torneo con valor simbólico para su país por el conflicto bélico. En el fondo de los aficionados del país se desplegó en este partido una lona con el rostro de un soldado ucraniano, compuesto con el retrato de otros 182 hinchas de clubes ucranianos fallecidos durante la guerra.

- Alegría doble en Fráncfort -

Si en Stuttgart las caras eran largas en los belgas pese a su clasificación y las de los ucranianos eran de enorme decepción, tanto rumanos como eslovacos, que empataron 1-1 en Fráncfort, festejaron su pase a octavos de final al final del partido.

Es la segunda que vez que ambas selecciones pasan a octavos de final: Rumania estuvo en esa ronda en la edición del año 2000 y Eslovaquia en la de 2016.

Onderj Duda adelantó a Eslovaquia en el 29 y Razvan Marin, de penal en el 37, selló el empate definitivo.

"Esta es una sensación que hay que vivir al menos una vez en la vida. Hemos hecho historia", se enorgulleció el técnico de los rumanos, Edward Iordanescu.

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