Fabricio Bustos a River: una aparente solución a un puesto que tuvo en los últimos años múltiples e insólitos contratiempos

Fabricio Bustos apunta y dispara, con la camiseta de Inter; ahora, llega a River
Fabricio Bustos apunta y dispara, con la camiseta de Inter; ahora, llega a River - Créditos: @Fernando Alves

Julio de 2016. A veces, lo que se planifica se transforma en realidad. No sólo tácticas y estrategias: también deseos. El plantel de River lo había conversado durante el almuerzo: si había un penal sobre el final y el partido estaba definido, el ejecutante iba a ser Gabriel Mercado. Así fue la mejor despedida para el lateral, que en las horas siguientes iba a ser transferido a Sevilla a cambio de unos 2.500.00 euros.

Cuando el arquero de Sportivo Rivadavia le cometió un penal a Iván Alonso, el uruguayo le dio la pelota a Mercado, que entre la conversión y el final del partido se le unieron un mundo de sensaciones. Aplausos, lágrimas, recuerdos. “Estoy muy contento por todo lo que viví acá, River me marcó mucho. Con jugadores que están y otros que se fueron vivimos cosas muy fuertes. Dejamos una huella que nadie nos va a quitar”, expresó el defensor, después de un cómodo 3-0 por la Copa Argentina.

Con la camiseta de River, Mercado (hoy, de 37 años, en Inter de Porto Alegre) disputó 144 partidos e hizo 11 goles (entre los más recordados, uno a Atlético Nacional de Medellín en la final de la Copa Sudamericana 2014 y otro a Guaraní por las semifinales de la Libertadores 2015). Su rendimiento en River le permitió llegar al seleccionado y hasta quitarle el puesto a Pablo Zabaleta.

Abril de 2022. Si un ítem caracteriza a Marcelo Gallardo como conductor, es la intensidad con la que vive cada partido. Esa voracidad por intentar ganar todo lo que River jugó y jugará a partir de ahora. Se trata del secreto de su éxito: nunca se conforma. En un 1-1 contra Atlético Tucumán, se lo vio inquieto. De principio a fin. Y sorprendió una reacción que tuvo con Marcelo Herrera, cuando el lateral derecho intentó capturar sin éxito un cambio de frente de Agustín Palavecino, muy comprometido. El DT le pegó un cachetazo en la espalda al defensor, mientras le gritaba, con el rostro desencajado: “Que no pique. ¡Que no pique! ¡Que no pique!”.

“¿Cómo le voy a dar un correctivo a Herrera? Si se lo hubiera querido dar, se lo hubiera dado bien. No fue un correctivo, fue una caricia en la espalda. Sabía que la pelota iba a picar y salir. La vi venir... la vi venir y sabía que iba a picar... Me la agarré con el pobre de Herrera, que es más bueno... La pasé mal, vivo mucho así. Pero desde afuera es muy fácil resolver las situaciones. Siempre desde afuera es fácil. Lo que están adentro son los jugadores”, fue su explicación.

De ayer a hoy, se trata del puesto invisible. El “agujero negro” de la era gloriosa de Marcelo Gallardo y que tuvo su continuidad con Martín Demichelis. El viejo y querido número 4, el lateral derecho . En una década, solo brillaron Mercado y Gonzalo Montiel, el que se convirtió en un símbolo en River, indispensable en varios partidos decisivos y el autor del penal más gritado de todos los tiempos, el que le dio a la Argentina el certificado de campeón del mundo en Qatar.

Gonzalo Montiel, un indispensable en la historia reciente de River
Gonzalo Montiel, un indispensable en la historia reciente de River - Créditos: @Pool

De 27 años, estuvo a punto de volver, con el desembarco del técnico que lo lanzó a la fama (y que le cambió el puesto, porque fue zaguero central en sus primeros años), pero seguiría su carrera en Italia. Dos excepciones de galera y bastón (con ellos, River logró lo más grande de los últimos diez años) y un mar de desatinos en un puesto en el que no hay argumentos en las divisiones menores. Todo un símbolo: el River Camp suele proveer de varias joyas, como cracks del estilo Diablito Echeverri o Franco Mastantuono y ni un solo lateral como el Tapón Gordillo, caudillo y gran campeón de la casa, si vale el recuerdo. Más allá de otros 4 que marcaron una era, como Fabián Basualdo o Hernán Díaz.

Fabricio Bustos, que iba a quedar libre en diciembre en Inter de Porto Alegre, se hizo la revisión médica este jueves, matizado en su sentimiento de niño, a cambio de unos US$ 4.500.000 (Inter llegó a pedir 7 millones). La cifra, a simple vista, parece un exceso para un puesto que suele encontrar soluciones dentro de la propia casa. Si se suma lo invertido por el club millonario en todos estos años por los candidatos al puesto, se llega a una inequívoca conclusión: es todo un derroche. ¡Unos 17.100.000 dólares!

Herrera no cumplió las expectativas en River
Herrera no cumplió las expectativas en River - Créditos: @LA NACION/Gonzalo Colini

Se puede empezar a contabilizar la historia con el uruguayo Camilo Mayada, a cambio de un millón y medio de dólares por el 55 por ciento del pase. Se trata del jugador que más rindió en el puesto... aunque naturalmente era número 8. El paraguayo Jorge Moreira se presentó por 2.500.000 y, luego de la explosión inicial (se fue a préstamo y regresó), nunca tuvo el beneplácito del Muñeco.

Alex Vigo, una apuesta que fue rápidamente desechada, por 2 millones de dólares por el 50% del pase (luego, se le compró un 15% más a Colón en 400.000 dólares). Andrés Herrera era un indispensable en San Lorenzo, tuvo oportunidades y falló en un gol xeneize en el último clásico con Boca (llegó a Núñez a cambio de 3,2 millones por el 70% del pase), Agustín Sant’Anna está lesionado, pero es parte de la lista: el uruguayo arribó por 3 millones de dólares.

El déficit en buena parte de la travesía con Gallardo se consolidó con Martín Demichelis, que prefería a Herrera, que utilizó poco a Sant’Anna, que probó al uruguayo Sebastián Boselli (llegó como central y fue utilizado como lateral), insistió con Santiago Simón (nunca cumplió en ese espacio del campo de juego) y hasta terminó jugando con Milton Casco, de 36 años, que actúa en los dos perfiles, pero su lugar en el mundo (al menos, en sus mejores años) está en la otra frontera.

Santiago Simón, a punto de hacer un lateral
Santiago Simón, a punto de hacer un lateral - Créditos: @Instagram

Micho llegó a decir en enero pasado: “Tengo cuatro jugadores que lo pueden hacer en esa posición. Partiendo de Andrés Herrera, sea Boselli, Milton Casco, Santiago Simón e... incluso Paulo Díaz”. Cinco alternativas, en realidad, interpretó el anterior conductor, que solía ser afectuoso en la consideración de Simón, un clásico número 8.

Un año atrás, contaba: “Sigue siendo una competencia el puesto de lateral por derecho, aunque es una competencia para todos. Santi Simón jugó en la Sub 23 de lateral derecho, tiene todas las condiciones para convertirse en un muy buen lateral por derecha. El otro día (en un 1-0 sobre Atlético Tucumán) cortó dos muy buenas jugadas. Hay que darle continuidad para que pueda crecer, no tengo dudas que se va a afianzar en el plantel, va a ser uno de los chicos que en algún momento va a triunfar acá y en el exterior”.

Gallardo hereda un problema mayúsculo, que se potenció, justamente, en su primer ciclo. Con la llegada de Bustos intentará solucionarlo a gran velocidad. Ya lo dijo el propio DT: “Nos subimos a un tren en movimiento”. Y la serie con Talleres por la Copa Libertadores está a la vuelta de la esquina.