La euforia de Demichelis: el elogio a Enzo Pérez, la comparación con Guardiola, los hinchas que lo insultaron, la fuerte arenga en el entretiempo y el caso Echeverri

Demichelis besa la medalla de campeón de la Supercopa Argentina
Demichelis besa la medalla de campeón de la Supercopa Argentina

Martín Demichelis vivió con intensidad la final que River le ganó a Estudiantes 2 a 1 con un gol de Rodrigo Aliendro en los últimos minutos del partido. Desde aquel primer momento tenso en el que pareció no ver que Enzo Pérez se acercaba a saludarlo (se dieron un frío apretón de manos) hasta el eufórico festejo del tanto que consagró al equipo que dirige y pasando por el reclamo de los hinchas, el cuerpo del DT millonario fue atravesado por un sinfín de emociones.

Sucedió algo curioso: muchos hinchas en la popular riverplatense comenzaron a reclamar desde antes de que comenzara el partido en Córdoba que el entrenador pusiese a los más jóvenes. El cántico fue un clásico que siempre suena en esas circunstancias: “Poné a los pibes, la puta que te parió...”, estrofas que también se escucharon durante el encuentro. Lejos de hacerse el distraído, Demichelis reconoció: “Se escuchó. Se escuchó desde mi casa”.

En lo que fue, acaso, el único momento de la conferencia de prensa en la que se lo notó incómodo, el técnico de River se refirió a la situación con Echeverri: “Quería ponerlo, pero quería esperar el momento del partido. Tiempo atrás decían ‘¿Por qué no juega?’. Contra Boca decían ‘¿Por qué lo saca?’. Contra Independiente Rivadavia quedó tirado en un momento. Lo saqué, pero le di más tiempo y siguió mostrando que estaba cansado y que no podía terminar el partido. Le di más tiempo también para que la gente también se diera cuenta de que en algún momento tenía que salir, porque no podía terminar físicamente bien el partido. No lo saqué por tirar la moneda. Tengo que escuchar menos –hoy se escuchaba fuerte–. Intento hacer lo mejor para el equipo. No pongo un nombre sobre otro; simplemente, a veces los cambios dan resultado y otras veces no”, concluyó Demichelis con un claro tono de fastidio.

El fervor con el que de Demichelis gritó el segundo gol, de cara a la platea, reflejó el estado de ánimo con el que vivió la final. “Ustedes hagan la interpretación que quieran, pero los goles son amores y se los grita. Y yo soy de River, ¿cómo no voy a gritar un gol? Voy a contar algo, porque puedo hablar con la autoridad de la derrota. Perdí las tres finales más importantes que puede perder un jugador: la del Mundial, la de la Champions y la de la Copa América. Entonces, en el entretiempo les dije a los chicos que las finales no vuelven, que el partido estaba para jugarlo y para ganarlo. Que entendieran que en ese primer tiempo no habían jugado bien. Entonces salieron y se pusieron a jugarla. Ahí están los frutos. Por eso lo grité muchísimo”, explicó el director técnico.

Además agregó al respecto: “También estaba mi familia, que se come todos los palazos. Me abstraje de las críticas. Pero si las hubiera escuchado, habría tenido que cambiar el 11 inicial cada día. Estaba convencido por dónde tenía que ir. El primer tiempo no lo jugamos bien, pero al segundo sí”.

Demichelis contó las sensaciones que tiene cuando su conjunto no rinde y también por qué no ofreció la habitual atención a la prensa el último sábado, tras el 1-1 contra Independiente en Avellaneda: “Entiendo que el hincha de River es exigente. Pero creo que la inmediatez en el futbol no existe. Guardiola tardó siete años en ganar la Champions pudiendo gastar lo que quisiera y llevar a cualquier jugador. Entonces no es tan fácil y tan sencillo”.

Y amplió: “En un país tan pasional en relación con el fútbol, en el que llenamos la cancha un miércoles a la noche con estos precios, los viajes, los temporales, créanme que el más preocupado, triste y embroncado cada vez que no jugamos bien un partido soy yo. Tengo que manejar las emociones porque hay que corregir. Después de no jugar bien contra Independiente, que nos superó ampliamente en el primer tiempo, no fui a la conferencia de prensa porque en mi cabeza ya estaba Estudiantes, y no había mucho que decir. Mi cabeza empezó en el final de ese partido a estar en Estudiantes; no había tiempo por perder. Cuando las cosas no salen levanto la mano. Ojalá hoy todos estén felices de verdad”.

Compacto de River 2 vs. Estudiantes 1

La variante de Aliendro por Colidio generó dudas, y el DT justificó la modificación. “Habíamos hecho cuatro cambios, y si íbamos al alargue íbamos a tener la posibilidad de hacer uno más. Por eso hice el quinto: para tener piernas frescas. Y además [Fernando] Zuqui estaba solo. Entonces resigné jugar con las puntas. Como Solari hizo el gol, quisimos sacar a Colidio, y entonces opté por Aliendro”, razonó.

No iba a faltar una pregunta sobre el saludo con Enzo Pérez, por supuesto. “No me sorprendió porque yo también lo respeté muchísimo a él. Doy un ejemplo. En el último partido lo puse por encima de todos, para que la gente lo aplaudiera y se retirara así. Me era totalmente indiferente si él venía a saludarme o no. Yo siempre analicé al jugador de fútbol y él se entrenaba fenomenalmente. Y por eso jugaba. De hecho –no creo en las casualidades–, sin Enzo en el campo hicimos los dos goles. Es un enorme jugador, a quien el primer día como entrenador llamé para pedirle que siguiera porque tenía mucho para darnos. Y nos lo dio”, contó el DT.

Sobre Enzo Pérez