La escena gay de Sochi, en declive antes de los JJOO de invierno

SOCHI, RUSIA (Reuters) - En el Mayak Cabaret, uno de los pocos clubes gays de la ciudad olímpica rusa de Sochi, el espectáculo nocturno comienza con un redoble de tambor antes de que un artista con una peluca morena haga un 'playback' de la canción "Diamonds Are a Girl's Best Friend". Pero cuando el espectáculo termina en uno de los últimos lugares de referencia en la una vez animada escena gay de Sochi, las luces se apagan para una audiencia compuesta sobre todo de parejas heterosexuales que acuden para ver algo nuevo. El ambiente gay de Sochi se ha reducido desde que Rusia ganó la candidatura para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014, y el declive ha continuado después, tras una ley del presidente Vladimir Putin este año que prohibía difundir "propaganda gay" entre los menores de edad. La nueva ley ha centrado la atención en Sochi, que atraerá a muchos extranjeros y rusos durante el evento. Algunos activistas gays cuestionan su legalidad y otros han pedido boicotear los juegos como protesta. Muchos miembros de la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (LGBT) de la ciudad han abandonado el país. Están preocupados de que la reputación de Sochi como una ciudad tolerante se degrade más. "Aquí no hay comunidad gay. Es un mito", dijo Roman Kochagov, copropietario de Mayak. "El número de gays ha caído con los años. Cada año hay menos y menos... Ahora casi han desaparecido", dijo, añadiendo que él mismo está estudiando salir del país. Dijo que una noche dada sólo un tercio de sus clientes son hombres gays, mucho menos que cuando abrió el local hace nueve años. La cada vez más conservadora agenda social de Putin en su tercer mandato como presidente ha impulsado el papel de la iglesia rusa Ortodoxa, cuyo líder ha sugerido que la homosexualidad es una de las mayores amenazas para el país, y ha dado más espacio al discurso contra la homosexualidad en los medios. Kochagov y su socio Andrei Tanichev abrieron Mayak en un edificio de una sola plata poco iluminado en un paseo con vistas al Mar Negro. Habían dirigido con éxito un hotel gay y querían probar con algo más ambicioso. En Mayak emplean a cantantes y bailarines - todos hombres - y Kochagov dice que consigue beneficios cada noche gracias a los adinerados de la ciudad que prefieren evitar los bares de los complejos turísticos. La ciudad tiene un marcado ambiente liberal para el estándar ruso. "Aquí a la gente no le importa con quién me acuesto. Paseo por la calle con mi novio, la gente puede saber que soy gay, pero no le presta atención", dijo Marcel Aflin, de 30 años, que trabajó en la ciudad del norte de Salejard para ganar dinero para disfrutar del sol y la playa de Sochi. Pero Sochi es mucho menos tolerante que muchas ciudades del oeste de Europa. Muchos miembros de la comunidad gay de Sochi se han marchado, atraídos por la escena gay de otras ciudades como Berlín o Barcelona. En los tiempos de la Unión Soviética, Sochi se ganó una reputación de tolerancia, después de convertirse en un gran destino de vacaciones en un momento en que las leyes soviéticas estipulaban que los maridos y esposas debían tomar vacaciones alejados de ellos y de sus hijos. La ciudad se convirtió en el lugar de muchos amores de verano entre gente casada y soltera. La homosexualidad, que fue delito en la Unión Soviética, se despenalizó en 1993. Para cuando cayó el régimen soviético, las playas de Sochi ya eran conocidas como un lugar en el que los hombres gays encontraban pareja. La ley rusa actual que prohíbe la "propaganda" gay da pocos detalles sobre lo que se prohíbe exactamente y los activistas gays temen que la proximidad a los niños se use como una prohibición de los derechos o incluso con castigos por las muestras de afecto. Darse la mano o besar a una persona del mismo sexo en público, dicen, podría ser suficiente para recibir una multa equivalente a unos 123 euros. /Por Thomas Grove/