Escándalo en Italia por actitudes fascistas y antisemitas de jóvenes militantes del partido de Meloni

Meoni habla con los medios tras la cumbre europea en Bruselas
Meoni habla con los medios tras la cumbre europea en Bruselas - Créditos: @LUDOVIC MARIN

ROMA.- Giorgia Meloni no sólo está furiosa porque en Bruselas la aislaron y la excluyeron de las tratativas para los “top jobs” de la Unión Europea (UE) pese a su triunfo en las elecciones para renovar el Parlamento europeo del 8 y 9 de junio pasado. Coincidió con este revés un escándalo que involucra a la juventud de su partido de derecha postfascista, Hermanos de Italia, que en una investigación periodística fue grabada entonando coros fascistas y nazis, así como frases racistas y antisemitas.

Justo en momentos en que Meloni, sobre todo después de su exitoso G7 en la Apulia, querría tener más peso en la UE, volvió a aflorar, así, ese pasado problemático y el gran estigma que la persigue, es decir, ese origen fascista al parecer aún vivo de su agrupación, la más votada de Italia.

Una investigación en dos partes realizada por una periodista del sitio Fanpage.it que logró infiltrarse en las actividades de la Juventud de Hermanos de Italia, sacó a la luz una realidad escalofriante de jóvenes que, en sus reuniones, no sólo exaltan al Duce, Benito Mussolini, con el saludo romano típicamente nazifascista, sino también, a Adolf Hitler, evocándolo con el “Heil Hitler”.

Sin saber que estaban siendo filmados por una cámara oculta, los militantes de Hermanos de Italia también utilizaron, entre risas, frases y chats antisemitas contra Ester Mieli, senadora judía de la misma agrupación, exvocera de la comunidad de Roma y nieta de una víctima del Holocausto. Criticaron, además, a Elly Schlein, la líder del Partido Democrático, el principal de la oposición de centroizquierda, que también es judía y que una voz deseó “ver empalada”.

Saludos fascistas de la Juventud de Hermanos de Italia
Saludos fascistas de la Juventud de Hermanos de Italia

La investigación de Fanpage enseguida provocó polémicas y una gran tormenta interna en la que, inevitablemente, rodaron cabezas. Flaminia Pace, presidenta de una sección romana de la Juventud Nacional, de 24 años, que en unas imágenes explica que “por hacerse voluntario cada chico puede cobrar del Estado 500 euros por mes, sin hacer nada, aunque se agradece una buena oferta de esa suma”; y otra referente, Elisa Segnini, que aparece diciendo que “nunca dejé de ser racista ni fascista” y que por eso no aguantaba ni “a los negros ni a los comunistas”, se vieron obligadas a renunciar.

La noche del jueves desde Bruselas, Meloni, ya irritada por haber quedado excluida de las decisiones acerca del reparto de los “top jobs” (los puestos más importantes de la UE) pese a que su grupo conservador pasó a ser el tercero del Parlamento, se refirió al asunto.

“Obviamente no podía estar al tanto y como dije muchas veces y reitero, pienso que quienes tienen sentimientos racistas, antisemitas o nostálgicos, se han equivocado de lugar”, dijo, al destacar que se trata de sentimientos “incompatibles con Hermanos de Italia, con la derecha italiana y con la línea política” que definieron en los últimos años. “Sobre esto yo no acepto que haya ambigüedades”, sentenció Meloni.

Tras asegurar que ya le había pedido a su partido que tomara medidas “en contra de estas personas que no entendieron evidentemente dónde están y cómo resultaban los mejores aliados de quienes no nos quieren”, Meloni no ocultó su indignación por cómo había sido realizada la investigación periodística que causó el terremoto interno.

“¿Por qué nadie en 75 años de República jamás pensó infiltrarse en un partido político y filmar en secreto las reuniones? ¿Hoy está permitido?”, se preguntó, al denunciar enseguida después que “infiltrarse en las reuniones de los partidos políticos es un método de régimen”.

Mientras otros referentes de Hermanos de Italia, en línea con Meloni, rechazaron las frases y actitudes racistas y antisemitas salidas a la luz, aunque, también, criticaron el método de la investigación con cámara oculta, la oposición de centroizquierda por supuesto aprovechó para salir al ataque.

“¿Es legítimo que un medio periodístico se infiltre en un partido? Sí, presidente Meloni: vaya a la sustancia de la investigación de Fanpage. ¿Cuándo toma medidas? ¿Cuándo se solidariza con la secretaria del PD, insultada y amenazada por jóvenes de Hermanos de Italia?”, comentó en X Sandro Ruotolo, diputado del PD en el Parlamento UE y responsable de comunicación del grupo.

El líder del partido Alianza Verdes Izquierda, Angelo Bonelli, fue más allá y le exigió a Meloni disolver a la Juventud Nacional de su partido, “porque es una organización empapada de antisemitismo y fascismo”. “Giorgia Meloni dice que las investigaciones independientes son cosas de régimen, pero para nosotros se llama democracia”, consideró, en tanto, Francesco Silvestri, jefe de bancada del Movimiento Cinco Estrellas.

El expremier Matteo Renzi, líder del centrista Italia Viva, finalmente, se mostró sorprendido por la reacción de la primera ministra. “El problema no son los periodistas que hacen scoops”, escribió, en X. “El problema -agregó- son los antisemitas racistas que alaban a Hitler y hacen política. El problema de Hermanos de Italia no son los periodistas que entran en los chats del partido, son los racistas que no son echados enseguida”.