Por qué los electores menos comprometidos son el mayor problema de Biden

Los votantes llenan sus boletas electorales en un centro comunitario el día de las elecciones en Albuquerque, Nuevo México, el 8 de noviembre de 2022. (Adria Malcolm/The New York Times)
Los votantes llenan sus boletas electorales en un centro comunitario el día de las elecciones en Albuquerque, Nuevo México, el 8 de noviembre de 2022. (Adria Malcolm/The New York Times)

Si se busca reconciliar la enorme participación de los demócratas en las elecciones de medio mandato con la debilidad del presidente Joe Biden en las encuestas actuales, es necesario considerar las actitudes políticas de dos grupos de encuestados por The New York Times/Siena College durante el último año.

Para empezar, consideremos a los 2775 participantes del Grupo A:

— Son relativamente mayores: un 31 por ciento tiene 65 años o más; el 9 por ciento es menor de 30 años.

— Tienen posturas políticas divididas: el 33 por ciento se identifica como republicano, en comparación con el 31 por ciento que se considera demócrata.

— Alrededor del 72 por ciento es blanco. Los participantes negros e hispanos representan un 9 por ciento cada uno.

— En términos generales, tienen estudios: un 41 por ciento cursó la universidad.

Ahora, veamos a los 1534 participantes del Grupo B:

— Son relativamente jóvenes: la edad del 26 por ciento oscila entre los 18 y los 29 años; el 17 por ciento tiene 65 años o más.

— Superan por poco a los republicanos: el 26 por ciento se identifica como demócrata en comparación con el 19 por ciento que dice ser republicano.

— El 54 por ciento son blancos; en comparación con el 13 por ciento que son negros y el 19 por ciento que son hispanos.

— Solo un 28 por ciento tiene estudios universitarios.

Es probable que Biden haya ganado el Grupo B por un cómodo margen en las elecciones presidenciales de 2020, ya sea basándose en extravagantes modelos estadísticos o en lo que nos dijeron los propios encuestados.

Pero en realidad es el Grupo B el que respalda al expresidente Donald Trump en las encuestas del Times/Siena del último año. Trump aventaja a Biden, un 41 por ciento contra un 39 por ciento, entre los encuestados del Grupo B, mientras que el Grupo A apoya a Biden, el 47 contra el 43 por ciento.

Bueno, ahora la revelación:

El “Grupo A” representa a quienes votaron en las elecciones de medio mandato de 2022.

El “Grupo B” son personas que no votaron en las elecciones de medio mandato de 2022.

¿Es un resultado sorprendente? Sí. Pero también nos ayuda a entender mucho de lo que está pasando en las encuestas de hoy.

Tal vez Biden sea débil entre los votantes jóvenes, negros e hispanos hoy, pero esa debilidad se concentra casi por completo entre los electores que no fueron a votar en noviembre pasado. Por ende, el precio de no votar para los demócratas fue poco o nulo en las elecciones de medio mandato, aun cuando las encuestas de todos los votantes registrados o adultos muestran que a Biden no le está yendo muy bien entre estos mismos grupos en comparación con Trump.

Estos votantes menos comprometidos podrían ser el mayor problema al que se enfrenta Biden en su intento de reelección, según sugieren los datos del Times/Siena. Si hay alguna buena noticia para Biden, es que su desafío se concentra entre los votantes que todavía se consideran demócratas, un grupo que, en teoría, debería estar abierto a volver a votar por el presidente.

En términos generales, quienes se identifican a sí mismos como demócratas y que no votaron en las elecciones de medio mandato respaldan a Biden por solo el 67 contra el 15 por ciento, en comparación con la ventaja del 93 contra el 3 por ciento entre quienes sí votaron en noviembre pasado. De igual modo, Biden apenas mantiene una ventaja de un 79 contra un 6 por ciento entre quienes votaron por él en 2020, pero no fueron a las urnas en las elecciones de medio mandato, en comparación con la ventaja del 91 contra el 3 entre quienes sí votaron en las últimas elecciones.

Los datos del Times/Siena no nos dan muchas pistas sobre si Biden mejorará su posición entre esos grupos que al parecer lo favorecen. Una posibilidad es que estos votantes no estén muy interesados en la política, pero apoyarán a Biden una vez que arranque la campaña. La otra posibilidad es que estos votantes no estén interesados precisamente porque no están contentos con Biden. Si es así, le resultará difícil recuperarlos o conseguir que voten.

Sin importar cuál sea la explicación, los electores que no acuden a las urnas y que están presentes en casi todos los grupos demográficos representan un gran desafío para el actual presidente. Como se señaló en un boletín previo, es poco probable que los votantes negros e hispanos que no participaron en las elecciones de medio mandato respalden a Trump (aunque no en su mayoría). Del mismo modo, Biden tiene una ventaja de un 51 contra el 33 por ciento entre los votantes jóvenes que acudieron a las urnas en las elecciones de noviembre del año pasado, pero solo de un 43 contra un 36 por ciento entre los que no lo hicieron.

Sorprendentemente, el patrón se extiende incluso a quienes tienen estudios universitarios. Biden solo tiene una ventaja de 11 puntos entre los universitarios que no acudieron a las elecciones de medio mandato, frente a los 19 puntos de ventaja de los que sí lo hicieron. Los demócratas con estudios universitarios que no acudieron a votar en las elecciones de medio mandato apoyan a Biden por solo un 70 contra un 9 por ciento, mientras que los demócratas con estudios universitarios que acudieron a las elecciones de medio mandato lo apoyan por un 98 contra un 0 por ciento.

Por su parte, Trump no se enfrenta a ningún desafío entre los republicanos que se quedaron en casa el pasado noviembre. Tiene una ventaja del 90 contra el 3 por ciento entre quienes votaron por él en 2020 y se quedaron en casa en 2022, casi la misma que entre los que acudieron a las urnas (de un 90 contra un 2 por ciento). Del mismo modo, los republicanos que no votaron en las elecciones de medio mandato apoyan a Trump por un 88 contra un 7 por ciento.

Vale la pena detenerse en las curiosas implicaciones de todos estos resultados. Según los datos del Times/Siena, es probable que el electorado general de 2020 haya sido más demócrata y apoyado más a Biden en 2020 que el electorado de las elecciones de medio mandato de 2022, ya que una proporción ligeramente mayor de demócratas y votantes de Biden en 2020 no fue a las elecciones de medio mandato en comparación con los electores republicanos o quienes votaron por Trump en 2020.

Teniendo eso en cuenta, cabría suponer que unas elecciones con mayor participación en 2024 ayudarían a Biden y a los demócratas, atrayendo de nuevo a las urnas a los votantes ausentes. Sin embargo, según los mismos datos, los mismos encuestados, unas elecciones con mayor participación no ayudarían a Biden hoy, aunque atrajeran a las urnas a más votantes de Biden en 2020 y a más demócratas. Ello se debe a que son mucho más los votantes de Biden en 2020 y de tendencia demócrata los que ya no están a favor del presidente, en comparación con los partidarios de Trump que han desertado.

Sé que todo esto es algo desconcertante. Va en contra de cómo suelen funcionar las cosas en la política estadounidense. Pero si se da un paso atrás y se consideran nuestros boletines recientes (sobre el Colegio Electoral, los votantes no blancos y la participación), en realidad hay una conclusión clara. La marcada debilidad de Biden entre los votantes menos comprometidos está, al menos momentáneamente, alterando los patrones habituales. Debilitó o incluso invirtió, al menos temporalmente, la típica ventaja demócrata derivada de una mayor participación. Está perjudicando a Biden en las encuestas nacionales de votantes registrados y de todos los adultos, ya que los votantes jóvenes y no blancos con baja participación representan una proporción mucho mayor de los votantes con derecho a voto que el electorado real. También redujo la ventaja relativa de Trump en el Colegio Electoral, ya que Biden está sufriendo menos pérdidas en los campos de batalla relativamente blancos.

Es muy posible o incluso probable que estos patrones vuelvan a la normalidad durante el próximo año. De ser así, las cifras de Biden entre los votantes jóvenes y no blancos aumentarían poco a poco. Su posición en las encuestas nacionales también mejoraría del mismo modo, aunque sería más difícil conseguir la victoria en los estados relativamente blancos.

Pero si no fuera así, las encuestas de hoy augurarían una participación relativamente débil entre los demócratas jóvenes, negros e hispanos. Esto le costaría a Biden gran parte o toda la ventaja demócrata habitual en el voto nacional. Y podría costarle los estados más disputados y, por tanto, la reelección.

c.2023 The New York Times Company