NUEVA YORK.- La vicepresidenta norteamericana y candidata demócrata a la presidencia, Kamala Harris, eligió como compañero de fórmula a Tim Walz, gobernador de Minnesota, subiendo al podio a un exentrenador de fútbol americano con raíces en el sector rural que en los últimos tiempos empezó a asomar en el mapa político por sus políticas progresistas y sus sonoras descalificaciones hacia expresidente Donald Trump.

Walz tiene 60 años y no surge de la lista de candidatos cuyo nombre es más conocido por la opinión pública o que provienen de estados que aportan mayor ventaja política: Minnesota no es un estado demasiado oscilante en las presidenciales -suele votar por los demócratas- y difícilmente resulte crucial para una eventual victoria Harris-Walz. La fórmula demócrata hizo esta noche su primera aparición, en un evento de campaña en Filadelfia.

Harris tuvo una conversación telefónica el martes por la mañana con Walz, con un rápido saludo, seguido de una pregunta muy esperada. “Escucha, quiero que hagas esto conmigo. Hagámoslo juntos”, le dijo la vicepresidenta, según un video de la llamada publicado en X. “¿Quieres ser mi compañero de fórmula? ¿Y ponemos esto en marcha?”, añadió. Walz contestó que sería un honor.

El gobernador de Minnesota saltó al primer lugar de la lista de Harris en cuestión de días, aupado por sus declaraciones en cables de noticias donde dijo que los republicanos eran “raros”. Esa novedosa y clara articulación de por qué los votantes no deberían votar por Trump prendió de inmediato en la opinión pública, que de inmediato apuntó los reflectores hacia ese hombre del Medio Oeste que hablaba sin pelos en la lengua.

“Una de las cosas que me impresiona de Tim es su profunda convicción en la lucha por los hogares de clase media”, dijo Harris en las redes sociales al confirmar la postulación. “Para Tim, es algo personal”.

Walz estará junto a Harris en el acto de campaña de hoy martes en Filadelfia, la primera aparición de la fórmula completa de los demócratas.

En parte, Walz logró saltar sobre candidatos más conocidos porque Harris lo ve como la figura de un hombre común de Minnesota, cuya onda de padre de familia del Medio Oeste funciona como equilibrio del origen californiano de la actual vicepresidenta, según comentan personas cercanas al pensamiento de Harris.

También se pensó en Walz porque su estilo frontal puede funcionar bien en un debate contra el senador JD Vance de Ohio, a quién Trump eligió el mes pasado para acompañarlo en la boleta republicana. Tras dos semanas de exhaustivo análisis y deliberaciones, Harris sintió que conectaba mejor con Walz que con el resto de sus opciones.

En ese proceso de selección, Harris enfatizó una y otra vez que el criterio más importante para la elección de su compañero era la lealtad, lo que sugiere que Walz la convenció de que no solo la ayudaría a ganar, sino también a gobernar.

En su publicación en las redes sociales, Harris destacó la trayectoria de Walz como miembro de la Guardia Nacional y su experiencia como profesor de secundaria, entrenador de fútbol americano y asesor de la Alianza Gay-Heterosexual. También destacó sus esfuerzos como gobernador para trabajar en conjunto con los republicanos en medidas apoyadas por ambos partidos sin olvidar darle impulso a la agenda progresista.

Este es el segundo mandato de Walz como gobernador y antes pasó 12 años en el Congreso, donde era un demócrata del Medio Oeste que inusualmente representaba a un distrito mayormente rural.

Orígenes y carrera

Walz nació y creció en la zona rural de Nebraska y de joven se mudó a Mankato, Minnesota, donde enseñó ciencias sociales en la escuela secundaria y entrenó al equipo de fútbol americano que ganó un campeonato estatal. Sirvió en la Guardia Nacional del Ejército durante 24 años, de donde se retiró en 2005 cuando lanzó su primera candidatura a un cargo público.

Si bien su formación parece hecha a medida de los votantes moderados, sus políticas como gobernador han sido firmemente progresistas, reflejo de lo que sus aliados llaman “populismo de las praderas.” Walz le puso su firma y convirtió en ley toda una lista de deseos demócratas: ley sobre marihuana, licencia familiar paga, derecho al aborto y control de armas, algo que Harris destacó en el anuncio de su elección. Los republicanos lo llaman un “zurdo en ropa de pajuerano”.

“Con el gobernador Walz, los demócratas tendrán la agenda política completa de la izquierda, de parte de alguien que en general parece que acaba de bajarse de su escondite para cazar venados”, disparó Tim Pawlenty, el último republicano que ocupó el cargo de gobernador de Minnesota.

Los republicanos vienen señalando que planean apuntar contra Walz específicamente por la violencia y los disturbios que se desarrollaron en Minneapolis después del asesinato de George Floyd en 2020.

“Harris-Walz: la fórmula más zurda de la historia de Estados Unidos”, publicó el martes por la mañana el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en sus redes sociales. “Walz se cruzó de brazos y dejó que Minneapolis ardiera en llamas”.

Pero parte de lo que atrajo a Harris de Walz es esa compleja identidad política del gobernador. Al fin y al cabo, Harris surgió de la política progresista de San Francisco, así que en la búsqueda de un compañero de fórmula priorizó un equilibrio ideológico que podría ayudarla a ganarse a los indecisos. Todos los finalistas de la lista de Harris para el puesto, incluido Walz, eran hombres blancos que tenía algún historial de victorias en zonas republicanas.

Esa lista incluía al gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, más conocido y con más formación, y que además proviene de un crucial estado en disputa. El exastronauta y senador por Arizona, Mark Kelly, también llegó a la lista final gracias a su impresionante currículum y su profundo conocimiento de los problemas fronterizos en su crucial estado oscilante, y que podría haber resultado útil para amortiguar algunos ataques republicanos.

Pero Walz, con su mensaje simple y convincente sobre Trump y el Partido Republicano mientras los demócratas seguían digiriendo la salida del presidente Joe Biden y el ascenso de Harris, en apenas dos semanas pasó de ser un gobernador poco conocido a alguien que en enero podría ser el segundo en línea para la presidencia.

A través de una publicación en las redes sociales tras el anuncio de la elección de Walz, el gobernador Shapiro confirmó su presencia en el acto de Filadelfia de hoy martes por la noche para mostrar su apoyo a la fórmula, y prometió trabajar “para encolumnar a los habitantes de Pensilvania detrás de mis amigos Kamala Harris y Tim Walz y así derrotar a Donald Trump.”

La historia del origen político de Walz parece sacada del guion de una película de Hollywood. En agosto de 2004, acompañó a algunos de sus estudiantes de secundaria de Mankato a un acto de campaña del presidente George W. Bush. Según Walz, el grupo fue rechazado en la entrada porque uno de los estudiantes tenía en su billetera una calcomanía del adversario de Bush en aquella elección, John Kerry, el senador demócrata de Massachusetts.

Walz se puso tan furioso que al día siguiente fue a presentarse como voluntario para la campaña de Kerry. A finales de año, Kerry había perdido, pero Walz ya estaba decidido a meterse en la política y presentarse como candidato.

En 2006, y con una campaña armada básicamente por sus antiguos alumnos de escuela, Walz obtuvo una victoria inesperada por un escaño rural en el Congreso que estaba en manos de los republicanos desde hacía 12 años. Cumplió seis mandatos en el Congreso hasta 2018, cuando ganó su primera elección para la gobernación. Desde entonces, su escaño en la Cámara de Representantes lo ha vuelto a ocupar un republicano.

Reid J. Epstein, Katie Rogers, Erica L. Green y Shane Goldmacher

Traducción de Jaime Arrambide