Eduardo Fentanes, el DT de Santos Laguna que nunca quiso jugar futbol y eligió el camino difícil
Eduardo Fentanes tomó la decisión clave de su vida cuando iba en la preparatoria. No lo aceptaban para jugar en el equipo del Instituto Juventud del Estado de México. Pero a esa oncena, con la nómina de jugadores repleta, le faltaba algo más: un entrenador. Fentanes tuvo una revelación inmediata. Era su momento. Quizá no haya etapa de la vida en la que una persona experimente tantas dudas e incertidumbres, pero Fentanes, con 17 años, se aferró a su ideal. Quería ser director técnico, aunque no tuviera idea de dónde estudiar.
Era 1995 y su orientadora vocacional le dijo que si escogía esa carrera iba a arruinar su vida. El actual entrenador de Santos Laguna contempló otras opciones: Psicología, en la que cursó dos semestres, y Comunicación, que le permitiría estar cerca del futbol pero sin ser parte activa. Al final, nada pudo contra su corazonada. Fentanes entró a la Escuela Nacional de Directores Técnicos, que era prácticamente desconocida para todos. Solo una generación había pasado por las aulas y, en realidad, esos estudiantes inaugurales dejaron truncos los primeros semestres de la carrera por conflictos administrativos.
No importaba semejante colección de malos augurios. Algo había en Fentanes que era lo suficientemente fuerte como para ignorar las espinas en el camino. En dos años, Fentanes acabó la carrera y se convirtió en el estudiante más joven de México en graduarse como director técnico (19 años). En su generación lo acompañaron algunos personajes célebres: José Luis Chelís Sánchez, que más tarde lo llevaría consigo a Puebla (él tampoco fue jugador); y Luis Flores, ídolo en pantalones cortos que quería incursionar en el banquillo. Justamente Flores le dio su primera oportunidad a Fentanes en el futbol profesional: lo escogió como colaborador en el Veracruz.
El aprendizaje ha sido la constante inmutable en la vida profesional de Fentanes. Con 25 años, Ricardo Antonio La Volpe, seleccionador nacional de 2002 a 2006, lo incluyó en su cuerpo técnico. Su currículo se engrosó también con un curso en Entrenamiento Deportivo impartido por la UNED de Madrid. Más tarde, Sven-Göran Eriksson lo volvió a requerir para su breve paso por el Tri entre 2008 y 2009. Su ruta encontró un sinfín de paraderos: Morelia, Tijuana, Puebla, Tecos, Atlante y Chivas. Pasó mucho tiempo para que una oportunidad como DT principal le llegara. Sucedió finalmente en 2013, cuando el San Luis lo eligió como director técnico del Primer Equipo. La aventura duró diez partidos. Los resultados no llegaron y Fentanes vio esfumarse su sueño.
No bajó los brazos. Ya no quería ser segundo de nadie. Tuvo tres aventuras en el inframundo de la Liga de Ascenso entre 2014 y 2018: Dorados, Atlante y Tampico. Con los Potros llegó a dos finales en 2015 y 2016. Aunque revivió la ilusión azulgrana de volver a Primera, perdió en ambos casos. Para 2019 comenzó una nueva faceta como responsable de la Fuerzas Básica de Santos Laguna, la cantera más prominente de los últimos años.
La desilusión santista por la partida de Guillermo Almada, que dejó un frío subcampeonato ante Cruz Azul, y el fracaso de Pedro Caixinha en su retorno fueron el caldo de cultivo para que la primera oportunidad verdadera llegara para Fentanes. En su primer torneo, no pudo arreglar la mala inercia inicial heredada de Caixinha, aunque la mejoría en Los Guerreros fue notoria. Pero en el segundo, que planificó desde el principio, ha entregado unas cuentas impecables: tercer lugar general, calificados directo a Liguilla, y son la mejor ofensiva del torneo (junto al América) con 38 goles a favor. Todo con un plantel desmantelado que no despertaba ilusiones. Santos vive un momento dulce, pero no bastará con lo conseguido hasta ahora. Fentanes lo sabe y quiere dejar su huella en Torreón. Espero mucho tiempo para esto.
El fenómeno de los entrenadores que no jugaron al futbol es cada vez más común en Europa y en Sudamérica. Si a finales del siglo pasado todavía se veía con extrañeza a Arrigo Sacchi, multicampeón con el mejor Milan que se haya visto, hoy la norma indica que la especialización comienza desde etapas muy tempranas. Julen Nagelsman, hoy en el Bayern Múnich, lidera una tendencia que se extiende con firmeza. Sudamérica también ha echado mano de directores técnicos sin pasado en cancha. (justamente Nicolás Larcamón, entrenador argentino del Puebla, proviene de una formación enteramente académica).
En México, sin embargo, sigue pesando demasiado el currículum de los exfutbolistas convertidos en técnicos y de aquellos estrategas experimentados que, sin ofrecer actualización ni resultados frescos, encuentran trabajo cíclicamente en diferentes equipos. Fentanes es, hoy en día, el único director técnico mexicano que no tuvo carrera profesional como jugador.