Diplomacia de altos vuelos en casa de Mambrú

Woodstock (R.Unido), 18 jul (EFE).- El Palacio de Blenheim, que acoge la reunión de la Comunidad Política Europea, es muy conocido en el Reino Unido por ser la cuna del gran estadista Winston Churchill, pero no tanto por ser el lugar donde reposan los restos del primer duque de Marlborough, rebautizado como Mambrú en la canción infantil.

La residencia, de suntuosos jardines y desmesurada arquitectura barroca, concentra toda una sucesión de eventos históricos tras sus muros. No en vano, presume de ser el único palacio en el Reino Unido que no pertenece ni a la realeza ni a la Iglesia.

Su construcción data de comienzos del siglo XVIII, cuando la reina Ana recompensó a John Churchill, primer duque de Marlborough, con la finca real de Woodstock como premio por su victoria en la batalla de Blenheim (1704) al frente de las tropas británicas en la Guerra de Sucesión Española.

El Ejército francés, que defendía los intereses de la casa de los Borbones, creyó muerto al duque tras la batalla de Malplaquet y popularizó la conocida tonadilla bajo el nombre de 'Marlborough s'en va t'en guerre'.

Los españoles no tardaron en adaptar la canción para burlarse del eterno enemigo inglés, retorciendo el título del duque para convertirlo en un 'Mambrú se fue a la guerra' mucho más digerible al paladar hispano.

'Mambrú' murió en 1722 y fue sepultado en la capilla del palacio, la misma donde reposan desde entonces todos sus sucesores, con excepción del décimo duque.

Hogar de Churchill y de espías

Ubicado en la comarca de Oxford, al noroeste de Londres, el palacio tardó 28 años en acabar de ser construido, incluido un parón de cuatro años por falta de financiación por parte de la casa real.

Su estilo, un poco frecuente Barroco inglés, ha sido aprovechado para rodar multitud de series y películas, alguna tan reciente como el 'Napoleón' de Ridley Scott.

Pero si a algo debe su reputación entre la ciudadanía británica es que allí nació, el 30 de noviembre de 1874, uno de los líderes más respetados en la historia del Reino Unido, Winston Churchill.

Pese a no haber sido directamente duque de Marlborough (lo era su primo), visitaba con frecuencia el lugar, que usó como escenario para declararse, en 1908, a su esposa Clementine.

Pocos meses después de convertirse en primer ministro, Churchill requisó la finca en septiembre de 1940 para instalar en ella la base de los servicios secretos británicos, el MI5, durante la II Guerra Mundial.

Se instalaron en el patio cobertizos de acero para uso militar, y una de sus lagunas fue incluso utilizada para probar el desempeño de un vehículo anfibio que sería utilizado en el Desembarco de Normandía contra los nazis.

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1987, Blenheim es, desde que abrió sus puertas al público en 1950, un popular sitio de turismo entre los británicos.

Y sus jardines albergan un huerto del que saldrán el 80 % de las frutas y verduras que se servirán a los 450 delegados que asistirán a la cumbre de este jueves, entre ellas las reputadas fresas de la comarca de Oxford que se degustarán, como mandan los cánones, con la pertinente nata.

Enrique Rubio

(c) Agencia EFE