La 'dinamita' explota en Bélgica

Leipzig (Alemania), 27 jun (EFE).- Erráticos, alejados de su mejor nivel y con una propuesta irregular, Bélgica ha cansado a sus aficionados, que desde hace una década, desde la irrupción de la 'Generación Dorada', sueñan con un título que se hace esperar y que ha terminado con su paciencia: exigen excelencia, no victorias a los puntos, y ya silban a sus jugadores, sorprendidos y decepcionados por la actitud de sus hinchas.

Nadie esperaba entre los hombres de Domenico Tedesco que, después de firmar la clasificación para los octavos de final, su público despidiera a todos sus hombres con una sonora pitada. El empate sin goles frente a Ucrania, en otro duelo mediocre de Bélgica, sacó de quicio a una hinchada cansada de las expectativas que genera su selección y que luego se quedan en nada. La imagen, para algunos, fue desconcertante.

Una vez finalizado el encuentro, un grupo de jugadores de Bélgica se acercó a la grada donde estaban sus aficionados para saludar y fueron respondidos con abucheos y silbidos; Kevin De Bruyne reaccionó con una orden contundente dirigida a todos sus compañeros: todos al vestuario. Cumplieron encantados e indignados por la actitud de una hinchada que no entendieron ni compartieron.

Uno a uno, fueron desfilando ante la prensa para narrar su incredulidad ante esa reacción. El primero, su entrenador, Domenico Tedesco: "Estoy sorprendido. Lo único que importaba era la clasificación. Perdimos el primer partido, por lo que las condiciones no fueron fáciles. Después de nuestra victoria contra Rumanía (2-0) todos estaban contentos. Mis jugadores no entienden que ahora nos piten. Ucrania fue un rival difícil e hicimos todo lo que pudimos para marcar", dijo.

De Bruyne, Tedesco, Carrasco y Vertonghen, contra la reacción de su afición

De Bruyne, quien dio la orden para negar el saludo a sus aficionados, también se mostró contrariado por la actitud de éstos: "Y si salimos a por todas y perdemos... ¿Entonces qué pasa?", se preguntó. Para el capitán de Bélgica, sin duda el mejor de su equipo y de los pocos que ha completado una excepcional fase de grupos, despejó cualquier duda sobre el compromiso de un grupo que quiere ganar y dar una alegría a su país. Después, pidió ayuda a su hinchada. "Todavía necesitamos a nuestros aficionados", añadió.

Su compañero y otro de los veteranos, Jan Vertonghen, se mostró en la misma línea: "Me acerqué de los primeros (a la grada) porque estaba contento con la clasificación. Hay decepción por no ganar, sí. Pero que me piten después de haberme clasificado, es la primera vez que me pasa", resaltó. Yannick Carrasco, fue un poco más duro: "No entendemos esa reacción. Es decepcionante. Nos fuimos a los vestuarios porque no creemos que sea normal que nos piten. No se puede olvidar de dónde viene Bélgica. Ahora estamos en todos los torneos".

El ex jugador del Atlético de Madrid dio en la diana. Hasta la irrupción de la 'Generación Dorada', de la que aún sobreviven De Bruyne, Lukaku y Vertonghen como máximos exponentes, Bélgica siempre ha estado en las grandes competiciones. Incluso rozó la gloria con un tercer puesto en el Mundial de Rusia 2018 y devolvió la ilusión a una afición que no pudo disfrutar de las Copas del Mundo de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 y de las Eurocopas de Portugal 2004, Austria y Suiza 2008 y Polonia y Ucrania 2012. Bélgica acumuló cinco grandes torneos de decepciones continúas.

Por eso, no entienden la falta de tacto de sus aficionados. Tampoco Munier, que, lesionado, vio desde la grada una reacción que para él también fue un error: "No es que no entendamos a la afición, pero sentimos que fue desproporcionado. No tiene sentido crear tensiones", afirmó en rueda de prensa menos de 24 horas después del incidente.

Ahora, Bélgica se enfrentará en octavos a un hueso duro de roer, Francia. El combinado de Didier Deschamps también está en horas bajas. Su fase de grupos ha sido igual o peor que la de Bélgica. Pero, de momento, sus aficionados no silban a su equipo. Y es que, alrededor de la selección dirigida por Domenico Tedesco ha explotado la 'dinamita'. Y no es la 'Dinamita Roja', como es conocida Bélgica, es la de unos aficionados desesperados por ganar con buena imagen ante la reacción de incomprensión total de unos jugadores molestos con sus hinchas.

Juan José Lahuerta

(c) Agencia EFE