Difunden una antigua columna de Pedro Brieger donde reflexionaba sobre la mujer: “Aprendí a respetar un ‘no’”

Pedro Brieger
Pedro Brieger - Créditos: @Redes

Luego de que el grupo Periodistas Argentinas denunciara este martes desde el Senado a Pedro Brieger por 19 episodios de acoso sexual contra colegas que trabajaron con él y alumnas de distintas instituciones, la exdiputada y senadora por la provincia de Córdoba Norma Morandini difundió en la red social X -antes Twitter- una columna que el acusado escribió en los años 90′ para la revista “Mujeres & Compañía”. En ella, Brieger se definía como un “bicho raro”, alegaba haber “tocado traseros en los colectivos” durante su adolescencia y afirmaba: “Lucho contra ese instinto animal que ve a la mujer como un simple objeto sexual”.

“En los años noventa fundamos con María Eugenia Estenssoro la revista ‘Mujeres & Compañía’, que pretendía conservar la estética de las revistas femeninas con los temas y contenidos de lo que era entonces una novedad. En una de las secciones, ‘Cómo nos ven’, invitamos a un hombre a escribir una columna sobre su mirada hacia las mujeres. Nuestra sorpresa fue descubrir hoy que Pedro Brieger escribió una de esas columnas. Una confesión anticipada”, reveló Morandini en un hilo.

Al reconocerse un ‘bicho raro’ narra que cuando era adolescente ‘tocaba traseros en los colectivos de Buenos Aires’ y que descubrió el feminismo cuando viajó a Israel. La conclusión parece una confesión: ‘Las argentinas depositan su alma en el físico. No conozco a ninguna que esté satisfecha con su cuerpo. Lucho contra ese ‘instinto animal’ que ve a las mujeres como un simple objeto sexual’, relata la exdirectora del Observatorio de Derechos Humanos. Y cierra con una reflexión: “Al final, siempre la culpa es de la mujer. Por no tener alma y ser sólo un ‘objeto sexual’.

Mujeres & Compañía fue fundada en 1995 por María Eugenia Estenssoro, exlegisladora porteña y entonces colaboradora de The Wall Street Journal y Time, y Norma Morandini, que se desempeñó como corresponsal extranjera de Cambio 16 y es autora de varios libros, entre otros, “El harén”.

Norma Morandini
Norma Morandini

La revista salió a los kioscos a partir del 5 de julio de aquel año y tuvo una tirada de 15.000 ejemplares. “Está dirigida a la mujer ciudadana, emprendedora en lo económico, en lo social y solidario, que a su vez es curiosa, se capacita y desarrolla condiciones de liderazgo”, destacaban desde la publicación.

Algunos fragmentos de la columna de Pedro Brieger en Mujeres & Compañía

  • Las argentinas depositan su alma en el físico. No conozco una que esté satisfecha con su cuerpo. Lucho contra ese ‘instinto animal’ que ve a la mujer como una simple objeto sexual

  • Mi mirada hacia las mujeres está desgarrada por las contradicciones. En realidad, estoy convencido de que las miradas son producto del entorno, de la gente que nos rodea -en la Argentina- del bombardeo permanente de los medios, que presentan a las mujeres como prostitutas al alcance de la mano.

  • A los 18 años cambié de país. En Israel crecí en un ambiente donde el feminismo era tema de discusión obligado para hombres y mujeres. Para un adolescente recién llegado a la Argentina y que solía tocar traseros en los colectivos, esto fue una verdadera revolución. Entre mis recuerdos más vivos estarán siempre las noches en vela discutiendo sobre el amor y las palabras que debían cambiar en el lenguaje para erradicar la terminología machista.

  • En las reuniones sociales o políticas que frecuentaba, casi nadie se atrevía a contar chistes “sexistas”, degradantes sobre las mujeres, de la misma manera que nadie hacía bromas sobre homosexuales árabes. ¿Autocensura o autorrepresión? Tal vez. En primer lugar, era un intento por establecer un nuevo vínculo entre hombres y mujeres.

  • Entre otras cosas entendí que la atracción física no depende de un par de buenas “gomas” ni que éstas son una llave mágica que abre todas las puertas. Con esas mujeres aprendí las pautas de seducción. Aprendí, casi de manera obsesiva, a interpretar los gustos de las mujeres, a respetar un “no” sin que éste se convierta en un “tal vez” que finalmente le deje paso al “sí”. Aprendí que el deseo y el placer deben ser compartidos hasta el más pequeño detalle.