Defensores de un nipón condenado a muerte esperan su absolución tras la repetición del juicio

Tokio, 3 jul (EFE).- El abogado y la hermana de Iwao Hakamada, el boxeador japonés condenado a muerte como responsable del asesinato de cuatro miembros de una familia en 1966, esperan que el veredicto de la repetición del juicio, en marcha desde octubre, sea absolutorio, pues insisten en la falsedad de las pruebas incriminatorias.

Hideyo Ogawa (abogado defensor) y Hideko Hakamada (hermana de Iwao) comparecieron este martes en el Club de Corresponsales Extranjeros de Japón, en plena repetición del juicio contra Iwao, aceptada en 2014, pero que no comenzó hasta el 27 de octubre de 2023 en el Tribunal de Distrito de Shizuoka, al suroeste de Tokio.

"Por fin, después de 58 años, hemos podido conseguir la repetición del juicio", expresó conmocionada Hideko, que considera, de la misma forma que Ogawa, que la fiscalía "no es capaz de reconocer que falló" y defiende la inocencia de su hermano.

Iwao Hakamada, de 88 años ahora y 30 en el tiempo en el que ocurrieron los hechos, fue acusado de matar por apuñalamiento al dueño de la fábrica de miso (soja fermentada) en la que trabajaba, así como a su mujer y a sus dos hijos, y de quemar la vivienda donde se encontraban en 1966.

Dos años más tarde, en 1968, fue condenado a muerte, aunque la pena no fue confirmada hasta 1980.

Todo ese tiempo y el restante hasta ser aceptada la repetición del juicio -un proceso poco habitual en el país asiático, pero aceptado ante "una posibilidad extremadamente alta de que la fiscalía fabricara las pruebas"-, Iwao permaneció en prisión, lo que lo convierte en la persona que más tiempo ha pasado en el corredor de la muerte, un total de 47 años, la mayoría en régimen de aislamiento.

Los años entre rejas dejaron graves secuelas a Hakamada y su condición mental, así como su debilidad física, fueron consideradas impeditivas para ofrecer un testimonio creíble, por lo que no ha sido necesaria su comparecencia en las vistas que llevan celebrándose desde octubre.

La principal evidencia por la que se condenó a Iwao a la pena capital, y en la que sigue centrándose la acusación, que no habría aportado nuevas evidencias en la repetición del juicio, fueron cinco prendas de ropa manchadas de sangre encontradas un año y dos meses después de los hechos en un tanque de miso.

Sin embargo, la fiabilidad de dicha prueba es dudosa, pues "la evidencia científica es que las manchas se habrían vuelto marrones si las prendas hubieran estado flotando en miso durante tanto tiempo", dijo este martes Ogawa, esperanzado, como Hideko, de 90 años, con que el nuevo veredicto, que se conocerá el 26 de septiembre de 2024, sea exoneratorio.

El abogado explicó que el tipo de sangre con el que está manchada la ropa es en su mayoría de tipo A, coincidiendo con el del dueño de la fábrica, aunque cada miembro de la familia tenía un grupo sanguíneo distinto, y que la fiscalía habría argumentado el hecho alegando que el hombre, profesional del judo y el barón de la familia, sería quien habría opuesto mayor resistencia.

Sin embargo, las heridas de las víctimas están "concentradas", lo que indicaría "que estaban en una posición en la que no se podían mover" y "que no hubo oposición", apuntó Ogawa.

También pesaron en la condena de Iwao confesiones de los hechos por su parte grabadas en audio, que la policía habría obtenido "de manera terrible, usando coacción".

"Que sigan (los fiscales) persiguiendo aplicar la pena de muerte significa que son incapaces de pedir perdón por haber cometido errores", lamentó el abogado del Iwao.

(c) Agencia EFE