La decisión más difícil del 'Cholo' Simeone es qué hacer ahora

El 'Cholo Simeone' vive su momento más complicado al frente del Atlético de Madrid desde que llegase en la Navidad de 2011. Hace ya mucho tiempo de la línea de cuatro atrás que formaron en su día los Juanfran, Godín, Miranda y Filipe Luis y que terminó convirtiéndose en una de las mejores defensas de Europa. Algo que parecía imposible cuando los rojiblancos ante el Albacete en la Copa del Rey en la víspera de la Navidad de 2011, propiciando el adiós de Gregorio Manzano y la llegada de argentino al banquillo colchonero. A día de hoy, casi 11 años después, la sensación de agotamiento y final de ciclo de Simeone es la que impera en todo el entorno rojiblanco. Su mensaje no llega al vestuario como antes.

Diego Simeone da instrucciones durante el Oporto-Atlético de Madrid en Do Dragao. Imagen: Diogo Cardoso/DeFodi Images via Getty Images.
Diego Simeone da instrucciones durante el Oporto-Atlético de Madrid en Do Dragao. Imagen: Diogo Cardoso/DeFodi Images via Getty Images.

El Atleti ha caído eliminado en la Champions y tampoco ha conseguido el mal menor, quedar entre los tres primeros de grupo para continuar a partir del próximo mes de febrero en la Europa League. La competición que devolvió la alegría al mundo rojiblanco a finales de la primera década de este siglo, cuando aún estaba Quique Sánchez Flores en el banquillo del Vicente Calderón. La vida pasa muy rápido, del Calderón se pasó al nuevo Metropolitano, de Quique a Manzano y de Manzano a Simeone. Por medio, tres Europas League, tres Supercopas de Europa, dos Ligas y dos finales de Champions que por la forma en la que se perdieron y ante el rival que fue, terminaron siendo un trauma, pero que tuvieron un mérito tremendo.

El Atleti volvió a ser grande gracias a Diego Pablo Simeone. En todos los títulos hubo un denominador común, el sacrificio colectivo. El mejor Atleti de Simeone siempre fue un equipo intenso, aplicado, solidario, aguerrido, directo y que marcaba la diferencia en las áreas. La portería propia era casi inabordable y la contraria muy asequible con un juego directo y de mucha contundencia. Con el marcador a favor, normalmente los partidos acababan antes de tiempo, porque la forma de defender colectivamente del equipo y un portero que ya está en la historia del club como es Jan Oblak, marcaban las diferencias.

Desde que el Atlético ganó la Liga en 2020, se extendió la opinión generalizada que la plantilla de la temporada 20-21 y la de este curso eran de las mejores de su historia. Pero la realidad marca otra cosa. Son plantillas que suenan bien a nivel de nombres, pero que no lo están demostrando sobre la hierba. Además muchos jugadores no son del perfil preferido de Simeone. Unos los ha elegido él y otros no, pero es evidente que el equipo no es ni de lejos el bloque sólido que nos tenía acostumbrados y que vimos por última vez, sobre todo en la primera vuelta de la Liga que ganó, en la campaña 19-20.

El Atlético está a medias entre un equipo que muchas veces se ve obligado a llevar la iniciativa sin gustarle y con dificultades para hacerlo, y otros en los que la solidez de antaño brilla por su ausencia. El partido de Cádiz o el de Oporto son las últimas muestras de ello. Un equipo endeble, con distancia entre líneas, blando, y con la sensación de tener muchos jugadores, especialmente sus centrales Savic y Giménez, muy lejos de su mejor momento de forma.

Del nivel defensivo de antaño solo se mantiene y a un gran nivel Jan Oblak. Simeone ha probado jugar con tres centrales y con línea de cuatro atrás, incluso lo ha cambiado sobre la marcha en muchos partidos, pero no consigue que su Atlético sea un equipo sólido.

Eso en defensa. En ataque hay tres partidos especialmente que retratan especialmente al equipo cuando tiene que generar fútbol y está obligado a llevar la iniciativa:

1. La vuelta de los cuartos de final de Champions ante el City la pasada temporada.

2. El partido ante el Brujas en el Metropolitano.

3. Y el partido ante el Leverkusen también en el Metropolitano.

En los tres el Atlético estaba obligado a ganar, se suponía que por el perfil de sus jugadores podría generar fútbol y la realidad fue que se convirtió en un equipo previsible, falto de creatividad en mediocampo, especialmente en los dos últimos, porque la pareja Witsel-Kondogbia tiene limitaciones ahí, y tampoco el técnico se atrevió en ningún momento a juntar a Joao Félix, Griezmann y Morata, cambiar el dibujo e intentar ser un equipo más imaginativo, pese a que indudablemente eso supone asumir riegos.

El nivel de muchos jugadores de la plantilla anda lejos del que debería. No todo puede ser responsabilidad de Simeone ni de la preparación física del Profe Ortega. La situación del Atlético no puede analizarse desde un solo punto de vista, porque es mucho más compleja que todo eso. Simeone tiene su responsabilidad, probablemente la máxima, pero los jugadores también y por supuesto la dirigencia del club.

Ya son muchos veranos en los que da la sensación que lo deportivo no prima en las decisiones del club. Morata hizo una pretemporada extraordinaria y hasta el último día del mercado no se supo si se iba o se quedaba. Lo de Griezmann fue un vodevil. Siendo el jugador con más jerarquía de la plantilla y fundamental para el juego del equipo, solo pudo jugar 45' minutos por partido hasta que se resolvió su situación contractual. Y eso influye decisivamente en el rendimiento de un grupo.

Tampoco la relación de Simeone con jugadores importantes de la plantilla pasa por su mejor momento. El caso más palpable y a la vista es el de Joao Félix, pero no es el único. Por todos estos motivos la situación es con diferencia la más difícil desde que el Cholo llegó al banquillo rojiblanco.

Por todo lo hecho hasta el momento, creo que Simeone seguirá decidiendo hasta cuando seguirá en el Atlético. Hay claros síntomas de agotamiento en su relación con jugadores, la dirigencia e incluso con un sector de la afición por primera vez desde que llegó, pero es evidente que si continúa y esa decisión coincide con la de la directiva, tendrá que ser con una plantilla muy diferente a la actual.

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